Fact Checking: ¿Es obligatorio usar mascarilla mientras se realiza actividad física al aire libre como correr o andar en bicicleta? ¿Ningún político ha muerto de coronavirus?

Muchos rumores e incluso estudios han circulado y han sido publicados sobre la actividad física y el posible contagio de Covid-19. Por ejemplo, se ha establecido que para trotar o andar en bicicleta, debe respetarse cierta distancia, incluso la velocidad puede modificar el peligro de contagio.

Además, como primera medida de prevención, independiente de la Fase en la que se encuentre la comuna o ciudad, siempre debe utilizarse mascarilla. Es la medida madre.

En el transporte público o para transitar en la vía pública es absolutamente imprescindible.

Sin embargo, y considerando la última información dada a conocer por las autoridades sanitarias y Carabineros de Chile, existen excepciones.

Se trata de tres situaciones en particular, que no requieren de mascarilla. Cuando las personas estén comiendo en lugares habilitados para ellas, cuando las personas estén solas en un espacio cerrado o con un máximo de dos personas, y finalmente para personas que realicen actividad física al aire libre.

La subsecretaria de Salud Paula Daza, explicó que el uso de mascarilla es obligatorio, “salvo cuando la persona se encuentra realizando una actividad física”.

“Por lo tanto, las personas que se encuentren realizando una actividad física colectiva o individual, no deben tener uso de mascarilla. Sí respetar las normas sanitarias de evitar el contacto directo, privilegiando el lavado de manos”, complementó.

Estas tres excepciones permiten estar sin mascarilla. Aunque si la persona desea utilizarla, puede hacerlo. Es una excepción, no una prohibición.

Sin embargo, Ignacio Silva, infectólogo y académico de Dirección de Postgrados de la Usach, establece que como concepto general hay que salir con mascarilla, “sobre todo en espacios públicos con más gente. Y al hacer ejercicio más todavía, porque al realizarlo uno respira más fuerte, más rápido, por lo tanto, se expulsan más secreciones respiratorias por lo que las gotitas viajan y se desplazan más lejos, y a mayor velocidad”.

Hay mayor probabilidad de contagiar a alguien, “también más facilidad de contagiar las superficies. La única opción es ir por ejemplo a la montaña o donde no haya flujo de personas y las superficies no se puedan contaminar”, explica Silva.

“Que raro un virus tan mortal no ha matado a ningún político”, sostienen varias publicaciones en redes sociales que han sido compartidas más de 19.000 veces desde junio pasado en el contexto de la pandemia por el nuevo coronavirus.

El mismo texto ha sido replicado de diferentes maneras en Facebook e Instagram. Versiones de la misma afirmación también circulan en Twitter, incluso una de ellas con un mensaje más extenso: “De Covid-19 han muerto: pobres, militares, vigilantes, policías, bomberos, viejitos, niños, médicos, enfermeras y lo más extraño es que no ha muerto ni un solo político. ¿Será que este virus nació corrupto?”.

Pero desde que se detectara el coronavirus en diciembre de 2019, políticos de todos los niveles de gobierno y en diferentes países se han contagiado y fallecieron debido al Covid-19.

América Latina es una de las regiones más afectadas por la pandemia del nuevo coronavirus a nivel mundial, donde más de 50 políticos han fallecido por la enfermedad hasta la publicación de esta nota. Diez de ellos murieron antes de junio, cuando el contenido comenzó a circular en redes sociales.

México ha sido el país donde más políticos en funciones han fallecido por el nuevo coronavirus en la región: AFP Factual contabilizó al menos 24 muertes de alcaldes y funcionarios municipales y estatales. Entre ellas, en julio la del titular de la Secretaría de Salud del estado de Chihuahua, Jesús Enrique Grajeda, y en mayo la del presidente municipal de la localidad de Mazatecochco, José Esteban Cortés.

En Francia, a principios de abril, AFP ya había contabilizado cinco alcaldes y presidentes de ejecutivos locales que murieron por contagiarse de Cobid-19, como Alain Lescouet, alcalde de Saint-Brice Courcelles en el departamento de Marne (norte), y Jean-Jacques Zalay, vicealcalde de la localidad de Tracy le Mont (Oise).

Mientras que en Sudáfrica, varios políticos han muerto por Covid-19, como el presidente del Consejo Municipal de la ciudad de Buffalo, Alfred Mtsi, Martha Mmola, miembro del Consejo Nacional de Provincias, y el diputado Zamuloxo Peter.

En Chile se contabiliza la muerte del alcalde de Tiltil, Nelson Orellana, además del exalcalde de Valparaíso, Hernán Pinto.

El desarrollo del coronavirus solo lleva unos meses en todo el mundo. A pesar del poco tiempo, que ha obligado a tomar medidas sanitarias de manera rápidas en muchos casos, ya hay múltiples conceptos e ideas claras sobre su origen y su tratamiento.

Sin embargo, también surgen algunas propuestas poco convencionales, que se alejan de la ciencia o de las recomendaciones médicas tradicionales.

En la edición de este miércoles, Qué Pasa reveló un estudio realizado por la Universidad de Oxford, Reino Unido, el que señala que la miel es más efectiva que los antibióticos para el resfrío y otras enfermedades asociadas.

La miel fue en promedio un 36% más efectiva para reducir la frecuencia de la tos que los medicamentos comunes, disminuyendo la gravedad de la tos en un 44%. Además, se evidenció que se redujo el tiempo que lleva recuperarse de estas enfermedades hasta en dos días, señala.

Esto generó reacciones, con y un intenso debate en la cuenta de Twitter de Qué Pasa. Mientras algunos especialistas defendieron las conclusiones de la U. de Oxford. “Muchas veces, después un cuadro viral, ocurre una infección bacteriana por desbalance de microbiota. La miel serviría para ese contexto en realidad. Se sabía empíricamente, pero el estudio lo confirma de forma estandarizada nada más”, argumentó un usuario que aseguró ser un bioquímico.

Pero otra usuaria señaló que masticar chicle también era efectivo. “Masticar chicle es más efectivo que los antibióticos”, dijo, quien en su descripción se definió como urgencióloga.

Dicho argumento no tiene ninguna validez, ni asidero. “No creo que lo tenga, y dudo que haya evidencia científica sobre eso. Nunca he leído o estudiando algo al respecto”, señala Silva, infectólogo de la Usach.