SEÑOR DIRECTOR:

Milton Friedman, Joseph Stiglitz y Thomas Piketty rara vez coinciden, pero los tres apoyan una idea simple: un impuesto al valor del suelo es una forma más justa y eficiente para recaudar que el sistema actual de contribuciones.

Hoy, el sistema castiga a quienes mejoran su vivienda, ya que las contribuciones suben con cada inversión. En cambio, un impuesto que solo considere el valor del terreno no penaliza el esfuerzo de las familias y captura parte del valor que generan bienes públicos como calles, parques o transporte.

Así se evita premiar la especulación y se mantiene el financiamiento del Estado, sin transformar el sueño de la casa propia en una carga injusta.

Jorge Schiappacasse

Cientista político