La polémica en torno a Essal está muy lejos de terminar. En medio del repudio general y los reproches del gobierno en contra de la empresa, ahora surgen informaciones que podrían poner en aprietos a la autoridad regulatoria.

De acuerdo a un reportaje de radio Biobio, en octubre del año pasado la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) tenía pleno conocimiento de las precariedades de la planta en Osorno.

Esta información está en un estudio de auditoría de 35 páginas encargado por el propio regulador a una consultora ambiental, que evaluó el Sistema de Producción de Agua Potable de Essal y al que tuvo acceso el medio radial.

La revisión buscaba hacer una radiografía a los procesos industriales de la compañía controlada por Aguas Andinas y si podía cumplir con la demanda de agua que tendrá la zona hacia 2030.

Anomalías

Del informe se desprende que la operación de Essal presentaba graves anomalías y ponía en duda la capacidad de suministrar agua de manera adecuada.  De hecho, calificó la planta como una instalación de "riesgo alto".

Concretamente, se detectó equipamiento antiguo, ausencia de planes de limpieza, un tronco obstruyendo la entrada a un ducto de captación de agua, mantenimiento irregular de la maquinaria, falta de control sobre los operarios, lechos de agua sucios y omisión de información.

La evaluación fue contratada bajo la gestión del ahora exsuperintendente Ronaldo Bruna, quien renunció a su puesto en marzo de este año.