Bancos y seguros: Qué considerar para tomar la mejor opción

Hoy la oferta que entregan los bancos no solo se quedan en seguros de vida sino que también existen automotrices, de salud, para viajes, anti robos y más.



Si algo nos ha demostrado la pandemia es que hay imprevistos, incluso a escala global, que pueden cambiar el curso de nuestras vidas. De allí que mientras más vamos creciendo, la importancia de contar con un respaldo en caso de cualquier eventualidad es vital.

Allí es cuando nacen los seguros, que por definición es un mecanismo que permite transferir un riesgo ante alguna eventualidad de una persona a una entidad que ofrece el seguro. Es, en palabras más simples, contar con un respaldo económico frente a diferentes tipos de eventualidades con la finalidad de sentirnos más seguros y protegidos frente a momentos inesperados.

El seguro más clásico es el seguro de vida, el cual permite dejar un respaldo económico a nuestras familias o seres queridos para abordar un problema de salud. Un seguro de cesantía nos permite tener un respiro financiero ante una eventualidad de desempleo o un seguro automotriz, para proteger nuestra integridad y la de nuestros vehículos en caso de accidentes.

Antes, contábamos con empresas aseguradoras que se dedicaban a ofrecer todo tipo de servicios y seguros, pero hoy ese rol también lo cumplen los bancos, lo cual puede significar una serie de ventajas para los consumidores.

La primera, evidentemente es la conveniencia de contar con diferentes seguros centralizados en una sola institución. Si además es la misma institución bancaria con la que tienes otros productos, puedes acceder a beneficios adicionales como promociones para reducir el costo, pagos automáticos y el orden que significa recurrir a una sola institución para todos tus trámites. Hoy los bancos ofrecen seguros de robo, seguros de salud y de vida -incluyendo cobertura oncológica-, seguros para la vivienda ante siniestros, seguros de viajes para contar con asistencia médica en el extranjero y seguro automotriz, que si bien es cierto es obligatorio, las condiciones con las cuales vas a contar en caso de un accidente, pueden variar.

Ahora bien, independiente de tu decisión de tomar o no tus seguros con tu institución bancaria, hay una serie de recomendaciones que debes seguir antes de tomar una decisión de manera informada.

Lo primero es siempre tener en cuenta que los seguros operan con lo que se llama la transferencia de riesgo, y que se explica con que los usuarios pagan una cantidad reducida, de manera mensual, para recibir un beneficio en la eventualidad de que un hecho no deseado ocurra. Y por eso mismo, el valor del seguro siempre dependerá de lo que la persona esté dispuesto a asumir como un costo mensual a favor de ese beneficio.

Luego, es importante conocer bien las palabras con las que te encontrarás. La cobertura, por ejemplo, es el detalle de los riesgos en específico que el seguro cubrirá. Esto es muy importante tenerlo claro desde el comienzo y hacer todas las respuestas correspondientes porque una cobertura puede variar por tiempo, edad, naturaleza del fenómeno o incluso después de ciertos días de contratado.

También debes saber que cuando se habla de póliza se habla del documento donde están las normas que regirán al seguro, la prima que es el costo del seguro y la suma asegurada, que es el monto máximo que pagará la compañía o el banco ante la eventualidad.

Una vez con ello, debes tomar en cuenta varios factores personales: primero, si el seguro te incluye solo a ti o puede extenderse a miembros de tu familia, el presupuesto que puedes destinar a estos propósitos, y además los beneficios que entregue.

Por ejemplo: para una persona sin cargas familiares, un seguro de vida que ofrezca ayuda en caso de invalidez puede ser más atractivo que uno donde se asegure dinero para el grupo familiar en caso de tener hijos.

Hoy también existen muchos beneficios adicionales que se entregan solo con pagar la prima del seguro: hablamos de descuentos en farmacias, servicios de emergencia, asistencia en aeropuertos, servicios de movilización o convenios con clínicas, los que ayudan a entregar un valor agregado a los seguros sin que tengamos que necesariamente cobrar debido a un siniestro.

Lo otro que es muy importante es tener en cuenta los requisitos que se requieren para cobrar el seguro. Lo primero es siempre saber qué documentación se necesita, donde realizar esos trámites y a quien entregarlos, sobre todo cuando se trata de seguros de salud o por accidentes en donde muchas veces el contratante no tendrá acceso a realizar la tramitación.

Lo mismo ocurre con la forma de reportar el siniestro, cuyos plazos, condiciones y limitaciones estarán siempre detallados en la póliza. Mientras antes se logre hacer este trámite, mejor, ya que debido a la evaluación que deben hacer las aseguradoras, la entrega del capital nunca es instantánea.

Finalmente, siempre es bueno cotizar y realizar todas las preguntas pertinentes: desde los números de hospitalización que se cubren hasta el origen de un incendio en una casa, todo estará siempre regulado y es responsabilidad de uno, para lograr la tranquilidad que promete estar asegurado.

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