¿Sabes cuántos pasos al día debe dar para evitar engordar? Estudio encontró la cifra mágica

caminar

Una persona promedio gana entre 0,5 y 1 kilo cada año, lo que lleva lentamente a un peso poco saludable en el tiempo, o incluso la obesidad. Caminar más puede reducir el riesgo de enfermedades y afecciones crónicas como la hipertensión, la diabetes y la depresión.


Caminar tiene efectos positivos en la salud, sirve para quemar calorías, reduce el nivel de azúcar en la sangre, favorece la longevidad y mejora el estado de ánimo.

Ahora, un nuevo estudio revela que caminar 8.600 pasos al día marcaría la diferencia para no aumentar de peso.

La distancia equivale a caminar entre las estaciones Baquedano y Ecuador , y aunque pueda sonar harto, se estima que el chileno promedio camina unos cinco mil pasos. Por lo que no está lejos de ser cumplido.

Además, los adultos que ya tienen sobrepeso pueden reducir sus probabilidades de ser obesos a la mitad si agregan 2.400 pasos, es decir, 11.000 pasos en total.

“Las personas realmente pueden reducir su riesgo de obesidad al caminar más”, dijo a CNN Health el autor del estudio, el Dr. Evan Brittain, profesor asociado de la división de medicina cardiovascular del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville.

El lunes se publicó en la revista Nature Medicine el ensayo que analizó un promedio de cuatro años de actividad y datos de salud de más de 6.000 participantes en el Programa Científico All of Us de los Institutos Nacionales de la Salud, que es una iniciativa que está acumulando múltiples flujos de información relacionada con la salud, y busca acelerar los avances en la investigación de salud para desarrollar una atención médica individualizada.

La actividad de los participantes fue rastreada al menos diez horas al día y tuvieron acceso a sus registros de salud electrónicos durante varios años. Entre sus resultados muestran que una persona promedio gana entre 0,5 a 1 kilo al año desde la edad adulta joven hasta la mediana edad. Como resultado la persona se adentra lentamente a un peso poco saludable, y con el tiempo en la obesidad.

“Estudios previos muestran consistentemente que dar menos pasos por día está asociado con un mayor riesgo de mortalidad por cualquier causa y enfermedad cardiovascular”, dice el estudio.

Al caminar la cantidad adecuada, los beneficios son clave para enfrentar algunas enfermedades y afecciones crónicas: “La diabetes, la apnea del sueño, la hipertensión, la depresión y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) mostraron beneficios con más cantidad de pasos”, dijo Brittain en un correo electrónico.

En el caso de los participantes obesos, el aumento de pasos diarios resultó en una reducción del 50 % en la incidencia acumulada de obesidad a los cinco años. “Por ejemplo, nuestros datos sugieren que una persona con un IMC de 28 [el promedio entre los participantes del estudio] puede reducir su riesgo de obesidad en un 64 % al aumentar los pasos de aproximadamente 6.000 pasos a 11.000 pasos por día”, dice el estudio.

“La relación con la hipertensión y la diabetes se estabilizó después de unos 8.000 a 9.000 pasos, pero los otros fueron lineales, lo que significa que los pasos más altos continuaron reduciendo el riesgo”, dijo Brittain a CNN. “Diría que los mensajes para llevar a casa son que más pasos son mejores”.

La recomendación de la OMS es realizar actividad física entre 150 y 300 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana en adultos, como caminar a paso ligero, bailar, andar en bicicleta, tenis, padel y aeróbicos acuáticos. Además, recalca la importancia de realizar ejercicios de fortalecimiento muscular y de limitar el tiempo que se dedica a las actividades sedentarias.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. moverse durante 21,43 minutos todos los días de la semana reduce en un tercio el riesgo de morir por todas las causas. Es por esto que el estudio menciona que sus hallazgos “pueden tener importantes implicaciones clínicas y de salud pública”.

“Estos hallazgos brindan una nueva y sólida fuente de evidencia que respalda las pautas de actividad física para prevenir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Si se validan, estos resultados pueden ofrecer una base de evidencia para refinar las recomendaciones de actividad en función del perfil de riesgo de un individuo”, concluye el estudio.

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