SEÑOR DIRECTOR

La reciente visita de Patrick Deneen y la presentación de su libro "¿Por qué ha fracasado el liberalismo?" ha traído de vuelta el debate sobre las debilidades de instituciones como la democracia y la economía de mercado en nuestros tiempos, ante el avance de doctrinas "iliberales".

La tesis supone que el éxito del liberalismo conlleva su fracaso y concluye que la sociedad liberal debe recuperar el sentido de comunidad para evitar su colapso absoluto. Pero aquí se puede apreciar una confusión. La imposición cultural de la idea de autonomía no es un fracaso del liberalismo, sino una muestra de su rotundo éxito. Otra cosa es si esto puede ser, a largo plazo, destructivo para la democracia y la economía de mercado.

Una postura que no ha estado presente en este debate es precisamente aquella que sostiene que democracia y economía de mercado son compatibles con, y requieren, del sentido de comunidad. Esta postura, a diferencia del liberalismo, entiende que la sociedad libre tiene su fundamento más profundo en principios trascendentales, propios de la tradición clásica de Occidente. Pero también, a diferencia del comunitarismo, distingue lo que es propio de una sociedad libre con aquello que es propio de una sociedad liberal.

Es claro que nuestras sociedades viven una encrucijada mucho mayor, cuya solución pasa por articular la vigencia de una sociedad libre con profundos valores morales y auténtico sentido de comunidad, que integre tradiciones diversas en la búsqueda de un bien común verdadero.

Jaime Tagle Domínguez                                                                                                                                                 Director de Formación

Fundación ChileSiempre