A Rian Johnson no le gusta el título completo de Glass Onion
El director lamentó la denominación oficial de su nueva película para Netflix.
El nombre oficial de la nueva película de Rian Johnson es Glass Onion: A Knives Out Mystery, pero aunque la mayor parte del tiempo la cinta es conocida coloquialmente como Glass Onion o Knives Out 2, al director simplemente no le gusta ese título oficial.
En una reciente entrevista con The Atlantic, Johnson explicó que no le gusta título completo de Glass Onion porque da una idea de continuación que no está en esta secuela. Después de todo, aunque es un nuevo misterio investigado por Benoit Blanc, la cinta no es una continuación de la historia de Knives Out y cuenta con un nuevo grupo de personajes protagonistas.
“Me he esforzado mucho para que (las películas de Knives Out) sean autónomas. Honestamente, estoy enojado porque tenemos A Knives Out Mystery en el título. ¿Sabes? Quiero que solo se llame Glass Onion. Lo entiendo, y quiero que todos a los que les gustó la primera película sepan que esta es la próxima en la serie, pero también, todo el atractivo para mí es que es una nueva novela disponible cada vez. Pero hay una gravedad de mil soles hacia la narración serializada”, dijo el director.
Pero aunque Johnson no le gustaría el afán por las sagas el director no solo está detrás de Knives Out, una franquicia que tras Glass Onion tendrá otra cinta; sino que también trabajó en Star Wars con The Last Jedi, el Episodio 8 de la franquicia espacial.
En ese sentido, cuando le preguntaron si la Knives Out original surgió de un afán por contar una historia con un final claro tras ser parte de una saga que probablemente nunca terminará, Johnson reafrimó que con The Last Jedi intentó al menos cerrar su parte de la narración.
“Mira, en términos de la película de Star Wars que hice, traté de darle un gran final”, aseguró. “Me encantan tanto los finales que incluso haciendo el capítulo medio de la trilogía, traté de darle un final. Un buen final que recontextualiza todo lo que vino antes y lo convierte en un objeto hermoso en sí mismo: eso es lo que hace que una película sea una película. Parece que cada vez hay menos de eso. Toda esta idea venenosa de crear (propiedades intelectuales) se ha filtrado por completo en la base de la narración. Todo el mundo está pensando: ¿Cómo seguimos ordeñándolo? Me encanta un final en el que quemas el barco vikingo en el mar”.
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