Jimena Zapata
24 ene 2019 03:43 PM
Las dos se llaman Carmen García. Una tiene 36 años, es escritora y creadora de la Fundación Plagio y confiesa que le cuestan los cambios: "Mi vida es súper estable", dice. La otra tiene 76 años y se define como arrojada, durante su juventud se fue a vivir a California, estudió en UCLA, trabajó como traductora hasta que a los 60 decidió dar un vuelco en su vida para dedicarse a las telas para vestidos de novias. ¿Qué las une? ¿Qué las separa? Tienen más afinidades que diferencias, y conversando descubrieron que un vestido dorado cruzó sus vidas hace años.
Paz Castillo es pastelera y madrugadora. Odia trasnochar y necesita dormir al menos siete horas de corrido para funcionar. La vida de Marcela Briceño es todo lo contrario. Trabaja en una imprenta por las noches y descansa por tramos durante el día. Pese a que sus horarios difieren totalmente y tienen un estilo de vida ajeno al de la otra, ambas comparten más de una cosa en común. Sin conocerse, se juntaron en un café para tener una conversación improbable, sincronizando sus relojes.
Ambas se criaron en regiones y llegaron a Santiago para estudiar. Ambas vienen de familias numerosas de cuatro hermanos cada una. Ambas se casaron a los 23 años. Francisca a los 30 ya había formado una familia con cuatro hijos. Mónica, con 55 años, también ha formado familia dos veces, pero sin descendencia. Este es el diálogo improbable sobre maternidad entre dos mujeres que optaron por vidas con y sin hijos.