Niemann termina su participación en el Rocket Mortgage Classic rozando el título. Jugó a un nivel increíble y solo perdió en el desempate, en un torneo perfecto para el chileno. Llegó al playoff con -18 y sin bogeys en las cuatro rondas (marcó uno en la definición). Vuelve a quedar segundo en un torneo del PGA, al igual que en los dos certámenes de Hawái a principio de año.

Al comienzo del día dos nombres eran los que se robaban la atención, Joaquín Niemann y Troy Merritt. Ambos llegaron a la última ronda como líderes, con la gran chance de levantar el trofeo cuando terminase la jornada. Pero el guión en Detroit estaba lejos de estar escrito. El cierre estuvo lleno de emociones y cambios en la tabla, manteniendo el dramatismo hasta el cierre.

El primero en tener problemas fue el nacido en Iowa. De un sábado soñado, donde logró su primer hoyo en uno, a un domingo donde firmó bogey en la segunda bandera. Eso ilusionaba a Joaco en el arranque, ya que era líder absoluto. Su birdie en la bandera tres, con un approach impecable desde el rough lo hacía escalar hasta el -15 en la general, una cifra que de todas formas no lo dejaba tranquilo.

Muchos lo seguían de cerca en la tabla, algo que se confirmaría en la bandera cinco, cuando Niemann quedó empatado en la cima con Bubba Watson, Kevin Kisner y Jason Krokak. Un grupo al que en el siguiente hoyo se sumaría el sueco Alex Noren. El dramatismo era total en Michigan. Nadie quería perder y las emociones aumentaban en cada golpe. Por eso el birdie del 10 se celebró de sobremanera. En un día donde la tensión estaba a tope, descontar era valioso oxígeno.

Pero la principal cualidad de Joaco estuvo en revertir situaciones complicadas. Cada vez que parecía que el primer bogey del torneo iba a llegar, sacaba golpes de clase mundial. El problema era que no solo él estaba encendido en el Rocket Mortgage. Hank Lebioda en esos mismos instantes igualaba a Noren con -17 y dejaba al talagantino en el T3 con -16. La definición era un rompecabezas total. En todos los hoyos finales se jugaban cosas importantes, mientras subían y bajaban candidatos. Ahí, en medio de la revuelta, Niemann encontró la luz.

Las miradas puestas en el juego de Joaco. (Gregory Shamus/Getty Images/AFP)

Clavó una bomba desde el tee del 16 y avanzó 348 yardas. Una locura de tiro, que lo ayudaría a marcar el birdie y subir nuevamente al T1. Justo en el momento en que Lebioda fallaba una chance clara de quedar en solitario, pero en el cual también se sumaban otros dos candidatos, Cam Davis y Troy Merritt, quien había logrado una gran recuperación y volvía a la punta tras clavar cuarto birdies en los últimos cinco hoyos. Todos estaban con -17.

Y cuando el margen se acababa, Joaco dio un recital de golf. Comenzó el hoyo 17 con el drive más largo del día (335 yardas) y después un approach directo a la bandera. Rozó el “águila”, pero firmó el birdie. El 17 fue su hoyo en el torneo. Ahí metió birdies en todas las rondas.

Así fue como Niemann llegó a la última bandera con -18 y como co-líder. Empatado con Cam Davis (quien ya había terminado la ronda) y con Troy Merrit. Uno de ellos tres iba a ser el campeón.

Merrit comenzó tirando y pese a su buen golpe de salida, se complicó con el segundo impacto, quedando solo en el par. Algo de lo que Joaco tomó nota. Probó con el hierro nueve y quedó con una pequeña chance de birdie. Ahí con la tensión a flor de piel, con el peso de la historia sobre sus hombros, casi hizo la hazaña. Habría playoff para definir al campeón.

Un desenlace cruel, para una semana perfecta

Los tres golfistas se posaron sobre el tee del 18 para definir al nuevo campeón. Durante todo el día el desempate había sido una opción. La cantidad increíble de líderes que pasaron por la última jornada hacían presentir que la emoción llegaría hasta el final.

Tiros de salida muy similares entre los tres. Todos sobre las 300 yardas. El problema fue que Davis clavó un segundo tiro impresionante y posó la presión sobre Niemann. Joaco falló en el último suspiró y dejó su tiro pasado del green. Ese único momento de descontrol le quitó el título.

Un momento doloroso y es que durante toda la semana jugó un golf perfecto. Sin bogey en las cuatro rondas, tirando bombazos desde el tee y por sobre todo con una actitud de campeón. Niemann vuelve a rozar la gloría. Al igual que como hizo en Hawái a principio de año, donde un desempate también le quitó la corona.

El torneo terminó quedando en manos de Cam Davis tras un desempate fenomenal. Al igual que la semana pasada en el Travelers, el playoff se tomó protagonismo y se prolongó por varios hoyos. En este caso fueron cinco, dándole al australiano su primer trofeo en el PGA. Alcanza la posición 34 en el ranking de la FedEx Cup.

Volver a digerir una situación así es difícil. Por eso el chileno lo asumió con enojo y malestar, como debe ser. Quiere ganar, quiere volver a levantar un trofeo. Algo que está cerca. Cada semana Niemann crece más. A veces jugar perfecto, no asegura trofeos.

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