Una íntima conversación con Boric y sin pensar en renunciar antes del miércoles: los días de Ávila en la previa de su acusación constitucional

Ministro de Educación, Marco Antonio Ávila

El titular de Educación ha comentado a sus cercanos que su intención es defenderse en todas las instancias que se presenten, por lo que, aseguran, no está dentro de sus planes dar un paso al costado para descomprimir el ambiente y con ello evitar las sanciones que derivan del recurso. Al menos hasta que se vote en la Cámara de Diputados.


No han sido días tranquilos para el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila. Y es que el miércoles su futuro como titular de la cartera se pondrá en juego cuando oposición y gobierno midan fuerzas en la acusación constitucional -de futuro incierto- contra el profesor de Castellano.

Esa misma incertidumbre, de hecho, denotan tanto en el Ejecutivo como en los principales asesores del secretario de Estado. “¿Cómo van los votos?”, resuena como murmullo en los pasillos del Mineduc.

Quienes lo conocen aseguran que Ávila, en todo caso, está tranquilo. Y que ha transmitido a sus cercanos que se va a defender en todas las instancias que acarree esta acusación constitucional. Dicen, de hecho, que no quiere dejar “que se manche ni su reputación personal como profesor y político ni la gestión de una cartera que siempre ha sido compleja”. Esto porque está convencido de que la instancia en su contra tiene más tintes políticos que haber infringido la Constitución o las leyes. Así lo cree firmemente.

Fundamental en esa estoicidad fue la conversación a solas que sostuvo con Gabriel Boric impulsada por el propio Presidente en el marco del consejo de gabinete del viernes de la semana pasada. Allí, afirman conocedores de los diálogos, hablaron por cerca de 25 minutos, donde el Mandatario le entregó su respaldo, pero además se tocaron por encima algunos posibles escenarios. El apoyo fue más notorio y público aún con los otros ministros del consejo de gabinete presentes a la hora de evaluar positivamente su gestión y mencionar como exitoso el Plan Nacional de Tutorías.

¿Dar un paso al costado antes del miércoles?

El ministro no renuncia antes de la acusación”. Así de tajantes son quienes más conocen a Ávila.

Aunque lo que ocurra el miércoles en la Cámara de Diputadas y Diputados aún es incierto, lo claro es que la decisión personal del ministro es no dar un paso al costado, aun cuando hay personas y cercanos que sí le han aconsejado hacerlo. “¿Para qué te vas a exponer a esto?”, le han dicho. Él, sin embargo, cree que el trabajo junto Francisco Cox, al abogado que lo defenderá en la instancia, ha sido bueno y no puede ser en vano. Otros cercanos, por el contrario, lo empujan a sí dar esta pelea.

Es más, Cox planifica contestar la “cuestión previa” de la acusación pues “no cumple con los requisitos” para ser acogida. Y añade que “la acusación no describe de manera precisa, clara y determinada cuáles son las infracciones a la ley o a la Constitución, en actos concretos, imputables al ministro. Aquí se dice que muchas veces no ha hecho nada; no hizo nada para prever. Son puros términos vagos, amplios y yo diría que políticos, no jurídicos. La acusación tiene un componente claramente jurídico, tiene estructura de juicio...”.

Tampoco quieren forzarlo a renunciar. Las señales en una acusación que en algún momento tomó tintes homofóbicos importan, dicen en el entorno del gobierno. Pero, además, agregan las mismas fuentes, en el ambiente oficialista está instalada la idea de que Ávila es un ministro que no terminará los cuatro años de esta administración. Gane o pierda pasado mañana, su imagen como ministro de Educación ya está debilitada.

Presidente Gabriel Boric y el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila

Como sea, tan convencido está de no dar su brazo a torcer antes del miércoles que durante la mañana de este lunes sostuvo una serie de reuniones internas en continuidad de su trabajo como ministro, entre ellas, de coordinación con distintos seremis por temas relacionados a la reactivación educativa e inicio escolar del segundo semestre. Asimismo, en pie se mantuvo la cita con la ministra Javiera Toro (Bienes Nacionales), para conversar temas de reconstrucción y estado de los establecimientos educacionales en las zonas que sufrieron con el temporal de hace casi dos semanas.

El escenario de renunciar sí podría cambiar si es que el miércoles la acusación es aprobada y pasa al Senado. Ahí, de hecho, algunas personas consultadas por este medio aseguran que el ministro Álvaro Elizalde (Segpres) ya ha hecho ver a distintas personas que la decisión de Ávila de quedarse o no dejaría de ser algo solo de carácter personal.

Eso también facilitaría que, aunque no es seguro que así ocurra, la acusación no siguiera avanzando, como ya ha ocurrido otras veces en el pasado parlamentario de Chile y, además, permitiría a Ávila poder mantenerse en la política y presentarse a futuras candidaturas al no tener que sufrir los cinco años de inhabilidad que acarrea la aprobación de una acusación.

Con todo, en el entorno del ministro insisten, aunque con un matiz: “Es extremadamente difícil y poco probable que renuncie antes del miércoles, pero no sería loco si así termina ocurriendo. En política nunca se sabe”. Por eso, de hecho, estos días y bajo completo hermetismo se tirarán las primeras líneas para un posible plan B.

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