Los test rápidos no sirven; esta es la mascarilla más segura según la ciencia y el Sars-CoV-2 puede dañar tu cerebro para siempre: tres cosas que aprendimos del coronavirus esta semana

Foto: Agencia Uno

Se comercializan como pruebas para detectar el coronavirus, pero el ISP advirtió que no es la función de los test rápidos y que la única manera de diagnosticar la enfermedad es con un PCR. Esta semana también nos enteremos cuál es la mascarillas más eficiente del mercado y las temibles secuelas del Covid.


1. Los test rápidos no sirven

Se publicitan en redes sociales, sitios online, farmacias y hasta en la calle, incluso con descuentos si la compra es masiva, pensando en aplicarse en familias, juntas de vecinos o empresas.

Pero esta semana, el Instituto de Salud Pública (ISP) fue tajante: los test rápidos para detectar el coronavirus no sirven.

Su comercialización es “irresponsable”, advirtió Heriberto García Escorza, director (s) del ISP. “Su venta para uso particular no es adecuada y menos aún sin la supervisión de un profesional de la salud que pueda interpretar el resultado y que pueda orientar los pasos a seguir”, agregó.

Su única utilidad, según García, puede ser en investigaciones epidemiológicas o estudios de brotes, siempre que sean estudios de control, con población objetiva y con profesionales clínicos a cargo.

La jefa del Departamento de Dispositivos Médicos del ISP, Janepsy Díaz dijo que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el único método para detectar el Sars- CoV-2 es el examen PCR y advirtió de una serie de limitaciones del uso de test de detección de anticuerpos IgM e IgG, que utilizan los test rápidos.

Jeannette Dabanch, infectóloga del Hospital Clínico de la U. de Chile, dijo que este tipo de test, causa “más dudas que certezas”. ¿La razón? La serología hasta ahora nunca ha sido muy buena para los virus respiratorios, mientras que Mónica Lafourcade, médico microbiólogo y expresidente de la Sociedad Chilena de Infectología (Sochinf), ambas entrevistadas en una nota de Qué Pasa explica que no están diseñados para el diagnóstico de la enfermedad. “Son rápidos y fáciles de hacer pero los resultados no son tan buenos”, dijo. Lo peor, añadió, dan muchos falsos positivos.

2. Esta es la mascarilla más segura según la ciencia

Eric Westman es un médico de la U. Duke, quiso saber cuál de las mascarillas que se venden en el comercio es la más efectiva. El problema, es que no encontró esa información. Por eso, desafió a sus colegas del Departamento de Física de su universidad para que analizarán las existentes en el mercado y las que la gente fabrica en sus hogares, para determinar cuáles eran las más eficientes.

Los científicos fabricaron una máquina capaz de medir cuáles contenían mejor las gotículas que las personas exhalan cuando hablan, tosen o estornudan y examinaron 14 tipos diferentes de mascarillas.

Los científicos de la U. de Duke, durante las pruebas de las mascarillas.

El veredicto: la mascarilla N95 es la más efectiva. El podio lo completa la quirúrgica de tres capas y la de polipropileno mezclado con algodón.

Las peores: los cuellos de polar o similares improvisados como mascarillas, seguidas de las bandanas tipos pañuelos y las tejidas a mano. Sí, también se analizaron las tejidas, pues al menos en EE.UU., mucha gente parece usarlas.

En orden de efectividad, este es el resultado de las 14 mejores mascarillas:

1. N95

2. Quirúrgicas de tres capas

3. Polipropileno mezclado con algodón

4. Polipropileno

5. MaxAT: mascarilla de una capa

6. Algodón 5

7. Algodón 2

8. N95 con válvula de exhalación

9. Algodón 4

10. Algodón 1

11. Algodón 3

12. Mascarillas tejidas de lana

13. Bandanas tipos pañuelos

14. Cuellos de polar o similares

3. El Sars-CoV-2 puede dañar tu cerebro para siempre

A siete meses de su irrupción, el Sars-CoV-2 aún genera interrogantes, pero también emergen algunas certezas, por ejemplo, sobre las secuelas que la enfermedad que provoca puede dejar en los pacientes, especialmente los que soportaron la versión más dura y que tuvieron que ser intubados.

Y especialistas advierten que es probable que varias de estas consecuencias puedan ser permanentes. Entre ellas está el daño cardíaco y pulmonar, pero una de las más graves, son las secuelas neurológicas.

Esteban Basáez, neurólogo de adultos de Clínica Las Condes, entrevistados por Qué Pasa, dijo que desde el punto de vista neurológico hay una infinidad de complicaciones y que parecieran que todo esto es propio de la enfermedad y no de los fármacos ni el tiempo que han estado intubados.

El especialista dijo que no existen pacientes a los que se haya seguido por más de un año tras la enfermedad para tener una claridad respecto de la recuperación de estas secuelas, pero hay algunos casos en los que tras un examen de resonancia magnética, se puede ver claramente un daño en el cerebro que no se recuperará.

“Los pacientes que quedan con secuelas definitivas son los que se ve daño en la resonancia. Son lesiones visibles que no se recuperarán”, dijo lapidariamente el médico.

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