13 espumantes para terminar el año

¿Espumante o espumoso? La verdad es que la cosa aún no está tan clara, aunque nos quedaremos con el primer término, que es el que acepta la RAE. Lo que sí está claro a estas alturas es que champagne (o champaña) es una denominación de origen francesa, por lo que solo aplica a las botellas provenientes de la región homónima, y que para los espumantes de otros países y zonas existen sus propias denominaciones, como la cava española o el prosecco italiano.

Hecha la aclaración, pasamos a ver tan solo una pequeña muestra de botellas nacionales e importadas que se pueden encontrar actualmente en el mercado nacional y que —obviamente— viven ahora sus semanas de mayor demanda anual. Pase, elija y brinde.

Para quienes consumen espumantes con cierta frecuencia, seguro que la marca Viñamar les resulta familiar. Mal que mal, han desarrollado en los últimos años un interesante catálogo que tiene una muy buena relación precio calidad, además de una distribución que les da amplia visibilidad en tiendas especializadas y todo tipo de supermercados.

Ahora bien, si quieren probar lo mejor de Viñamar, el elegido debe ser su Extra Brut: es elaborado en método tradicional (segunda fermentación en botella), con burbujas que impactan el paladar y un sabor con ligeros toques frutales. Ideal para simplemente brindar; solito, sin distracciones.

Hace ya varios años que la viña Miguel Torres viene dando que hablar con su famoso Estelado Rosado Brut: un espumante de método tradicional, elaborado en un 100% con uvas País compradas a pequeños productores, y —muy importante— con la certificación de Comercio Justo.

¿Qué tal este Estelado? La verdad es que muy bueno, con una burbuja fina y suave que ayuda a notar los toques de frutos rojos. Es un espumante ideal para el aperitivo, pero también para acompañar almuerzos veraniegos de días cálidos. Por ejemplo, no defraudará junto a unas humitas con ensalada chilena.

A diferencia de lo que pasaba años atrás, actualmente es fácil conseguir espumantes de otras latitudes. Un buen ejemplo de esta variedad es este cava catalán Vilarnau, que con su Brut Reserva de método tradicional ya comienza a hacerse de algunos fanáticos por estos lados. Se trata de un muy buen espumante, con mucha fruta, por lo que su acidez es leve pero agradable. Con ostras o almejas seguro que se disfruta de muy buena manera.

Siguiendo con los espumantes importados, otra buena opción puede ser el italiano Brut Pinot Nero de Modavin, hecho en Lombardía, la región más septentrional de la península, justo al sur de los Alpes. Está elaborado con el método charmat (segunda fermentación en cubas de acero inoxidable) y es muy agradable en boca, levemente frutal y bastante seco.

Si bien sirve como aperitivo e incluso para maridar algunas comidas —como pescados a la plancha—, me parece que es una gran elección para acompañar postres dulces con presencia de chocolate. Como para terminar de buena manera el almuerzo y ver hacia dónde nos puede llevar la tarde.

La bodega Chandon de Argentina (heredera y filial de la francesa Möet & Chandon) produce en el área de Mendoza una buena variedad de espumantes, los que hasta hace una década eran difíciles de conseguir en Chile. Afortunadamente, las cosas cambian y hacerse de una botella de Chandon no cuesta demasiado, ya que están en la mayoría de los supermercados y tiendas especializadas.

¿Cuál elegir? Difícil decisión, pero para ser prácticos —nunca mejor dicho en esta sección—, lo conveniente es quedarse con el Extra Brut, un todo terreno que sirve para el brindis, la fiesta, la comida y hasta el bajativo. De aroma suave, muy frutoso pero elegante, lo cierto es que a todos les gusta y siempre sienta bien.

Siguiendo con espumantes que sirven para múltiples ocasiones y maridajes, pasamos a destacar al catalán Freixenet Cordón Negro Brut. Es un cava que hace rato se convirtió en el favorito de los conocedores de esta bebida, ya que es de lo mejor que se puede encontrar en su rango de precio y que funciona para cualquier tipo de celebración o comida. Suave al paladar, levemente afrutado y con un leve toque a levadura; es muy placentero, como para pedir que te dejan la botella cerca.

De vuelta a lo nacional para recomendar el Casa Silva Fervor Brut, un espumante elaborado con método tradicional y que mezcla diversas uvas cultivadas en la costa de la Región de O’Higgins. Sus sutiles tonos frutales y de levadura lo hacen un fino espumante, ideal para abrir una celebración pero también para acompañar algunos platos delicados, tal vez pastas simples o pescados al vapor. Todo fino, pero rico.

Otro espumante elaborado con uva País, también de la Viña Miguel Torres, es Las Mulas Extra Brut. Es un producto muy interesante, con notas pronunciadas de fruta que se pasean entre lo rojo y lo cítrico. Tal vez menos delicado que otros, pero con una complejidad que, gracias a su burbuja fina, no agota para nada. Por lo mismo, es para tener muchas botellas helando y así darle a la fiesta toda la noche —o la tarde, según se prefiera.

¿Quieren y pueden darse un gusto este fin de año? Si no hay problema de billetera, probar un gran champagne como el Brut Intesne de AR Lenoble es toda una experiencia. Esto porque se trata de un champagne elegante, con su característico tono amarillo y buenas burbujas (era que no), con notas a frutas blancas y cítricos. Está elaborado en un 45% con pinot meunier, 30% de pinot noir y 25% de chardonnay. Una Doña Champaña, la compañía ideal de unas ostras aunque se puede disfrutar sin nada más, e incluso sin mucha gente cerca, para aprovechar así la botella entre pocos. Vale la pena.

No se puede tener todo en la vida y eso está claro. No existe, por ejemplo, un espumante perfecto y a la vez extremadamente barato. Sin embargo, buscando y buscando se pueden encontrar cosas como el Limited Brut, de Valdivieso, un espumante de buena burbuja y una serie de tonos frutales con algo de cítricos. Lo mejor es que apenas supera la barrera de los cinco mil pesos. Además, y con un poco de suerte, se le puede encontrar en alguna oferta por caja (aquí la de 6 está a $31.475). Ideal para golosos.

Es cierto, hay gente que quiere tomar espumante pero lo prefiere sin alcohol. Puede ser para cuidar la línea, porque luego tiene que manejar, porque le hace mal el alcohol o simplemente porque no le apetece. No es de mi interés meterme en ese tema, pero sí puedo decir que afortunadamente para toda esa gente el mercado nacional está lo suficientemente maduro como para tener buenas alternativas.

Es el caso del Rosé Zero, de Viñamar, que tras un proceso de desalcoholizado termina con menos de 0,5 grados. ¿Cómo sabe? Bastante similar a un rosado tradicional, levemente afrutado y con buenas burbujas. Hablando muy en simple: pasa colado.

El primer espumante de la Viña Requingua es este Toro de Piedra Brut, elaborado con uvas de Chardonnay cultivadas en la precordillera de la Región del Maule. Sus burbujas son pequeñas pero consistentes, su acidez alta y el aroma intenso.

Desde Cataluña llega este cava brut rosado, elaborado a partir de garnacha y pinot noir. Con notas muy presentes de frutilla y frambuesa, se describe como muy cremoso en boca y con una fina acidez, que lo hace ideal tanto para el brindis inicial como para acompañar el aperitivo y, por qué no, seguir de largo hasta los postres y más allá.

Según el enólogo argentino Gustavo Agostini, experto en espumantes, la manera correcta de servir estos vinos es manteniendo la botella “siempre en una frapera (cubeta) con hielo, para que ahí se mantenga a una temperatura establemente fría, entre cuatro y cinco grados. De esta forma, una vez que se sirva, se consumirá a unos 5 o 6 grados”, dice.

“Otra cosa muy importante: aunque el espumante se esté vendiendo por copa, ésta se debe llenar solo a la mitad. Luego, antes de que transcurran 15 minutos, porque después de eso el espumante se entibia y desgasifica, hay que volver a servir”.

En cuanto a las copas, durante años se utilizaron las llamadas copas flauta, y antes de eso las de boca muy ancha. Actualmente corre fuerte la tendencia de usar simplemente alguna copa para vino blanco. Porque como alguna vez me dijo el sommelier Héctor Riquelme, “en las copas de vino se puede meter más la nariz y así se perciben mejor los aromas del espumante. Y, lo mejor, cabe más”.

*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 29 de diciembre de 2022. Los precios y disponibilidad pueden cambiar.