Emprender siendo mujer en Chile: brechas persistentes, impacto creciente
A pesar del bajo acceso a financiamiento y redes, los emprendimientos liderados por mujeres aportan cerca del 20% del PIB chileno. Panel de expertos llama a cambiar las reglas del juego. Revive el análisis en este conversatorio de Hub Emprende.
Solo 3 de cada 10 emprendimientos en Chile son liderados por mujeres, según datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2023. La mayoría lo hace por necesidad, no por oportunidad, y enfrenta múltiples barreras: falta de redes, corresponsabilidad y escaso acceso a financiamiento. Sin embargo, su impacto económico es clave. Un reciente conversatorio organizado por Hub Emprende de La Tercera reunió a actores del sector público, privado y académico para proponer soluciones que cierren estas brechas y liberen el potencial transformador del emprendimiento femenino.
“Las mujeres emprendemos por necesidad”, afirmó María Elba Chahuán, vicepresidenta de Unión Emprendedora, al abrir el conversatorio. Y es que el 77% de las emprendedoras financia su negocio con ahorros propios y solo un 14% accede a fondos públicos o privados, según datos de Startup Chile. En contraste, si las mujeres tuviesen las mismas oportunidades que los hombres, el PIB de Chile podría crecer un 12%, según estimaciones de la Cámara Chileno-Británica.
El panel, moderado por Bárbara Pezoa, editora de Hubs de La Tercera, incluyó además a Pablo Vaillant, director de Innovación de INACAP, y Gonzalo Soto, líder de Estrategia Pyme y Emprendimiento del BCI. Todos coincidieron en la urgencia de abordar los sesgos estructurales en financiamiento, las trabas culturales y la falta de formación financiera que afectan a las emprendedoras.
“Hay que pasar del discurso a la acción”, sentenció Chahuán. La informalidad alcanza al 56% de las mujeres emprendedoras, muchas de ellas en sectores de servicios o comercio informal. La pandemia, además, retrocedió una década en corresponsabilidad y participación laboral femenina, asegura ella.
Desde la banca, Gonzalo Soto reconoció que aún persisten sesgos de riesgo y falta de referentes en espacios decisionales. Sin embargo, destacó los esfuerzos del BCI con su segmento NACE y programas específicos de apoyo al emprendimiento femenino. “El historial crediticio y las garantías siguen siendo barreras, pero hay formas de mitigar eso si fortalecemos las redes y la información”, subrayó.
Por su parte, INACAP presentó sus programas STEM y “Crea Empresas” como plataformas de acceso a formación técnica, redes de mentoría y vinculación con el ecosistema. “Tenemos que mostrarles a las niñas desde temprano que pueden ser parte del mundo tecnológico y emprendedor”, dijo Vaillant.
La invisibilidad de fondos disponibles, la complejidad para postular a instrumentos públicos y el centralismo de las oportunidades fueron otros temas abordados. “Emprender desde regiones siendo mujer es el doble de difícil”, apuntó Chahuán.
El seminario cerró con un llamado transversal: transformar las políticas públicas y los instrumentos de apoyo en herramientas más inclusivas, descentralizadas y accesibles. Porque si bien los recursos son escasos, el impacto económico del emprendimiento femenino es innegable.
Revive el conversatorio a continuación:
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