Una visión mixta sobre la marcha de la economía entregó la calificadora de riesgo Fitch. Junto con mantener la calificación crediticia en A con perspectiva estable calificó como "poco ambiciosa" la meta fiscal autoimpuesta por el gobierno.

Por ello, anticipan que de no haber cambios estructurales que permitan mejorar el crecimiento de largo plazo del país, es poco probable esperar un cambio en la posición crediticia.

El analista de riesgo soberano para Chile de Fitch, Todd Martínez, explicó que si bien su escenario base considera que el gobierno logra reducir el déficit fiscal estructural de 1,5% a 1,2% al 2021, dicho esfuerzo es calificado como "bastante pequeño". Por ello subraya que "una consolidación más ambiciosa sería necesaria para poner la razón deuda PIB en una trayectoria descendiente, según nuestros cálculos, lo que a su vez pondría presión al alza en nuestra clasificación".

Sin embargo, ve poca ambición en las autoridades para lograrlo: "El gobierno parece tener poco apetito para aumentos de impuestos, y tiene sus propios planes de aumentar el gasto social. Por eso es difícil anticipar una mayor reducción en el déficit en este momento, a menos que haya un fuerte aumento en el precio del cobre".

Sobre el déficit fiscal efectivo, el informe precisa que "los fuertes ingresos impulsaron una reducción en el déficit del gobierno central a 1,7% en 2018 desde 2, 8% en 2017. Esto se reflejó principalmente un aumento de 0,4 puntos porcentuales(pp) en los recibos de cobre y una recaudación de impuestos única de 0,35 pp de una transacción grande en el sector de litio". Por esta razón Fitch proyecta que el déficit aumentará a 2% en 2019 debido a la ausencia de los ingresos extraordinarios observados el año pasado, los precios más bajos del cobre observados hasta el momento en 2019 y una mayor ejecución del gasto presupuestario. Para la deuda pública, Fitch prevé que se estabilizará en torno al 28% del PIB para 2020, luego de haber llegado al 25,7% del PIB en 2018.

Crecimiento. En el desglose de su reporte, la calificadora analiza las perspectivas para la actividad. En ese sentido, señala que el impulso de crecimiento para 2019 ha disminuido y por ello proyectan una leve moderación a 3,5%. "El crecimiento se desaceleró en el transcurso de 2018 de forma secuencial, lo que implica un efecto de arrastre estadístico menor para 2019. Los indicadores de confianza han caído desde sus máximos luego de las elecciones de fines de 2017", añade el informe. Por otro lado, menciona que las encuestas sobre el flujo de inversiones siguen siendo sólidas, confirmadas hasta ahora por un fuerte crecimiento en las importaciones de capital. No obstante, la trayectoria para 2020 apunta a 3,2% en línea con la mediana de la categoría "A".

Sobre las reformas que propone el gobierno, tienen una visión bastante neutra, por lo que no ve efectos en el crecimiento y la inversión. "Hemos hablado con muchos analistas y no hay acuerdo entre ellos si la reforma tributaria va a incentivar más inversión versus dividendos, específicamente la reintegración". En ese sentido, añadió que para un cambio estructural se necesitan de reforma que mejoren el capital humano y la equidad social".

Para la reforma de pensiones, el reporte sostiene que tendrá un costo de 1,3% del PIB para 2030, pero "no se ha combinado con una propuesta de financiamiento inicial, pero las autoridades pretenden que se financie presupuesto por presupuesto a lo largo de su horizonte de implementación gradual".