El adiós del último "chispero"

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Francisco Silva Bafalluy deja el exgrupo Enersis luego de 31 años. Su salida, acordada y conversada desde fines de 2017, se materializó el jueves último. Llegó al holding de la mano de José Yuraszeck y su hermano mayor, Ernesto Silva. Sobrevivió inteligentemente al desembarco de los españoles y luego a la llegada de los italianos de Enel. Hoy busca ampliar su mirada hacia el mundo público, donde espera concretar una propuesta en las próximas semanas.




Más de 30 años de recuerdos, experiencias y documentos son los que Francisco Silva Bafalluy guardó en varias cajas el jueves pasado, al dejar su oficina en Enel. El histórico ejecutivo, a sus 58 años y tras 31 años en la empresa, deja el holding que a lo largo de su estadía vivió profundas transformaciones, siendo la principal el cambio de marcas de noviembre de 2016, donde se dejó atrás a las históricas Enersis, Endesa y Chilectra.

Silva compartió con José Yuraszeck, bautizado como "el zar de la electricidad" y protagonista del polémico caso chispas. También con Rodolfo Martín Villa, presidente de Enersis entre 1997 y 2002, y con Pablo Yrarrázaval. También con Jorge Rosenblut, quien salió de la compañía luego de los cuestionamientos por el financiamiento ilegal a la política el año 2015, y en la era italiana, con el actual presidente de Enel, Herman Chadwick.

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¿Cuál fue su fórmula? "Siempre fue muy querido en el grupo. Y siempre se llevó bien con todos. Compartía mucho con los presidentes de Enersis y cultivó una buena relación con todos los ejecutivos", cuenta un ex ejecutivo del holding eléctrico.

Silva Bafalluy es el último de los ejecutivos que estuvieron en la compañía cuando transcurrió el caso chispas, luego de la salida de Eduardo López Miller y Guillermo Pérez del Río, gerentes de Aprovisionamiento y Regulación, respectivamente, en 2015 y 2016.

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"Me voy en muy buenos términos. Mi salida la vengo conversando con el gerente de Enel (Nicola Cotugno) desde noviembre pasado. Es algo triste, porque le tengo mucho cariño a la compañía", relata Silva a horas de dejar su oficina en Santa Rosa 76.

Pero no todo ha sido tristeza. El miércoles 21 fue reconocido por sus más de 30 años en el grupo en una reunión interna (Cascade) y al día siguiente fue gratamente despedido por el comité de gerentes en el restaurante Cuerovaca. También tuvo otra despedida, organizada por la Gerencia de Servicios.

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El arribo

Su historia es larga. Llegó al grupo en enero de 1987, convocado por José Yuraszeck. La fecha en sí es significativa, porque en ese período concluyó el traspaso definitivo de la empresa hacia el sector privado, cuando el Estado se desprendió del 38% de la propiedad.

Silva Bafalluy sólo tenía dos años de experiencia laboral al llegar al grupo, tras dejar la Universidad de Chile, donde cursó Administración Pública. Cuenta que llegó a realizar el programa de inducción que Yuraszeck impulsaba en esa época y que consistía en rotar durante ocho meses por varias áreas de la entonces Chilectra. También estuvo en Synapsis, filial tecnológica de Enersis, donde fue gerente de Administración y Recursos Humanos. Unos años después regresó a Enersis.

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El vínculo con Yuraszeck lo tenía su hermano mayor, Ernesto Silva, brazo derecho del empresario, cuando éste emprendió la toma de control de Endesa Chile desde Enersis, el año 1990, el poderoso brazo inversor que había nacido a fines de los 80 con los flujos de Chilectra. El mayor de los Silva Bafalluy también fue presidente de la inmobiliaria Manso de Velasco, que era del grupo Enersis, y de túnel El Melón, que Endesa vendió el año 2015.

Procesos claves

Francisco Silva no ahonda mucho del período en que transcurre todo el caso chispas, también llamado "negocio del siglo", pese a cumplir en algún momento un rol relevante, pues fue gerente general de una de las sociedades chispas. Y si bien recuerda ese período como una "etapa compleja", indica que no todo fue malo. "Fue también una oportunidad para que los trabajadores pudieran comprar acciones, gracias al pago adelantando de las indemnizaciones que se impulsó en ese período".

En mayo de 1999 y ya en manos de Endesa España, el grupo vivió también un proceso complejo, donde Silva Bafalluy cumplió un rol clave. Se trata de Génesis, programa estratégico cuyo foco era incrementar la rentabilidad y crear valor en sus negocios de América Latina, lo que implicó una fuerte reducción de costos y personal.

"En esa época, Pancho era gerente de recursos humanos", recuerda un ex ejecutivo de Enersis. Y recalca que pese a lo fuerte del proceso, "la reestructuración de la planilla en Enersis no fue traumática ni generó muchas tensiones internas, en gran medida por las condiciones de salida y las medidas de acompañamiento de las personas afectadas propuestas por Francisco", destaca.

El año 2000 parte a Madrid para ocupar el cargo de director adjunto de Servicios de Endesa España, donde se mantuvo por un par de años. Vuelve a Chile y al poco tiempo, en febrero de 2009, la italiana Enel compra el 25% de participación que la española Acciona tenía en Endesa España. En pleno proceso de cambios, y pese a que la arremetida italiana fue de menos a más -dado que inicialmente la gente de España seguía controlando la compañía-, Francisco Silva fue nombrado gerente regional de Servicios Generales de la entonces aún llamada Enersis.

Vínculos políticos

Paralelo a sus gestiones en la eléctrica, Silva también desarrolló su veta empresarial, pues se unió con Rafael Covarrubias, Cornelio Saavedra y su hermano Máximo en Aguas Manantial, emprendimiento que el año 2012 vendieron (50%) a CCU en US$ 23 millones. Un par de años después, la compañía del grupo Luksic adquirió el resto de la propiedad, sin entregar el monto de la transacción.

Con el paso de los años, el mundo político también comenzó a inquietarlo, lo que no extraña en su entorno, dado los lazos de su hermano, quien fue militante histórico de la UDI y padre del parlamentario gremialista por el sector oriente Ernesto Silva Méndez. Por eso, en 2016, Francisco Silva, aún siendo directivo de Enersis, se presentó a las elecciones municipales como concejal por Vitacura. Fue candidato por el pacto UDI-independiente, logrando 1.366 votos, un 12,8%, no resultando electo por su lista.

"Siempre me ha gustado la cosa pública y también el tratar de apoyar al país desde el ámbito público", cuenta. "Lamentablemente, esa vez no se logró", dice.

Pero ahora, con mayor libertad luego de su salida de holding, espera concretar ese anhelo, pues en las próximas semanas podría ser nombrado para un cargo en un organismo del gobierno que preside Sebastián Piñera.

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