Según el estudio realizado en 2018 por el Centro de Políticas Públicas UC en colaboración con Santander, el país tiene una nota de 3,4 en alfabetización financiera. Esto nos habla de que es una materia pendiente, que debe ser prioridad, considerando el impacto que tiene para la vida de las familias.

Por otro lado, en la encuesta “Alfabetización y comportamiento financiero de los profesores en Chile” -realizada en 2019 también por el Centro de Políticas Públicas, en colaboración con Santander-, más del 52% de ellos considera que este tipo de contenidos debe ser incorporado en la enseñanza básica.

Por esta razón, según María Eugenia de la Fuente, gerenta de la División Personas, Comunicaciones y Sostenibilidad de Banco Santander, la educación financiera tiene un rol fundamental, pues en la medida en que se interioricen conceptos claves relacionados a estas materias y se entiendan los procesos económicos cotidianos, las personas pueden tomar decisiones más informadas y tener una mejor salud financiera”, dice De la Fuente.

¿Cuáles son los principales públicos objetivos de la población cuando hablamos de educación financiera? ¿Existe alguna forma de identificar estos grupos?

– Todos los públicos son relevantes cuando hablamos de educación financiera. Chile tiene una importante penetración de tarjetas de crédito, con más de 18 millones de tarjetas operativas, y es uno de los países con la más alta tasa de bancarización en la región. Considerando lo anterior, no deben quedar grupos de la población excluidos a la hora de aprender educación financiera.

¿Qué tipo de servicios o instrumentos que posee Santander en su oferta permite mejorar la educación financiera?

– En Santander queremos apoyar a las personas a progresar y para lograr eso es fundamental que puedan estar alfabetizadas financieramente. Y es que cuando ellos toman decisiones informadas y les va bien, al país le va bien.

Por ello, desde hace años llevamos adelante diversas iniciativas que apuntan a disminuir las brechas de información en este sentido. Una de ellas es Sanodelucas, la plataforma de educación financiera del Banco que fue lanzada en 2013, en la que clientes y no clientes pueden encontrar consejos y herramientas para aprender más sobre ahorro, presupuesto, financiamiento responsable, seguros, etc. Solo en lo que llevamos de 2020, Sanodelucas ha beneficiado a más de 270 mil personas, que hoy están mejor preparadas para enfrentar sus decisiones financieras.

¿Qué otros proyectos han realizado en la misma línea?

– Desde 2016 junto al Centro de Políticas Públicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile llevamos adelante el “Programa Educación Financiera en la Escuela”, gracias al cual hemos realizado cinco investigaciones (encuestas y estudios) sobre esta materia que buscan ser un insumo para la propuesta de políticas públicas que permitan seguir impulsando estos conocimientos en las escuelas. Además, gracias a este programa hemos realizado diversos cursos que han beneficiado a más de 3.500 personas, entre ellos, docentes, alumnos y apoderados de colegios vulnerables.

A esto se suma el compromiso de nuestros colaboradores, quienes voluntariamente han participado de charlas de educación financiera para vecinos de villas y campamentos donde está presente TECHO-Chile y que han sido beneficiados con las Becas Santander de Oficio.

En el contexto de la educación financiera ¿qué conceptos es más clave? ¿El ahorro, las inversiones o el consumo responsable (¿O todas las anteriores?) .

– Si bien existen temáticas transversales a todas las personas, edades y circunstancias, tales como el ahorro y el orden, la clave en esto es abordar cada materia como parte de un todo mayor, interconectado y que, por lo mismo, debe mantenerse balanceado pues si se descuida una, se pone en peligro el bienestar financiero de la persona como un todo.

¿Qué ítems de la educación financiera se han tornado más relevantes en este periodo de crisis sanitaria y económica y en lo que viene?

– La pandemia ha provocado profundos impactos en la salud de las personas y también a nivel socio económico. Miles de compatriotas han visto afectadas sus fuentes de trabajo, lo que indudablemente implica mayores restricciones en sus gastos. En este delicado contexto económico, donde muchas personas tienen un futuro laboral incierto, es más relevante que nunca que puedan tomar decisiones adecuadas. Por ejemplo, aprender a planificar un presupuesto que les permita reordenarse, sin excederse, por ejemplo, en preferencias que hoy no son tan urgentes o bien postergar para más adelante algunos proyectos. El endeudamiento responsable también es otro factor clave.

A futuro, lo ideal es mantener algunas buenas prácticas que se pueden haber comenzado a adoptar durante la pandemia. Por ejemplo, mantener la planificación de un presupuesto; en lo posible, destinar un monto mensual a ahorro; distinguir si se trata de una necesidad o un deseo postergable; gastar menos de lo que se gana, ser puntual para pagar las deudas, entre otros. Estas recomendaciones son de sentido común, pero las cifras nos indican que las personas no se sienten preparadas, por lo que es clave que puedan aprender de estos contenidos desde temprana edad.

¿Cómo se aborda la educación financiera en niños y jóvenes?

– Este es un punto esencial. Estamos convencidos de que es fundamental que este tipo de conocimientos sean impartidos en las aulas desde temprana edad. Esto permite que los niños, niñas y jóvenes los incorporen en su vida diaria, haciéndolos conscientes de la importancia de cuidar el dinero. Esto permitirá que una vez que lleguen a la vida laboral, puedan tomar decisiones responsables.

En esta línea, es clave el trabajo de los profesores. En los resultados de la encuesta de 2019, los docentes le asignan una nota de 6,3 a la relevancia de la educación financiera, pero 7 de cada 10 no se sienten preparados para impartir esos conocimientos.

En ese sentido, hemos querido aportar a la labor que ellos realizan en nuestro a país. Por eso, junto al Centro de Políticas Públicas UC desarrollamos el curso virtual “El futuro es ahorra”, enfocado en alumnos de primero medio de todo el país. Desde su lanzamiento en abril pasado, más de 3.700 estudiantes de todo Chile participan de este curso, provenientes de 32 colegios de las regiones de Antofagasta, Valparaíso, Metropolitana, del Libertador Bernardo O’Higgins, Maule y Aysén.

¿Se puede hablar de educación financiera con “perspectiva de género”?

– La Estrategia Nacional de Educación Financiera -impulsada por la Comisión Asesora para la Inclusión Financiera, instancia liderada por el Ministerio de Hacienda- tiene dentro de sus grupos prioritarios a las mujeres, debido a que están en una situación de menor inclusión financiera y previsional por el acceso limitado al empleo, al emprendimiento y a los mercados formales. La explicación para esta desventaja es multifactoriall y se acrecienta en los niveles socioeconómicos más bajos. Si se trabaja la educación financiera con ellas, eso les permite mejorar su autonomía, sus oportunidades y su bienestar.