Una fotografía de la comprometida situación de las empresas desde el punto de vista de sus ventas, operaciones y empleo en medio de la crisis de Covid-19, es la que precisamente retrata un estudio realizado por el Observatorio Laboral del Sence.

El sondeo “Desafíos en Demanda Laboral e Impacto del Coronavirus para las Empresas” fue realizado entre abril y mayo recién pasado a 5.278 empresas que en su conjunto generan 228.899 puestos laborales.

En lo concreto, el estudio muestra que de ese total de empresas consultadas, un 64% de ellas reportó una reducción en las ventas o ingresos con respecto al mismo mes del 2019. Un 24%, en tanto, declaró haber cerrado o estar en proceso de cierre y solamente un 6% reportó que las ventas o ingresos se habían mantenido.

Así, de las empresas que declararon un merma en sus ventas respecto al mismo mes del año anterior, un 24% dijo que no había podido vender, un 26% acusó una disminución superior al 75% de las ventas o ingresos, un 22% señaló una disminución de entre 50% y 75%. Mientras que, un 18% de ellas reportó una caída que va entre 25% y 50% y solo un 9% declara una disminución menor a un 25%.

Otro aspecto que muestra el sondeo, es que un 21% de las empresas que siguen operando declararon haber tenido que desvincular trabajadores producto de la crisis sanitaria. Por tamaño, la mediana empresa es la que más ha efectuado desvinculaciones, concentrando un 33% de las mismas, le siguen la grande y pequeña con 30% cada una y luego la pequeña empresa con 18%.

Por número de trabajadores, en tanto, la distribución cambia. Esto, porque en promedio la gran empresa desvinculó a 152 personas. En orden, le siguen la mediana empresa con 24 despidos en promedio, luego la pequeña con 7 y finalmente la micro empresa con 3 trabajadores desvinculados en promedio.

A futuro, un 22% del total declara que requerirá desvincular trabajadores, 50% no lo sabe y 28% cree que no será necesario.

Esto, a su vez viene a corroborar las señales de alerta que han venido dando otros indicadores, como por ejemplo el Imacec de abril y su contracción sin precedentes incidida justamente por el sector no minero, o el creciente aumento en el número de solicitudes de la Ley de Protección al Empleo e incluso la misma tasa de desempleo del INE.