Llena de nuevos desafíos ha sido la carrera de Joaquín Niemann desde abril de 2018, cuando debutó en un Masters. Tras eso experimentó su primer torneo como profesional, luego, jugar en Europa, entrar a los Playoffs del PGA, una Presidents Cup, un WGC... Esta semana, el número uno de Chile tiene una nueva aventura, enfrentará por primera vez el Tour Championship, el torneo con que el circuito estadounidense cierra sus temporadas.

No es un certamen más. Primero, porque como es costumbre lo juegan solo los mejores 30 de la temporada. Luego, porque las posiciones finales en el campeonato determinan la ubicación final en el ranking: el campeón es el ganador del año, recibe la FedEx Cup y una membresía en la gira por cinco años. Y, claro, el cheque por 15 millones de dólares.

En realidad, más que un torneo, la cita que se disputa desde el viernes hasta el lunes (feriado en Estados Unidos) es la definición de un ranking. Por eso los organizadores decidieron que no todos los jugadores partan en las mismas condiciones, sino que los líderes tengan ventaja respecto de sus escoltas. O que a los mejores del año se les haga más fácil ganar que a los de atrás, visto de otra manera. Así, Dustin Johnson, el uno del escalafón, partirá el certamen ya con 10 golpes bajo el par; su escolta, Jon Rahm, iniciará con -8, y el tercero, Justin Thomas, con -7. Por ejemplo, el 10º, Hideki Matsuyama, parte con -4.

¿Niemann? Por ser el 18 del ranking partirá con -2, que es lo que les corresponde a los ubicados entre la posición 16 a 20. Los últimos cinco puestos parten en cero (par). Lo demás del torneo se hace de manera tradicional. Para lo único que no se tomará en cuenta ese particular hándicap añadido es para el cálculo del ranking mundial.

Joaquín Niemann se pone crema en la cara durante la ronda de práctica de este jueves del Tour Championship.

Pero si el sistema hace este campeonato único, lo que lo hace tal vez más interesante es su bolsa de premios. El cheque que reciba Niemann engrosará de manera importante su cifra de ganancias, pues en toda su carrera en el PGA Tour ha recibido 5,55 millones de dólares. El ganador del certamen, o mejor dicho, el número uno del año, se quedará con 15 millones de la moneda estadounidense. Si el chileno fuera el ganador habrá conseguido el mayor premio de la historia del deporte nacional, aunque no es tan correcto pensar que ese premio es por cuatro días de torneo, sino que corresponde a un año de campaña. El hecho de jugar con el sistema de handicap avala este punto.

El golfista quedaría como el deportista chileno con más ganancias de la historia, superando a Marcelo Ríos, si es primero e incluso si termina segundo, pues el runner up recibe cinco millones. El tercero, “solo” gana cuatro millones de dólares y el cuarto, tres millones, más del doble del mayor premio de Niemann, los 1,35 millones que obtuvo por ganar el Greenbrier 2019 (el séptimo en East Lake recibe una cifra similar, 1,3 millones).

Eso si le va muy bien. Si mantuviese su posición 18 con que llega a la gran final se quedará con 535 mil dólares dólares, poco menos que los 551 mil que recibió la semana pasada por su exitoso tercer puesto en el BMW Championship. En el peor escenario, si se desplomara y terminara último, igual lo esperan 395 mil dólares, es decir, en East Lake recibirá al menos el tercer mejor premio de su carrera.

El Tour Championship se juega desde 1987, siempre con los 30 mejores del año, en 2004 se comenzó a disputar en East Lake, Georgia, y desde 2007 es el torneo final de los entonces creados Playoffs. Solo han conseguido ganar dos veces la FedEx Cup Tiger Woods y Rory McIlroy, quien se impuso el año pasado, cuando por primera vez se usó el sistema de hándicap. El norirlandés partía con cinco golpes de desventaja respecto de Justin Thomas, el uno del escalafón, y terminó cuatro arriba de su escolta, Xander Schauffele. Es decir, remontar es posible. Y caer también.