Cristián Reyes, atleta nacional: "Desperté y lo leí: tumor maligno"

El deportista sufre de cáncer testicular y está en el primer ciclo de su tratamiento de quimioterapia. Pese a su enfermedad, es optimista y asegura que su ánimo no decae: Me siento afortunado, dice.




El observador imparcial podrá mirar a Cristián Reyes en la calle y pensar que no tiene cáncer. De hecho, parece sano y sin los signos de alguien que está en la mitad de su primer ciclo de quimioterapia.

Sin embargo, el atleta penquista de 27 años, desarrolló un repentino cáncer testicular que lo dejó fuera de los Juegos Sudamericanos de marzo pasado, terminó con la extirpación de uno de ellos y dos ciclos de tratamiento. Sin embargo, está feliz por el nacimiento hace tres días de su hijo Santiago.

Antes de ver a su retoño y a su pareja, la ex patinadora Camila San Martín, Reyes habla con La Tercera de su enfermedad, que lo tiene débil físicamente, pero fuerte de ánimo.

Sorprendió que se conociera que tenía cáncer. ¿Cómo se enteró?

Corrimos los selectivos para Santiago 2014 y mi rendimiento no fue el adecuado, no había avances en lo fisiológico. Hablé con el doctor Luis Salazar y, entre medio, me preguntó si me había revisado los testículos, sólo por azar. Ahí noté que tenía una dureza, me hice un examen y arrojó un tumor de 4,3 centímetros en el testículo derecho. No sentí dolor ni nada, pero era notorio. Aunque nunca lo había notado.

¿Qué se piensa en ese instante?

Para mí la pregunta era por qué me pasa esto. Y la sigo teniendo, pero se da solamente. Cuando me dicen que hay que operar para extirpar, pasaron muchas cosas, tenía los Odesur a menos de un mes,  pero pensé en mi polola y el embarazo de siete meses. Salazar me recomendó operarme antes de los Juegos y me dije "hasta aquí llego".

¿Cómo se entera finalmente de que es cáncer lo que padece?

Tras la operación en el hospital del Salvador, antes de irme a casa, me entregan un informe que no leí, pero que sí lo hizo mi madre, la ex atleta Ximena Troncoso. Cuando desperté, me encontré con ella muy triste y ahí vi en el papel que decía 'tumor maligno'.

¿Se siente miedo al saber?

Tuve miedo, temor. El momento más penca fue después de la operación. Ahí te hacen una biopsia rápida para confirmar o descartar cáncer, pero no me dijeron nada. Estuve dos días sin que nadie dijera nada. Imaginas cualquier cosa.

¿Cómo fue ese momento cuando se entera del cáncer?

Esas horas fueron bastante fuertes. Cuando sabes que tienes cáncer es casi ver una calavera con los huesos cruzados. Y te mentiría si no la vi. Pensé en mi familia, en mi pareja, en mi hijo que venía en camino y puse fe. Opté por tomármelo bien. Incluso fui a los Juegos de espectador.

¿Y sus compañeros cómo tomaron la noticia?

Algunos supieron ahí, otros sabían de antes. En verdad, no quise hacerlo tan público, no me quería victimizar. Estos golpes de la vida trato de llevarlos personalmente. Incluso, creo que fue mejor enterarse en la casa, por último estás con un ser querido. Si quieres gritar, lo haces.

La quimioterapia comenzó la semana pasada, ¿cómo fueron las primeras sesiones?

Son muy fuertes. Entrar a la sala del hospital, a la que llegas siguiendo una línea negra en el piso, es fuerte. Ves a personas que están en lo mismo y es un poco desolador. Recuerdo a un chico que lo atropellaron antes de comenzar. Pero me siento afortunado de no tener más problemas. El pelo no se me ha caído, aunque sí me siento más débil. Hay un decaimiento, se siente y es poderoso. Esto cae mucho en lo anímico, no me he sentido tan mal como la gente que veo.

Entre medio del primer ciclo nace Santiago.

Es raro, pero fue una subida de ánimo. Cuando nació me hice una quimio en la mañana y después partí a la clínica Dávila. Dudaban por si podría estar en el parto, no quería ser un cacho y tampoco preocupar a mi pareja si me veía mal. Pero estuve ahí. Llegó en un gran momento, ha sido una inyección de ánimo grande.

¿Hubo metástasis?

Sí, a los conductos. Se alcanzó a operar a tiempo; si no, hubiera llegado más lejos. Por eso existe una posibilidad de que quede estéril, pero sabré al terminar la quimio.

¿Cómo está su entorno con esto?

Su apoyo ha sido gigante, mi familia y mi pareja siempre estuvieron metidos. Han asumido bien.

¿Y usted?

Me siento afortunado. La vida me ha enseñado a levantarme y salir adelante. El diagnóstico es bueno pese a ser cáncer. El último ciclo es el 26 y en junio  terminaré los dos ciclos. Estoy bastante optimista.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.