Laura Albornoz: “Aylwin suspendió su militancia en la DC para abrazar a todas las personas... Jara puede hacer lo mismo”
La ex-DC y exministra de la Mujer de Michelle Bachelet se sumó la semana pasada a la campaña de la abanderada comunista, lo que fue visto como un guiño al centro. Sobre ese electorado, asegura que la otrora titular del Trabajo "ha dicho que va a ser la candidata de todas las personas que se sienten con domicilio en la centroizquierda".
A tres años de su renuncia a la Democracia Cristiana, la exministra de la Mujer Laura Albornoz, hoy es uno de los rostros que se han posicionado en los últimos días de campaña de la candidata presidencial del Partido Comunista, Jeannette Jara.
De cara a la primaria de este domingo -donde la exministra del Trabajo se enfrentará a Carolina Tohá (PPD), Gonzalo Winter (FA) y Jaime Mulet (FRVS)-, su incorporación ha sido vista como un gesto de la campaña comunista de ampliar su base de apoyo hacia el centro político.
Si bien marca distancia con la candidata sobre Cuba, ya que dice que “no es una democracia”, recalca que respeta su postura.
¿Cómo llegó a apoyar a Jara?
He tenido muy buena relación siempre con mis colegas exministras, de todos los sectores y, en particular, con Claudia Pascual, pero lo mismo con Isabel Plá, Mónica Zalaquett. Con Claudia Pascual nos reunimos y después la candidata me mandó un whatsapp y me dijo si me quería integrar. Hablamos, ella me contó lo que tenía pensado en temas de género y a mí me gustó, así tal como es. Ella es como un fenómeno nacional, con su inteligencia, su destreza y su calma para hablar.
¿Por qué no optar por Carolina Tohá, que tiene el respaldo de su expartido?
Me parece interesante dar oportunidad a liderazgos de mujeres distintas, porque a veces se produce el fenómeno que es muy conocido en el feminismo de esta suerte como de “faldas de oro”, que personas que se mantienen, o sea, con lo que nos cuesta a las mujeres posicionarnos. Hay un mandato dentro del feminismo de poder diversificar y renovar las voces lo más posible, pasó con Antonia Orellana.
En caso de ganar la primaria, ¿no cree que se debería moderar el discurso pensando en el centro?
Cualquier persona que gane la elección tiene el deber no solamente de sumar rápidamente a los otros tres contendores, sino que hacerlo con mucha fraternidad. Es imprescindible, además, poder ir derribando ciertos mitos. Yo la he visto muy clara hablando respecto de su militancia y lo que tiene pensado, ella ha dicho que va a ser la candidata de todas las personas que se sienten con domicilio en la centroizquierda.
Pero ella tiene un domicilio claro, el PC, y hay otros candidatos que pueden competir por el mismo electorado, como Harold Mayne-Nicholls. ¿Qué tan difícil será ir a buscar a ese mundo de centro?
Ella logra convocar más amplios sectores. La reforma al sistema de pensiones se logró pese a todos los pronósticos que se tenían, de que ella no iba a lograr, por ser comunista, acordar nada con ningún sector. Ella logró acuerdos con el sector empresarial y sacó adelante una reforma. Las cosas que ella promueve son de sentido común y la gente hoy día no funciona con las estructuras de los partidos. Ella misma sale del molde tradicional.
¿Su incorporación se debe interpretar como un gesto al centro político?
Yo creo que están sumando a una exministra de la Mujer, personas que pueden tener algún significado para la causa de las mujeres, para el mundo de la academia, que puede tener significado para exmilitantes.
¿Cuánto puede influir en la intención de abrazar a la centroizquierda la postura que se ha fijado respecto de Cuba? Sus contendores dicen que ha sido ambigua.
Yo he escuchado su justificación y me ha sido suficiente. Es lo mismo que podría decir frente a cualquier inversionista que negocia con China, por ejemplo, donde también hay un régimen que es lo más parecido a un sistema donde lo maneja un solo partido político y Chile vende todo su comercio a China. Ella ha explicado en numerosas oportunidades su posición y a mí me satisfacen absolutamente.
¿Para usted, Cuba es una dictadura?
Yo creo que en un país donde no hay elecciones periódicas, donde está la imposibilidad de que las personas puedan, a través de sus propias decisiones, tomar el rumbo de un país, no es una democracia. Cuba no es una democracia.
¿Pero se evita decir que es una dictadura?
No sé si tengo las competencias para meterme en ese análisis de manera tan detallada, pero yo como política creo que es evidente que Cuba no es una democracia.
¿La candidata no debería ser más clara en esta postura, como dicen sus contendores?
Yo no quiero hacer un punto sobre eso que distraiga la atención de lo que para mí es realmente importante, que son las propuestas que Jeannette Jara tiene en materia de crecimiento, seguridad, yo creo en eso. Si ella le pone un nombre u otro al régimen que existe, en un país con el que el PC ha solidarizado, considero que es su posición y que hay que respetarla.
Se lo pregunto porque si pasa a la primera vuelta, los contendores de la oposición insistirán con esta crítica...
Cuando ganó Patricio Aylwin y hacíamos la campaña, la gente le gritaba que él había sido cómplice del golpe de Estado. Aylwin suspendió su militancia en la DC, que en aquel entonces cierto sector de la izquierda la llamaba golpista, para abrazar a todas las personas que formaban parte de pisos mínimos y creían en cambios sociales en nuestro país. Bueno, si usted me permite, yo creo que Jeannette Jara puede hacer efectivamente lo mismo.
¿Sería una señal para enfrentar las críticas y atraer el centro?
Yo lo dejaría a su criterio. Como confío en ella, seguramente se va a dar la solución más respetuosa. Ella siempre ha dicho que va a hablar con la verdad. Entonces, yo esperaría que ella se tomara su tiempo. Nosotros tenemos un desafío hoy día, que es primero sacar la primaria. Ha habido casos en los cuales la renuncia ha supuesto una actitud de unidad. Pero, insisto, esta es una decisión que es de Jeannette Jara.
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