Columna de Paula Escobar: ¿Conoce la palabra liderazgo?



La escena ocurrió en el Congreso en Valparaíso, cuando el alcalde Rodolfo Carter -de los que más aumentó sus seguidores en redes sociales esta semana- contestó preguntas de la prensa. Le consultaron cuál era su contribución estando en el Congreso, en vez de en La Florida.

“¿Conoce la palabra liderazgo? Ese es mi aporte”, sentenció.

El sentido del real liderazgo es justamente lo que debiera llamar a reflexión hoy, tras el asesinato del Carabinero Daniel Palma. Tres asesinatos de Carabineros en tres semanas y el país consternado y asustado.

El momento amerita que se ejerza un verdadero liderazgo, uno de máxima responsabilidad y de mínima estridencia. Uno que esté dispuesto a gastar su capital político en la búsqueda de soluciones y caminos de salida. Uno que tenga la voluntad de poner a disposición la adhesión y popularidad que se tenga, para movilizar a los propios hacia lugares que no son los más cómodos, pero que son los imprescindibles para la búsqueda de soluciones, y de tender puentes con los del “otro lado” para hacer los cambios viables. Apelar a la unidad y no a la diferencia.

La imagen de los ex Presidentes Lagos, Bachelet y Piñera, junto al Presidente Boric y la ministra Tohá, en el responso del carabinero Daniel Palma fue elocuente. “Es un tema de la unidad de Chile en torno a un elemento común”, dijo el ex Presidente Lagos.

El problema es que las narrativas divisivas cunden, así como la búsqueda de rédito político, de luces, de likes en redes sociales. La culpa es de los otros, es de allá. Las exigencias de constrición, las pruebas de pureza, las cuentas antiguas.

¿Cómo transitar hacia una unidad por sobre las diferencias, al menos en esta materia, y luego en otras? Se ha hecho antes, también para el 15 N y para un nuevo proceso constitucional tras el 4S. Pero para hacerlo ahora hay dificulatdes en distintos lados del espectro político.

Desde el punto de vista del oficialismo, Apruebo Dignidad ha estirado la cuerda hasta el límite al no apoyar al Presidente y su gobierno, por ejemplo, al anunciar que iban a mandar al Tribunal Constitucional la Ley Naín Retamal, varios de cuyos aspectos más controvertidos se habían modificado en el Senado. Quizás hay quienes pensaron que con eso se estaba perjudicando el trabajo de la ministra Tohá, del ministro Cordero, de la ministra Segpres, todos de Socialismo Democrático. Pero la verdad es que dañan al Presidente y a su capacidad de gobernar, en un momento crítico. Que el diputado Diego Ibañez, líder del partido del Presidente, saliera a protestar a la calle contra la ley, refleja esa miopía acerca de lo que significa ser gobierno.

Y la oposición también debe reflexionar. Allí hay quienes están conscientes de que deben ser responsables por el bien del país, pero otro eje está por maximizar la utilidad de corto plazo, a menos de un mes de la elección del Consejo Constitucional. Ese polo lo lidera Republicanos. Votaron contra la ley Naín-Retamal, supuestamente por maximalismo político, pero también porque es un modo de evitar que se puedan ir solucionando los problemas. Fueron el único partido que se restó de la reunión con el Presidente Boric. Desde la UDI al PC concurrieron a La Moneda a tratar de encontrar la unidad del Estado contra esta crisis. El Presidente les pidió una tregua que evite las descalificaciones de lado y lado y ponga en el centro al país. Una apelación completamente republicana, de la que se restó justamente el partido que se llama así.

Hay una oposición de ultraderecha -que tienta a sectores de Chile Vamos- que pareciera querer ahogar al gobierno, aunque sea a costa de ahogar a todos los chilenos y chilenas en ese intento. Eso levanta legítimas alertas de cuál será su rol en el Consejo Constitucional, si resultan varios de los suyos electos, como varias encuestas están anunciando. Si no están disponibles para acordar nada, ¿irán a boicotear el proceso desde dentro? ¿Chile se farreará por tercera vez la oportunidad?

Por último, aún cuando las palabras son importantes, gobernar no es hablar sino que es decidir. Y el gobierno, con oposición de Apruebo Dignidad, promulgó esta semana la ley Naín Retamal, entre otras. Anunció mil quinientos millones de dólares para combatir la delincuencia; el adelanto de la intervención de 30 barrios, entre otras medidas, y convocó a todos los poderes del Estado y partidos para trabajar en conjunto.

¿Falta? Por cierto que sí, y al gobierno le queda mucho camino por recorrer. Pero quienes quieren que Chile salga de este atolladero de balas y narcotráfico, de sicariatos y portonazos, deben poner el bien del país por sobre sus aspiraciones políticas. Y allanarse a los acuerdos , aunque los abucheen tanto los propios como los del frente.

Porque eso sí que se llama liderazgo.

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