Gracias, extractivistas

Minería
Gracias, extractivistas.


SEÑOR DIRECTOR:

En las últimas semanas, hemos visto cómo diversas columnas señalan a la estructura productiva, excesivamente concentrada en actividades extractivas, como una de las causas del bajo crecimiento tendencial proyectado para Chile (1,8% promedio anual entre 2025 y 2034).

Aunque algunos relatos parecen inquebrantables, por más datos que se presenten, intentemos abordarlo nuevamente: los fundamentos clásicos del crecimiento económico se basan en la acumulación de factores -trabajo y capital- y en la capacidad de combinarlos de manera eficiente, lo que incluye la tecnología o productividad total de los factores. Para acumular capital de manera efectiva, lo esencial es la inversión.

El reciente Informe de Política Monetaria del Banco Central de Chile (septiembre 2023) pone en evidencia que la inversión minera es la que realmente está impulsando el crecimiento. En 2023, representó un 6,5% del PIB real, acercándose a los máximos históricos de 2012-2013. Según Cochilco, la inversión minera proyectada para el período 2025-2027 superará en US$ 1.700 millones a la de 2024. En contraste, la inversión no minera sigue por debajo de los niveles prepandemia y no muestra señales claras de recuperación.

El Banco Central estima que este impulso en la inversión minera agregará 0,75 puntos porcentuales al crecimiento del PIB entre 2024 y 2026, con efectos positivos en sectores como la construcción, el comercio, los servicios empresariales y la industria manufacturera. Los efectos de arrastre son significativos y contribuirán a compensar la debilidad de la inversión en otros sectores.

Sin duda, sería ideal diversificar hacia industrias más sofisticadas. Sin embargo, los hechos son contundentes: Google ha descartado su datacenter en Cerrillos, y Sinovac sigue dudando en invertir en Chile, a pesar de los esfuerzos del gobierno. Mientras tanto, la minería sigue siendo el pilar que sostiene el crecimiento económico del país.

Henry Wachtendorff

Profesor de Economía, Universidad Adolfo Ibáñez