Alzas en los precios de los planes y cesantía: las razones que llevan a las personas a migrar de isapres a Fonasa

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Producto de la incertidumbre por la que pasa la industria, un millón de personas ha decidido pasar del aseguramiento privado al público. Solo el año pasado 344.374 personas pasaron de un sistema a otro. El resto de los usuarios del sistema sigue en vilo esperando qué pasará cuando se haga efectivo el fallo de la Corte Suprema que obliga a las isapres a restituir los cobros en exceso realizados a los usuarios.


El fallo que dictó la Corte Suprema que mandata a las isapres a aplicar la nueva tabla de factores y restituir los cobros en exceso a los usuarios tiene en crisis a la industria, y ya ha advertido que varias aseguradoras podrían desaparecer ante la imposibilidad de pagar la deuda, que hoy se empina sobre los US$ 1.000 millones. Mientras la industria está a la espera de lo que resuelve el Congreso a través de la ley corta, los 2 millones y medio de usuarios del sistema miran con preocupación lo que se viene.

La amenaza de quiebras de las aseguradoras, la frágil situación económica y el alza de planes de las isapres por el aumento del precio GES, entre otros factores, han generado una masiva migración desde las isapres al Fondo Nacional de Salud (Fonasa). De acuerdo al director de esta última entidad, Camilo Cid, desde el primer fallo de la Corte Suprema -agosto de 2022- han recibido a alrededor de un millón de personas.

En concreto, el organismo público finalizó el 2023 con 16.229.898 afiliados. Esto significa que durante el año pasado se sumaron 616.320 personas al asegurador público, un alza de 3,95% en comparación a diciembre de 2022. Con ello, en dos años Fonasa suma exactamente 996.088 usuarios adicionales.

Ahora, el total de traspasos de isapres a Fonasa en 2023 ascendió a 344.374 personas, según cifras entregadas por el asegurador público. Eso significa que más de la mitad de quienes llegaron a Fonasa en 2023 provinieron del sector privado.

La Tercera PM recogió testimonios de usuarios que pasaron de un sistema a otro. Algunos lo hicieron obligados por la necesidad de bajar costos ante la cesantía, mientras que otros apuestan por fortalecer el sistema público de salud. Varios lo hacen buscando una garantía adicional de atención a través de seguros complementarios.

“Es muy indignante vivir con ese miedo”

Andrea Valencia (48) decidió cambiarse de su isapre a Fonasa en agosto del año pasado; ¿la razón?, su cambio en el escenario laboral, los precios de los planes y los problemas con la cobertura.

“Pospandemia, cuando pudimos volver a pedir atenciones presenciales no urgentes, no solo empezaron a pagar los reembolsos cada vez a mayor cantidad de días, sino que también me peleaban cada gasto. Sentí que me trataban como enemiga en vez de afiliada (...) me fui porque estaba trabajando como independiente y me indignaba pagar $160.000 mensuales para que me pelearan consultas de $30.000, cuando ves que en 2023 tuvieron utilidades por 7 mil millones de pesos”, cuenta Valencia.

Eso sí, el traspaso no ha sido fácil. La periodista lleva más de siete meses intentando hacer el traspaso, pero le han rechazado papeles y le han solicitado diversos trámites que le han tomado tiempo. Acusa que ha hecho cuatro veces el proceso. “Estoy segura de que la última vez hice todo bien, pero aún no he recibido respuesta y la página web simplemente me bota. Y por trabajo no he podido ir a una sucursal”, dice.

Por esta misma razón, aún no ha podido utilizar el sistema para atenderse. Sin embargo, la profesional admite que tiene un poco de temor, pues afirma que en caso de requerir alguna hora o tener una emergencia tendría que dirigirse al sistema público.

Me da miedo que me den hora médica para meses o años. Eso sí, he visto personalmente la atención maravillosa en calidad humana y profesional que les han dado a tres adultos mayores de mi familia en consultorios y hospitales (...) como todos, temo que alguien de mi familia o yo me enferme. Es algo que no podemos evitar y es muy indignante vivir con ese miedo”.

“El cambio ha sido para mejor”

Iván Arias (47) también migró de isapre a Fonasa en agosto del año pasado, principalmente debido al gasto que le generaba su plan. Sacando cuentas, se dio cuenta que con el seguro complementario que ofrecía su empleador más su 7% obligatorio las consultas médicas en prestadores privados le costarían lo mismo, por lo que decidió hacer el cambio.

Con isapre, además de mi 7% tenía que pagar 200 mil pesos más, y eso era mucho”, explica.

También asegura que es testigo de que el sistema público ha evolucionado. “Estuve en Fonasa hace mucho cuando empecé a trabajar, y puedo decir que funciona mejor que antes. Uno se puede atender con prestadores privados porque hay convenios con muchas clínicas. Y la verdad es que el cambio ha sido para mejor. Fonasa es más seguro y no tiene nada que envidiarle a una isapre. Lo malo es que quienes se atienden en los hospitales tienen que esperar mucho”, afirma.

“No podía seguir pagando el plan”

Jaime Narváez (56) explica que más que una elección fue una consecuencia de su nueva situación, y es que en abril de 2023 fue desvinculado de la empresa en la que trabaja y sin el sueldo que tenía no podía seguir pagando el plan de su isapre. Por esta razón decidió cambiarse a Fonasa.

Eso sí, el ingeniero industrial cuenta que le es muy difícil comparar las previsiones de salud, pues de momento no ha necesitado de alguna prestación médica: “Por fortuna, no he tenido que ocupar el servicio, es decir, no he necesitado ninguna consulta médica ni tampoco ningún tratamiento de salud. No he tenido que ir a un hospital o algo por el estilo. A mí me cabe la tranquilidad de que, en caso de que me pase algo, estoy cubierto por algo. En este caso Fonasa”.

Sin embargo, dice que tiene claridad de que no tendrá la misma oferta que tenía antes con su seguro privado: “Me ha sucedido, cuando he tenido que tomar una hora para mi mamá, que también está en Fonasa, no todos los médicos de las clínicas atienden para esta modalidad, entonces probablemente no podré ir con los mismos profesionales de antes”.

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