Manifiesto de Jaime Fernández, vocero de Furiosos Ciclistas: "Andar en bicicleta es una lucha, hay una rebeldía inherente"

Foto: Patricio Fuentes

Hay gente que se pregunta por qué furiosos y no felices. No es que el ciclista esté enojado, sino que tiene furia de coraje, de garra, de pasión, de ponerle empeño a la bicicleta y pedalear hasta el final. De estar en la calle y hacer ciudad. Eso es lo que hace al ciclista al final del día. Por eso es Furiosos Ciclistas y no Ciclistas Furiosos.


Partí con el triciclo lunar de Wenco. Después el Fórmula 1 y luego me gané una bicicleta en un concurso del zoológico, justo después de que se quemó, cuando llegaron las primeras jirafas.

Andar en bicicleta es una lucha. Hay una rebeldía inherente: es rebelarse a no gastar en combustible, a no contaminar, a no gastar en un auto. Hay un meme que nos identifica que dice "el sistema no quiere a la bicicleta", porque no gastas en médico, no gastas en bencina, no estás en un taco. Es un acto de rebeldía contra el sistema.

Un día tomé la decisión de irme en bici a la pega y me cambió todo. Me di cuenta de que demoraba lo mismo que ir en auto y que llegaba de manera distinta: te bajas con todas las endorfinas, adrenalina, motivado a full.

Cuando un alcalde anuncia una ciclovía nos da un poquito de urticaria. No estamos en contra, pero creemos que el espacio de la bicicleta es la calle. Ahí es donde pedalear debe ser seguro, con o sin ciclovías. Si tú te sintieras cómodo en cualquier calle, no sería necesario hacerlas.

Entendemos que no es el momento de subirse al carro. Apoyamos el estallido social, hemos participado, pero no hemos querido tomar una bandera que le pertenece a la gente. Yo no pude ir a la casa del Presidente Piñera. Me hubiera encantado, pero los que fueron contaron que estuvo súper entretenido y que se dio de forma natural.

Con el Metro hemos tenido una relación dispar. Es por culpa de Louis de Grange, que es el Donald Trump del urbanismo. Hubo avances en algún momento, pero él ha dicho que la bicicleta es para la gente joven, sin hijos y en buen estado físico. Nosotros estamos convencidos de que se puede integrar el Metro con la bici.

No somos el grupo más perjudicado de la sociedad, pero el ciclista está en desventaja. Si el Estado destinara con lo que financia una autopista a ciclovías, tendríamos otro estándar de ciudad y otra realidad.

Hay gente que se pregunta por qué furiosos y no felices. No es que el ciclista esté enojado, sino que tiene furia de coraje, de garra, de pasión, de ponerle empeño a la bicicleta y pedalear hasta el final. De estar en la calle y hacer ciudad. Eso es lo que hace al ciclista al final del día. Por eso es Furiosos Ciclistas y no Ciclistas Furiosos.

El auto no es el enemigo; es su uso abusivo. Yo tengo auto, pero lo tengo tirado hace meses. Lógicamente, si voy a salir con mi familia fuera de Santiago, lejos, o si tengo que mover cosas, no voy a poder ir en bici. Por eso entendemos que el auto no es el rival, su uso indiscriminado sí.

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