Los ojos del mercado están puestos en Agrosuper. La megaoperación que anunciaron esta semana y que implica la compra de la salmonera AquaChile los dejará como players mundiales en la industria de las proteínas.

La noticia, que fue aplaudida por muchos, también abrió interrogantes. Parte de ellas tienen que ver con lo que vendrá en el futuro para la compañía y qué tan involucrados están los herederos de Gonzalo Vial en el negocio.

Si bien hasta ahora ninguno de los hijos -Cristina, Pilar, María José y Gonzalo- participa activamente en Agrosuper, de a poco las mujeres han empezado a conocer el negocio que fundó su padre hace más de 60 años.

A fines del año pasado, por ejemplo, las tres Vial viajaron al sur de nuestro país a conocer la producción de salmón in situ. Durante tres días, ellas junto a directores de la compañía estuvieron recorriendo las instalaciones y los centros de cultivo para entender cómo se produce cada unidad que después venden en Chile y en el mundo.

Aunque no tienen -ni han tenido- hasta ahora una participación directa, sí están representadas, al igual que su hermano Gonzalo, en el directorio por Antonio Tuset, quien comparte la mesa con Fernando Barros, quien oficia de vicepresidente; Verónica Edwards, Canio Corbo y Juan Claro.

La presidencia de la instancia recae en Gonzalo Vial, quien a sus 83 años cuentan que está "muy activo" y divide su tiempo entre la oficina, a la que va diariamente, y los cuidados de su señora, Verónica Birrel.

Además, las hijas participan como invitadas a las reuniones mensuales del directorio y están "al tanto" de los grandes temas, como las inversiones. Cuentan cercanos que Gonzalo hijo no participa de este proceso de involucramiento.

Esto, pese a que la propiedad está desde hace años mayoritariamente en manos de los cuatro Vial Concha. Cada uno de los hermanos tiene el 24,57% de la compañía, y el resto -un 1,7%- está en manos del padre.

La división, explican cercanos, habría sido definida hace varias décadas a raíz de la muerte de Cristina Concha, la primera mujer de Gonzalo Vial. Fue ahí que el empresario habría optado por dejar las cosas "organizadas". Eso sí, aseguran, que de acuerdo a la forma en la que se estructuraron las sociedades, hoy es el patriarca el que tiene el poder sobre la compañía.

El presente de los hijos

La mayor de las hermanas Vial, Cristina (59 años), es la única de la familia que aún vive en Rancagua, donde están las oficinas centrales de la compañía. Probablemente, explican, porque su marido, Andrés Vial, tiene ahí sus negocios ligados a la actividad agrícola. Eso, aunque también es director del Club Hípico de Santiago.

La segunda, Pilar (58 años), es, al igual que sus hermanas, exalumna del Colegio Villa María. Aunque no se le conocen negocios propios, cuentan que su marido, Francisco Zegers, ha desarrollado con "gran éxito" actividades en los rubros inmobiliario y financiero.

La menor de las mujeres, María José (57 años), de a poco se ha ido involucrando en otro de los negocios de la familia: la Viña Ventisquero. El mundo del vino lo conoce muy bien, porque durante años estuvo casada con Emilio Cousiño, de la Viña Cousiño Macul.

Mientras las hijas desde hace unos cinco años comenzaron de a poco a involucrarse -guiadas por el padre- en los negocios de la familia, Gonzalo, el menor de los hermanos, cuentan que está alejado de ese proceso.

Vial Concha (55 años) es desde fines de los 80 dueño de la empresa Graneles del Sur, que, entre otros, es proveedor de Agrosuper. Hace algún tiempo, la compañía pasó por momentos difíciles por acumulación de deudas y lo último que se supo fue que a fines del año pasado renegoció los créditos con los bancos y que está abocado a profesionalizar y ordenar el negocio. Además, es dueño del criadero de caballos Las Callanas.

Más allá de su desarrollo empresarial, Vial Concha saltó a la luz pública en 2015 en medio de la investigación del caso Caval. Vial fue el primer y principal cliente de la compañía ligada a Natalia Compagnon y Mauricio Valero. La relación entre ellos empezó en 2012 y hoy se investiga una presunta estafa al empresario.

Quienes vivieron de cerca lo sucedido en esos años aseguran que Vial se vio envuelto en una trama que incluyó alertas de fraude al interior de Agrosuper, una supuesta conspiración en contra de él, su familia y sus empresas.

Todo lo sucedido cuentan que habría complicado aún más la relación entre padre e hijo, quienes hoy estarían distanciados.

El mayor cambio

Hace más de 60 años, cuando Gonzalo Vial comenzó su negocio, vendía huevos y pollos vivos en la maleta de su auto en la VI Región y sus cuatro hijos ni siquiera habían nacido. Pero ya desde hace algunos años, y después de muchas sugerencias de cercanos, comenzó a preocuparse de organizar la compañía más allá de su liderazgo.

Fue así como en 2011 en Agrosuper debutó una nueva forma de organizar la empresa, con un directorio profesional.

Con esto, la idea de Vial fue que la compañía trascendiera a las personas y tuviera una "orgánica consolidada". La listaron en la entonces Superintendencia de Valores y Seguros, emitieron bonos y empezaron a reportar. Cuentan que todo eso ayudó para tener una compañía "cada vez más completa", con una institucionalidad y una plana ejecutiva "potente".

Como parte de ese proceso es que Vial comenzó a incorporar a sus hijas para que conozcan el funcionamiento de la compañía. "Las está involucrando para traspasarles todo el know how de más de 50 años de trabajo", comentan. La idea, dicen, es prepararlas, porque en algún minuto tomarán la posta.