El Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) cayó a un negativo 12,1% en junio pasado cuando hace un año era del 3,9%, un retroceso de 16 puntos porcentuales, según un informe del Banco Central de Nicaragua (BCN) divulgado hoy en medio de la crisis sociopolítica del país.

El IMAE en junio del año pasado fue del 3,9%, pero ya en mayo de este año reflejó un menos 4,9% y en junio alcanzó el menos 12,1.

No obstante, aún el crecimiento promedio anual se ubicó en un positivo 1,3%, aunque en retroceso porque en mayo pasado se ubicó en el 2,6% y en junio de 2017 era del 5,2%.

La variación acumulada también da números rojos en -1,2%, pero en mayo anterior fue de 0,9 y en junio de 2017 marcó el 6,1%, detalló la entidad en su documento.

El BCN indicó en el informe que solo 4 de las 17 actividades que se miden registraron a junio pasado mayor crecimiento: la agricultura con un 3,9%, salud con 3,6%, enseñanza con 2,2% y la propiedad privada con un 1,3%.

Hoteles y restaurantes reportaron una caída del 45,9%, le sigue construcción con menos 35,6; comercio con menos 27,1; pecuario con menos 25,7 y menos 17,4 por ciento de recorte en el sector industria manufacturera, entre las de más pronunciada contracción, según los datos del BCN.

La industria manufacturera cayó un 17,4%, por reducciones en producción de carnes, bebidas, textiles, productos no metálicos, arneses, derivados del petróleo, entre otros, indicó el banco.

El IMAE es un indicador que mide los 17 principales sectores de la actividad económica de un país y es utilizado para la toma de decisiones de inversión.

Hasta el 18 de abril pasado, fecha en que se inició la crisis, Nicaragua era uno de los países con mayor crecimiento económico de Centroamérica, y esperaba una expansión del 4,5% al 5%, con una inflación acumulada de entre el 5,5% y el 6,5% para 2018.

Ahora el BCN calcula que la economía nicaragüense podría crecer un 1%, como resultado de los disturbios, y cifró las pérdidas económicas en US$430 millones.

Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta desde 1980, que ha dejado entre 317 y 449 muertos, con Daniel Ortega también como presidente.

Las protestas contra el presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo comenzaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del líder, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.