Opinión

Impuestos y paz social

31 Julio 2025 Seminario Sofofa La Tercera, conto con la participacion del Ministro de hacienda Mario Marcel, La Presidenta del banco Central Rossana Costa, la presidenta de la Sofofa Rosario Navarro, El Ceo de Antofagasta Minerals, Ivan Arriagada y los candidatos a la presidencia Jeannette Jara, Evelyn Matthei y Jose Antonio Kast. Foto: Andres Perez Andres Perez

“Lo que plantean es cobrarle menos a los que más ganan. ¿Y los demás, las grandes mayorías, los que menos ganan qué? Si eso es lo que pasa en este país. Saben qué, no es inocuo para ustedes que son empresarios, porque para que ustedes puedan invertir después, tiene que haber paz social”. Así fundamentó Jeannette Jara, en Sofofa, su visión sobre la relación que hay entre la paz social y los impuestos. Se puede decir que resume su mirada sobre la economía y el crecimiento.

Uno de los logros fundamentales del pensamiento científico fue descifrar el verdadero orden entre causas y efectos. En el pensamiento precientífico, o premoderno, la intuición era la que explicaba los fenómenos. El problema es que la intuición se deja llevar por lo que las cosas parecen y no por lo que son. Las personas veían que el sol cambiaba de posición durante el día, por lo que creían que giraba alrededor de la tierra. En realidad, ahora es obvio que, salvo para los tierraplanistas, es al revés.

Este es problema de la mirada que la izquierda tiene de la relación que existe entre el crecimiento y la paz social. “Para que haya crecimiento tiene que haber paz social” nos dicen una y otra vez. No conciben que es exactamente al revés: tiene que haber crecimiento para que haya paz social.

Igual como ocurría con la visión geocéntrica, el error es bastante intuitivo. Tal como parecía que el sol se movía, parece que quitarles a los ricos para darles a los pobres generaría una sociedad más justa, pero no es así. Los seres humanos actúan de acuerdo a los incentivos que se les presentan. Si los empresarios enfrentan un sistema en que el producto de su inversión va a parar, de manera desproporcionada, a un socio pasivo que no arriesga nada y lo obstaculiza todo, que es el Estado, sencillamente invierten en otra parte.

Si los pobres creen que es posible y justo vivir de los subsidios, entonces exigirán cada vez más subsidios, el incentivo a buscar un trabajo productivo será cada vez menor y finalmente, como la inversión cae y los subsidios no alcanzan, la insatisfacción y la frustración crecen, el sistema político y las instituciones se deslegitiman, generando de pasada las condiciones para que el crimen organizado se instale como el verdadero “gobierno de los territorios”, como se usa decir ahora. De paz social nada, pero nada de nada.

En cambio, cuando la carga tributaria es la necesaria para que el Estado cumpla bien sus deberes esenciales, ahí sí los empresarios invierten, se crean puestos de trabajo, las remuneraciones crecen, las personas tienen incentivos para salir a buscar un empleo y no para quedarse en su casa. Hay oportunidades y progreso. ¿Desaparecen los problemas? Desde luego que no, pero es preferible tener los problemas del desarrollo y no los del subdesarrollo. Así como antes era más fácil creer que el sol giraba alrededor de la tierra, ahora lo es que los impuestos generan paz social. Mientras la izquierda no salga de su geocentrismo económico es muy difícil que salgamos del subdesarrollo.

Por Gonzalo Cordero, abogado

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