Seguidilla de temblores en el norte preocupa por eventual gran terremoto que se espera para la zona

Seguidilla de temblores en el norte preocupa por eventual gran terremoto que se espera para la zona

Un total de 11 eventos telúricos consecutivos en Huasco han encendido las alarmas de sismólogos y de la comunidad en general, ya que en la zona aún no se libera toda la energía sísmica acumulada. El último gran terremoto fue en 1922, hace más de 100 años.


El último registro confiable que existe de un gran terremoto en el Norte Grande de Chile, señala que éste ocurrió en 1922, hace más de un siglo. Este registro geológico evidencia que la zona no ha liberado la energía correspondiente en un largo período, lo que aumenta considerablemente las posibilidades de que un gran evento telúrico vuelva a ocurrir.

Justamente, en el último mes, varios sismos han sacudido la zona, lo que ha encendido las alarmas de sismólogos, científicos y de la comunidad en general, ya que un megaterremoto como el descrito, perfectamente podría volver a presentarse en el corto plazo.

El Centro Sismológico Nacional (CSN) registra una seguidilla de 11 sismos en Huasco, Región de Atacama. El más fuerte de éstos alcanzó 4,5 grados de magnitud.

Seguidilla de temblores en el norte preocupa por gran terremoto que se espera para la zona

En paralelo a la seguidilla sísmica en Huasco, el poblado de Socaire (Región de Antofagasta), también registró varios eventos telúricos, algunos de éstos bordeando los 5,0 grados de magnitud.

A lo ocurrido en la jornada de ayer, se suma otro episodio reciente (principios de noviembre) en la misma zona, a 42 km al suroeste de Huasco, el que alcanzó una magnitud total de 6,6 y una profundidad de 46 km, lo que también generó preocupación por eventualidad de la ocurrencia de un gran terremoto.

Pablo Salucci, geógrafo de la Universidad Católica y académico de la Universidad San Sebastián, señala que se trata de un GAP sísmico (espacio o brecha en inglés). “Es una zona que no rompe desde ya bastante tiempo, desde el terremoto de Atacama en 1922. Hay que monitorear la situación”.

“Particularmente el peligro está asociado a que ha aumentado de forma importante el uso de la costa en la zona. Si bien hay una condición de vulnerabilidad, dado que ha pasado mucho tiempo desde el último terremoto, hoy en día tenemos mucha ocupación, por lo que hay un mayor número de gente expuesta a un sismo y/o tsunami, aumentando el riesgo (desde tomas al crecimiento orgánico de la ciudad)”, añade Salucci.

Ubicación de las placas Sudamericana y de Nazca, sobre la costa chilena, las que incidirían en el posible megaterremoto.

Si bien este enjambre sísmico no implica necesariamente que vaya a ocurrir un gran terremoto, son señales que tanto sismólogos, geólogos y geógrafos toman en cuenta como posible presagio de la llegada de un eventual evento telúrico en un país como Chile.

Salucci explica que esencialmente debido al tiempo que ha pasado, “se proyecta un evento de gran magnitud, que se ha evaluado que superaría una magnitud de 8,8. Y sobre este escenario, el sismo estaría acompañado de un tsunami”.

Si bien en 2014 ocurrió un gran terremoto en la zona, “no fue lo que se esperaba, ya que solo rompió un tercio de lo proyectado”.

Ruta que une Iquique con Alto Hospicio luego de un sismo. Crédito: Agencia Uno

Las características de este posible gran terremoto generan preocupación, ya que se podría acercar bastante al gran sismo de Valdivia en 1960, que llegó a 9,5 MW, considerado el más potente de la historia desde que existe registro.

También generaría un tsunami, arrasando con el área costera del lugar, afectando a casi un millón de personas en Arica, Iquique, Tocopilla, Mejillones, Antofagasta y Taltal, entre otros.

Nuevo sismo revive los “fantasmas” del gran terremoto del norte

Una situación similar se vivió en abril de 2022. En menos de una semana, sismológicamente hablando, el norte de Chile vivió dos momentos complejos.

El 4 y 5 de mayo de ese año, Los Vilos fue testigo de una seguidilla de más de 40 temblores, muchos de ellos superiores a 5.0 Mw, mientras que cinco días después, un terremoto de magnitud 6,8 sacudió a Socaire, 3.500 metros sobre el nivel del mar.

Según reportó el Centro Sismológico Nacional de Chile en ese entonces, el sismo se produjo a una profundidad de 255 kilómetros a las 19.06 de la tarde, 60 kilómetros al este de la localidad, con latitud -23.371 y longitud -67.349.

Además de Socaire, el sismo impactó en Sierra Gorda, Quillagua, Calama, Mejillones y Tocopilla, entre otros, señaló la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi).

Para tranquilidad de todos, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (Shoa) descartó un maremoto posterior al terremoto, asegurando que “las características del sismo no reúnen las condiciones necesarias para generar un tsunami en las costas de Chile”.

Seguidilla de sismos enciende las alarmas del gran terremoto del Norte Grande

El Norte Grande es una zona con un amplio historial sísmico. Previo al sismo de 1922, ocurrió uno en 1868 en Arica, que alcanzó 9,0 Mw, uno en Taltal en 1966 de 8,1 Mw o los más recientes registrados en Tarapacá en 2005 (7,9 Mw) o en Iquique en 2014, cuando se produjeron cuatro réplicas, todas sobre 7,0 Mw.

La zona norte, particularmente la zona costera, “está identificada como zona de brecha sísmica, ya que es un lugar que no ha tenido un gran terremoto (superior a 8,0 Mw), salvo el mencionado terremoto de Iquique de 2014, el cual solo rompió un segmento del área que se espere que se rompa ya hace años”, establece Salucci.

Salucci considera que la posibilidad de un terremoto de importancia aún es latente. “Los terremotos intraplaca son menos frecuentes en nuestro país con respecto a los interplaca, y por lo mismo, tenemos menos registros e investigación de estos eventos, pero pueden ser muy peligrosos. Basta recordar el terremoto de Chillán de 1939, que fue un sismo intraplaca que hasta hoy es el que mayor número de víctimas fatales ha generado”.

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