La defensa del carabinero investigado por homicidio de malabarista: “Me dijo: ‘te voy a matar, paco c...’”

Despiden restos de Francisco Martínez en Panguipulli.

Hoy, el sargento segundo J.G.I. será formalizado por su participación en el procedimiento en que resultó muerto el joven de 28 años, Francisco Martínez Romero. En su versión entregada en el parte policial, dice que procedió a disparar al cuerpo de la víctima cuando ésta, supuestamente, le pegó en la cabeza con uno de los machetes que portaba.


Tiene 32 años, y antes de realizar labores como sargento de Carabineros en Panguipulli, participó en causas por usurpación de tierras en La Araucanía. Se trata del suboficial J.G.G.I -cuya identidad no se puede difundir por prohibición expresa del Juzgado de Garantía de esa ciudad- quien hoy enfrenta a la justicia por el homicidio del joven malabarista Francisco Martínez Romero, quien cayó abatido en pleno centro de Panguipulli, tras cinco tiros propinados por el policía la tarde del viernes 5 de febrero.

En el expediente judicial a cargo de la Fiscalía de Los Ríos está la versión entregada por el imputado, quien tras el procedimiento fue detenido, pero quedó a la espera de lo que resuelva hoy el Ministerio Público, luego de que el sábado se ampliara su detención en espera de nuevos peritajes que clarifiquen si hubo o no un actuar desproporcionado por parte del suboficial. De hecho, en la declaración que entregó tras las primeras pesquisas, asegura haber actuado ante una amenaza a su integridad física, ya que la víctima se le habría abalanzado tras amenazarlo -según describió- de muerte.

En el relato de hechos, cuenta que a propósito del Plan Verano, a eso de las 15:30 horas procedió “a realizar un control de identidad preventivo a un hombre que portaba unos cuchillos tipo machete, el cual al solicitarle la cédula de identidad, éste se negó ya que no mantenía documentos”, razón por la cual el sargento J.G.G.I. le manifestó “que debía ser conducido a la unidad para corroborar su identidad, causando la ofuscación de este sujeto”. En ese minuto, según la versión de los otros dos carabineros que lo acompañaban ese día, en el procedimiento policial, Martínez lo amenazó de muerte: “Me dijo te voy a matar paco cul...”. Los carabineros sostienen que, de inmediato, la víctima “levanta ambas manos con los machetes con intenciones de agredirlo”.

Tras esto, dicen los policías, tomaron distancia del individuo, ordenándole que botara los cuchillos en reiteradas oportunidades y fue ahí cuando el imputado, al no obtener respuesta del joven, decidió desenfundar su arma de servicio “apuntándolo y disparando hacia el suelo, efectuando dos disparos más hacia el mismo lugar a modo de advertencia y para que el individuo deponga su actitud agresiva”.

Esta versión del imputado y los otros dos carabineros está siendo contrastada con los videos que hay del momento del crimen, además de las versiones de testigos que transitaban por el lugar. El homicidio de Martínez causó indignación en la comunidad de Panguipulli y en otros puntos del país, causando una serie de manifestaciones que terminaron con varios recintos incendiados la noche del viernes.

Supuesto golpe en la cabeza

La defensa de J.G.G.I. gira entorno a que “no obstante los esfuerzos del personal de disuadir al sujeto, este aumentó los niveles de agresividad y se abalanzó con los cuchillos en las manos con claras intenciones de agredirlo, impactando el machete a la altura de la cabeza, botándole la gorra”.

En los registros audiovisuales que se han viralizado, hasta ahora, no se logra evidenciar la agresión que denuncia el imputado.

Según lo declarado en el parte policial, el imputado, a continuación de esto, “percuta tres disparos más, toda vez que estaba en riesgo su vida, cayendo el agresor al suelo”. Los policías aseguran que quisieron prestar auxilio, que llamaron a la ambulancia, pero que tuvieron que “abandonar el lugar, debido a la gran cantidad de personas que realizaban el lanzamiento de objetos contundentes hacia los funcionarios”.

El relato de los policías da cuenta de cinco tiros. Durante la formalización, sin embargo, la fiscalía aseguró que fueron seis los disparos percutados, de los cuales cinco hirieron a Martínez. El último balazo, en tanto, habría ocurrido antes que la víctima cayera al suelo.

En el documento se registra que una reanimadora del SAMU que llegó hasta el lugar y que constató la muerte de la víctima en la calle también tuvo que retirarse, “debido al actuar agresivo de las personas, debiendo dejar al occiso en el lugar para resguardar su integridad física”. Sólo se logró levantar el cuerpo, según el registro que tiene la Fiscalía, una vez que llegó una amiga de infancia de Martínez y que el procedimiento quedó en manos de la Brigada de Homicidios a eso de las 18:00 horas del pasado viernes 5.

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