Arica y Parinacota

Tiene el número XV, pero es la primera región de Chile en el mapa. Nortina hasta la médula, sorprende por el rico pasado colonial de sus pueblos andinos y la fertilidad de su tierra.




Paula 1180, Especial Aniversario. Santiago 15 de agosto de 2015.

Tiene el número XV, pero es la primera región de Chile en el mapa. Nortina hasta la médula, sorprende por el rico pasado colonial de sus pueblos andinos y la fertilidad de su tierra.

Recorrer las iglesias del altiplano

En proceso de restauración, la iglesia de Pachama es una de las joyas coloniales andinas que se visitan en la Ruta de las Misiones.

Para promover el mundo andino de la región como paisaje cultural de América y generar alternativas de desarrollo sostenible para sus comunidades, la Fundación Altiplano –que ha restaurado varias iglesias con apoyo del Gobierno Regional– diseñó la Ruta de las Misiones, un circuito de turismo responsable para vivir la experiencia andina junto a sus propios habitantes. Coordinados con operadores locales, comunidades y emprendedores de la zona, la fundación ofrece viajes de aprendizaje en los que –en compañía de un guía local, un historiador o un arquitecto restaurador– se visitan obras de intervención patrimonial en curso. Hay tours de dos y tres días, pero el más cotizado es el de uno: sale de Arica, pasa por Poconchile y el pucará de Copaquilla y sigue a Socoroma, donde se visita su iglesia, se recorre parte del camino inca o qhapac ñan y se comparte un cóctel andino. El viaje continúa a Pachama, cuya iglesia tiene pinturas murales coloniales sobre el encuentro del mundo andino con el español, y termina en Belén, donde la fundación, con participación de la comunidad, ha logrado un trabajo modelo en recuperación patrimonial que integra iglesia, viviendas y plaza. La fundación puede operar viajes especiales o ayudar a organizar la visita con los emprendedores locales, que ofrecen alojamiento y alimentación. www.rutadelasmisiones.cl

Emblema regional

Aceituna de Azapa

Plantadas por los conquistadores españoles, gracias a las condiciones ambientales del valle de Azapa estas aceitunas desarrollaron cualidades únicas, como su gran tamaño y pulpa fina. Están en proceso de obtener sello de Indicación Geográfica y tres veces al año –en abril, agosto y septiembre– se celebra en todo el valle la "raima", festividad en que se cosechan los olivos.

Un hotel inspirado en la cultura aymara

Para aprovechar el alza turística de Arica, Alejandra Acevedo construyó junto a sus padres –de ascendencia aymara– un céntrico hotel con un guiño especial al pueblo indígena. Se llama Samaña (lugar de descanso) y sus 28 habitaciones llevan el nombre de pueblos cercanos, como Codpa, de donde es su padre, y Surire, de donde proviene la rama materna. Las paredes son blancas, porque ese es el color que representa la unión de los pueblos aymaras. Imperdibles son al desayuno, los jugos naturales y los dulces que preparan con guayabas y mangos que cosechan en una parcela de Azapa. Dobles desde $ 35.000. Maipú 271. www.hotelsamana.cl P.N.

Daniel Rojas Pachas, el escritor en las fronteras

Editor de la revista Sinsoargo, el escritor ariqueño Daniel Rojas ha viajado por toda América para hablar de su poesía y la de otros.

Todos los mapas mienten, fingir una identidad en la tarjeta migratoria, inmigrantes desesperados arriba de una furgoneta: quien quiera puede leer los versos de Daniel Rojas Pachas (Arica,1983) en su blog (danielrojaspachas.blogspot.com) de su último poemario, Por angas o por mangas, publicado en Bolivia por la editorial Ubre Amarga. Un autor activista, profesor y editor de los libros y la revista Cinosargo, que ha viajado por toda América para hablar de su poesía y de la de otros: ha rescatado a autores del norte como Guillermo Deisler, Oliver Welden y Alicia Galaz, además de participar y patrocinar antologías de escritores de los bordes. En su novela Random (Narrativa Puntoaparte, 2014), despliega una cultura de videojuegos, canciones, cómics y literatura para hablar con pasión y brillo de las frustraciones de la creación que las fronteras no pueden evitar. M.F.

Gastronomía:

Las cocinerías del Asoagro

Sus pasillos huelen a mangos, guayabas y maracuyás: solo una muestra de la gran variedad de frutas y verduras que se pueden encontrar en las dos hectáreas de este tradicional mercado agrícola, de más de 30 años de antigüedad. Con productos como carne de alpaca, maíz de Lluta y muchos tipos de aceitunas, un buen lugar para disfrutarlos son sus cocinerías. Como Los Ángeles (loc 1), que desde 1983 ofrece platos andinos como el sajta de pollo, un estofado picante de pollo con maní y chuño; y la calapurca, una sopa preparada con piedras calientes que incluye tres tipos de carnes, habas, maíz y papa. Otro imperdible es Doña Pola (loc 30), especializado en cocina altiplánica, que ofrece un menú del día a $ 3.000. Favorito del crítico gastronómico Carlos Reyes, recomienda tres platos: "El caldo de alpaco, el fricasé y ese tono a ajo fuerte del caldo de chancho". C.G.

Cerveza artesanal del norte

Una cerveza gourmet que remitiera al paisaje montañoso y deslumbrante de su región: esa fue la idea que impulsó a los ariqueños Alberto y Benjamín Leiva (padre e hijo) a crear la cerveza Quince (XV) en 2012, con recetas de Benjamín –enólogo– y un logo inspirado en los geoglifos, figuras prehispánicas inscritas en los cerros nortinos. "Queríamos devolverle a Arica algo de lo mucho que nos había dado," cuenta Alberto, al mando de esta empresa que hoy elabora tres tipos de cervezas –Golden Ale, British Bitter y Porter–. $ 2.800 apróx. en restaurantes y pubs de toda la región. Desde $1.600 la botella a precio mayorista, más el costo de envío (a todo el país). Cel 9239 0677. www.cervezaquince.cl A.H.

El Pintatani de Codpa

En el valle de Codpa, unos 120 km al sur de Arica, crecen las vides de una cepa única en Chile con las que se elabora artesanalmente el vino Pintatani. No se sabe la data de la llegada de estas, tampoco su clasificación, pero están plantadas en terrazas a la usanza inca y por cientos de años han estado al cuidado de familias aymaras. En esta vendimia –la más septentrional de Chile– un puñado de lugareños continúa con las técnicas ancestrales de su vinificación y utilizan una receta de más de 400 años. Con un dejo dulce como la chicha, la leyenda cuenta que antiguamente el Pintatani llegó a boca del mismísimo Papa, quien se encantó con su sabor dulce y levemente añejado. Solo se producen 300 botellas al año que, con suerte, se pueden comprar en el mismo pueblo, preguntando de puerta en puerta. V.R.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.