La empresa Trabajando.com realizó un análisis que apunta a las diferencias del sueldo ofrecido por las compañías y los solicitados por los aplicantes según género y el tipo de puesto laboral, lo que arrojó que, en general, las mujeres en todos los cargos piden menos de lo que ofrecen las empresas, mientras que en los hombres se observa el caso contrario, solicitando más que la oferta.

En promedio, las mujeres piden $503.500 menos que los hombres por el mismo cargo.

Con datos de los sueldos líquidos entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre, se observa que en puestos de gerencias las mujeres solicitan cerca de $2.450.000, mientras que los hombres piden $3.320.000. En promedio, para estos cargos las empresas ofrecen $3.280.000. La diferencia entre las expectativas por género de los aplicantes es de $870 mil, equivalente a un 26% menos.

En el caso de un puesto en subgerencia, los hombres esperan ganar en promedio $2.560.000, $610.000 más que las mujeres (24%), que solicitan cerca de $1.950.000. Las empresas ofrecen alrededor de $2.410.000 por este tipo de cargos.

Para las jefaturas las firmas ofrecen rentas que rondan los $1.780.000. Sin embargo, las mujeres solicitan $1.530.000 como salario, $330.000 menos (19%) que las pretensiones de los hombres que alcanzan los $1.860.000 mensuales.

Para los empleados en general, se observa una brecha menor en las rentas solicitadas por los aplicantes a los puestos laborales, que alcanza los $200.000. Los hombres esperan recibir $1 millón, mientras que las mujeres $800.000 (20% menos), versus una oferta empresarial de $930.000.

La gerenta de Desarrollo y Negocios de Trabajando.com, María Jesús García Huidobro, señaló que los sueldos de las mujeres históricamente han sido castigados “por una serie de sesgos que aún persisten vinculados a las capacidades y el desempeño de las mujeres en el trabajo. Esto hace que no sólo el mercado baje sino que también el valor auto percibido, ya que muchas veces las mujeres saben que si solicitan el mismo sueldo que un hombre para igual cargo, estarán en desventaja y perderán competitividad”.

“Por otra parte, también está el conocido ‘síndrome del impostor’ que hace que las mujeres tengan menos autoconfianza en las capacidades y aversión al riesgo que los hombres, lo que afecta generalmente en sus capacidades de negociar su sueldo, siendo más conservadoras”, explicó.

Brecha por sector

Según los datos de Trabajando.com el sector con una mayor brecha en las pretensiones de sueldo entre hombres y mujeres es en el de Actividades profesionales, científicas y técnicas, con una diferencia de $506 mil, donde los hombres piden $1.639.000 y las mujeres $1.133.000 (un 30,8% menos). A este le siguen Otras actividades de servicios donde mujeres solicitan en promedio $1.056.000, un 28% menos versus $1.476.000 de hombres.

En el resto de los rubros las diferencia por género se encuentra entre los $235.000 y los $325.000 en promedio. En el extremo superior, el sector del Comercio, con una pretensión promedio de $1.050.000 para hombres versus $725.000 para mujeres (31% menos), junto con Construcción donde los hombres piden $1.510.000, y las mujeres $1.195.000 (21% menos).

Por el lado contrario, en Administración pública y defensa, los hombres piden un promedio de $1.312.000, mientras que las mujeres solicitan $1.080.000, lo que significa una variación de $232.000 equivalente a un 18% menos.

En este rango de diferencia, se excluye al sector de Actividades de servicios administrativos y de apoyo, donde la brecha en las remuneraciones es considerablemente menor, con sólo $11.000, equivalente a un 1%. En este caso, los datos muestran que los hombres piden en promedio un sueldo de $900.000 mientras que las mujeres piden $889.000.

García explica que esto debe enfrentarse por dos aristas. En las empresas debe ser “cada vez más común la creación de bandas salariales asociadas al rol y las competencias requeridas, es decir, que no considere las características personales del candidato o candidata, y que le de objetividad a la renta ofrecida, dejando fuera posibles sesgos como género, raza y otros. También las empresas tienen que incorporar políticas de no discriminación, mentoría y empoderamiento a mujeres para ir eliminando las brechas”, dijo.

Y, por otro lado, la vocera de la empresa también apuntó a que “las mujeres tenemos el deber de ir trabajando la seguridad personal, autopercepción y las herramientas de negociación para poder empoderarse no sólo a la hora de solicitar un sueldo en una oportunidad de trabajo, sino también un aumento, opciones de desarrollo laboral, entre otros que le permitan crecer en su carrera profesional”, finalizó.