Vitacura inaugura su feria premium para reciclar "cachureos"

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Los vecinos podrán entregar materiales que no son aceptados en puntos limpios a emprendedores que los reutilizan.


Cristián Garrido (36) recorre desde hace cinco años las calles de Santiago, todos los fines de semana y durante cuatro horas, junto a su pareja, Pabla Manríquez (38). Buscan neumáticos desechados.

¿El motivo? Con ese material fabrican camas para perros. En Poug Gama, nombre de su emprendimiento, "llevamos a nuestro taller los neumáticos, los lavamos y secamos, les hacemos un corte para la entrada de la cama y después los pintamos y les aplicamos diseños", explica Garrido. En todo ese proceso demoran alrededor de tres horas.

Ambos formarán parte de los 15 emprendedores o fundaciones que participarán en el Mercado del Reciclaje de Vitacura, que funcionará el primer domingo de cada mes. La idea es que los vecinos entreguen allí material reutilizable pero que no se puede reciclar en los puntos limpios. Ello incluye madera, plumavit, CDs y envases de champú, bálsamo, yogur o jalea.

Esos elementos serán utilizados en la elaboración de productos reciclados que se puedan comercializar, o bien ayudar a fundaciones que dan nueva vida a útiles en desuso, como libros o ropa.

"Queremos que los vecinos participen en la economía circular. El tema del medioambiente es una tarea de todos, pero en el tratamiento de los residuos y de la basura estamos muy atrasados en Chile", señala el alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba.

La feria comenzará a funcionar este domingo desde las 11 horas, frente al Club de Polo. Tendrá entrada liberada. El objetivo, explican desde el municipio, es generar un punto de encuentro entre la comunidad, emprendedores y fundaciones que trabajan en el área del reciclaje.

Tesoros en la basura

"Me gustaría demostrar que una casa puede ser 100% sustentable, al menos desde el punto de vista de la decoración", dice Matías Gajardo (30), quien junto con su pareja, Daniela Carvajal (29), se dedica desde hace dos años a reutilizar materiales de cocina, como ollas, sartenes o batidores industriales, o partes de vehículos, que incluyen discos de frenos o resortes, para transformarlos en lámparas.

Las bases de sus creaciones están hechas con madera de roble obtenida en demoliciones.

Gajardo indica que trabajan el material tal como está. "Si viene abollado, lo dejamos así. Lo limpiamos, pero respetamos su historia", afirma. La pareja apunta ahora a expandir su emprendimiento, llamado Convictus, a la fabricación de mesas con los mismos materiales.

Gajardo relata que partieron con el reciclaje porque "no teníamos ni un solo peso", pero desde entonces esta práctica es su ley de vida. "Ahora vamos a buscar tesoros en la basura", concluye.

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