SEÑOR DIRECTOR:

El reciente proceso electoral, marcado por un intenso debate público en torno a sus resultados y liderazgos, ha vuelto a poner sobre la mesa una pregunta incómoda: ¿qué tan preparados estamos, como ciudadanía, para ejercer el voto?

En múltiples ámbitos de la vida social exigimos conocimientos mínimos antes de asumir responsabilidades, basta pensar en la licencia para conducir. Sin embargo, el acto de votar, que define rumbos colectivos y modelos de país, no requiere más que la voluntad individual. ¿Es suficiente? ¿Estamos asegurando una alfabetización cívica básica que permita comprender el funcionamiento del sistema político y las consecuencias de nuestras decisiones?

Plantear esta inquietud no busca restringir derechos, sino reflexionar sobre cómo fortalecer la democracia a partir de ciudadanos mejor informados. Quizás el debate no sea a quién se vota, sino con cuánta conciencia lo hacemos.

Gonzalo Manzur Chomali

Arquitecto