Una sorpresa y un arcoíris: La historia del nuevo moái encontrado por estudiantes en Rapa Nui

Mientras buscaban sedimentos que les hablaran del clima pasado en la Isla, un grupo de estudiantes de voluntariado de Geología de las universidades Andrés Bello, De Chile y O’Higgins encontraron una roca que no reconocían. Luego de bromear con que era un moai, se dieron cuenta que efectivamente habían encontrado una de estas legendarias figuras enterradas en un humedal. Acá, la historia de qué pasó ese 21 de febrero pasado.



Buscaban sedimentos que explicaran el clima del pasado en el cráter de Rano Raraku, en Rapa Nui (Isla de Pascua), y se encontraron con un moái enterrado cuya existencia nadie conocía. Fue todo un impacto. La ABC News, que estaba en la isla realizando un documental, fue la primera en divulgar la noticia, luego de que jóvenes estudiantes de Geología de las universidades Andrés Bello, De Chile y O’Higgins notificaran a la comunidad el hallazgo de esta nueva escultura. Todo, por una casualidad del destino, porque ellos estaban efectuando un voluntariado científico en el lugar.

El 21 de febrero pasado, entre muchos otros jóvenes y coordinadores, Araceli Soto y Josefa Novajas, de la Universidad Andrés Bello (UNAB), y Matías Silva, de la Universidad de Chile, estaban en su último día de trabajo en el cráter seco de Rano Raraku. Alguna vez fue laguna, luego humedal, pero terminó secándose en 2019 a causa de las escasas precipitaciones.

Luego vino el incendio de octubre de 2022, que también afectó el área y los moáis que allí están. Araceli y Josefa se hallaban en los alrededores del lago, mientras Matías aún permanecía en el centro. El sector tenía aún una densa capa de cenizas provocada por el incendio, lo que dificultaba el caminar. “Era un día de alta carga emocional, porque era nuestra despedida del humedal, al interior del cráter -cuenta Matías-. Nosotros éramos super conscientes de que trabajábamos en una zona de acceso limitado, un lugar muy potente. Es una cantera interna, hay moáis, era un privilegio investigar ahí. Estábamos finalizando las labores de mapeo de niveles de cenizas, de grietas y otras cosas que nos habían solicitado, y salir del interior del humedal era bastante complejo, ya que por el incendio aún tenía una capa de cenizas muy densa y uno podía enterrarse hasta la rodilla”.

Fue saliendo del área que Matías vio una roca que no correspondía al interior de un humedal. Era grande, amarilla, y él sabía que ese era el color de la toba, la roca original de estas esculturas. Además, presentaba una curvatura. “En tono de broma les comenté a mis compañeros y al personal de Conaf que tal vez se trataba de un moái. Pero me acerqué y, efectivamente, era un moái. Las curvaturas que mostraba eran claramente el cuello, los brazos y la punta de la nariz. Fue un momento de shock al principio, como que no supimos reaccionar, y Pedro Lazo, el funcionario de Conaf, dijo ‘esto hay que avisarlo ahora’. Él lo reconoció de inmediato”. Era un moái no fichado, distinto al resto, porque mide 1,60 m de altura y 90 cm de ancho.

Se comunicaron enseguida con Araceli y Josefa, las estudiantes de la UNAB, quienes dieron el aviso a las autoridades de la comunidad Ma’u Henua, a cargo de los parques en la isla. Tampoco ellas podían creerlo, pero culminaba así un trabajo de semanas en ese sitio, “que es muy importante para los isleños, porque de ahí se sacaban las rocas para tallarlas. Nuestra tarea como investigadores era hacer una reconstrucción paleoclimática para ver si podría haber una recuperación del humedal. Entendiendo el clima del pasado se entiende el del futuro”.

Las conclusiones del estudio aún no están hechas, pero, según explica Araceli, les hicieron notar a los isleños que el humedal está enfermo y que hay que dejarlo tranquilo.

El día terminó con un moái más para Rapa Nui y con un arcoíris en el cielo, lo que ellos, con la emoción del momento, asumieron como un momento mágico.

Y Matías Silva cumplía su sueño de infancia: “Encontrar algo antiguo enterrado”, porque su primer interés de niño fue la paleontología.

LA IMPORTANCIA DEL HALLAZGO

Hasta ahora no se conoce si se investigará el moái y la posible existencia de otros enterrados, porque la decisión final recae en la comunidad Ma’u Henua.

“Sé que ellos, que son los representantes de la comunidad rapanui, ya tomaron datos del lugar y enviaron a los arqueólogos encargados de hacer las investigaciones posteriores -comenta Josefa Novajas, estudiante de la UNAB-. Pero como es algo tan sagrado y espiritual, lo consultan primero con el resto de la comunidad. Sé que hay intención de parte del grupo de arqueólogos, pero no hay una decisión tomada todavía”.

Después de todo, para los lugareños estas esculturas son sus ancestros y una investigación siempre suele ser invasiva.

Cristián Rodrigo, profesor investigador de geofísica de la carrera de Geología de la UNAB sede Viña del Mar, indica que si bien este hallazgo tiene mayor relevancia para la arqueología, su parentesco con la geología no se puede ignorar. “Son disciplinas hermanas. La arqueología analiza los cambios culturales en el tiempo, la historia de la humanidad mediante el estudio de ciertos objetos; por ejemplo, los moáis. Estos cambios culturales también están ligados a los del ambiente, de la geología, porque muchos de los materiales con que se construyen estos objetos, artefactos o monumentos, utilizan roca, que es un material geológico”.

Uno de los objetivos del trabajo que hizo el grupo de voluntariado en la isla fue el estudio de los sedimentos de la laguna que se secó, explica Rodrigo, para poder explicar las variaciones climáticas en el tiempo. Otro objetivo fue analizar la estabilidad del macizo rocoso. Por ejemplo, sus desprendimientos. “Y eso también tiene una conexión con la parte arqueológica, porque si hubo derrumbe o remociones en masa quizás taparon lo que allí había, en este caso, moáis. Hay que estudiar eso”.

Coincide el estudiante Matías Silva: “La presencia de este moái en esa zona podría indicar que el humedal estuvo seco en el pasado. Daría información climática de alta importancia, y eso es lo que podemos destacar en geología”.

EL ROL GEOLÓGICO

Fotografías: Luis Godoy

En términos geológicos, explica el profesor de la UNAB, hay que destacar que los moáis fueron construidos en un edificio volcánico, y a la geología le interesan los procesos volcánicos que allí ocurren. Pero, sobre todo, agrega, lo que importa de allí es la paleoclimatología.

“Que puede tener una directa relación con el desarrollo humano, de períodos de grandes lluvias y otros de grandes sequías. Eso queda registrado en los sedimentos. Y en esa zona en particular de Rapa Nui está la laguna del cráter de Rano Raraku, que ha ido variando su nivel en el tiempo porque eso está muy directamente relacionado con los cambios en el clima. Estudiando los sedimentos y su composición, sus características texturales, incluso el contenido de ciertos materiales, como podría ser el polen, por ejemplo, podríamos tener indicios de cómo han ido variando la vegetación en el lugar y las lluvias. Es importante porque ello también define cómo va desarrollándose la población y el uso que tiene el suelo”.

Araceli Soto, estudiante de la Universidad Andrés Bello, destaca la importancia de entender la geología, una carrera que ella tomó casi por curiosidad al principio y que la conquistó finalmente porque tiene mucho de trabajo en terreno, además de ser un campo con muchas ramas. “Este trabajo me ayudó a entender que llegar a la comunidad es superimportante. La gente a veces no tiene idea de dónde vive ni qué lo rodea. Hacer este voluntariado allá nos sirvió tanto a ellos como a nosotros. Aprendí mucho de la comunidad y ellos, mucho de la geología actualizada en datos. Les explicábamos, hicimos muchas charlas a los guías, a la comunidad, a los niños. Fue muy gratificante”.

Después del trabajo en Rapa Nui, el descubridor del móai tiene clara la especialidad que seguirá en el futuro. Matías Silva señala: “No conocía mucho del paleoclima, porque no hay suficiente desarrollo aún; sin embargo, es un área que está tomando mucha fuerza y sí quedé maravillado con ella. Planeo realizar mi tesis en paleoclima”.

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