Mineduc: nuevos subsecretarios llegan como soporte de ministro Ávila y con una cuenta en Twitter eliminada
Alejandra Arratia (Educación) y Víctor Orellana (Educación Superior) son los nuevos escuderos del secretario de Estado. Por ellos apostó La Moneda para mantener al profesor de Castellano en el cargo, pero en el camino hubo incluso el cierre de un perfil en redes sociales.
Dos de los 15 nuevos subsecretarios nombrados en el último cambio de gabinete se encuentran en el Ministerio de Educación. Ahí, Alejandra Arratia (Subsecretaría de Educación) y Víctor Orellana (Subsecretaría de Educación Superior) son los desembarcos con los que el gobierno quiso aplacar la crisis del sector y darle, con ello, una segunda oportunidad al ministro Marco Antonio Ávila.
Pero ¿quiénes son las dos nuevas autoridades del ministerio? ¿Qué perfil tienen las dos personas por las que el Ejecutivo apostó?
Quizás si el arribo más relevante que se produjo en Educación es el de Arratia. La sicóloga (Pontificia Universidad Católica) se transformó en la tercera máxima autoridad de dicha subsecretaría en tan solo un año de gobierno. Antes ya estuvo Nicolás Cataldo (PC) y luego, por breves seis meses, Gabriel Bosque (también PC).
Arratia es independiente y con ello el PC perdió la subsecretaría, algo que en las conversaciones previas al cambio de gabinete ya se instauraba internamente. “Tienen que asumir que se equivocaron al nominar a Bosque ahí”, decían conocedores de las tratativas en el oficialismo.
Y es que la ya exautoridad nunca logró empoderarse del cargo y según cuentan en los pasillos de la cartera, su labor más bien entorpeció la de Ávila. Por ello es que fue uno de los principales apuntados a salir. El desafío, por consiguiente, fue encontrar a alguien que sí pudiera complementarse de buena forma con el ministro y que tuviera mayor capacidad de gestión. Ahí se dio con el nombre de Alejandra Arratia, quien hasta el jueves se desempeñaba como directora ejecutiva de Educación 2020, donde estuvo desde 2018 y desde donde coincidió en varias oportunidades con la autoridad.
Quienes compartieron con ella ahí destacan su calidad humana, su capacidad de liderazgo y de diálogo. “Alejandra trabajó arduamente con la convicción de que todos los niños y niñas de nuestro país pueden aprender y que la educación debe avanzar en brindar todas las oportunidades para que cada estudiante pueda desplegar su máximo potencial”, aseguraron desde Educación 2020 una vez conocido su desembarco en el Mineduc.
Pero su cargo como subsecretaria de Educación -el más relevante en el Mineduc tras el ministro- no es el primer acercamiento a los cargos públicos, ni tampoco a la cartera. Y es que entre 2000 y 2004 estuvo en el Servicio Nacional del Consumidor como jefa del Departamento de Educación, primero, y como jefa de gabinete, después.
Luego, en 2004, con Ricardo Lagos como Presidente, ejerció como vicecoordinadora y coordinadora de Currículum de la Unidad de Currículum y Evaluación (UCE) de la cartera. Ahí se mantuvo hasta marzo de 2011, cuando asumió Sebastián Piñera por primera vez como Mandatario y con ello cambiaron a buena parte de quienes trabajaban en los distintos ministerios.
Tras ello, la doctora en Educación trabajó en establecimientos educacionales de Australia y colaboró como experta en IBE-UNESCO en materias curriculares y de cooperación técnica.
Y aunque políticamente es independiente, su retorno al Mineduc sólo se produjo con el segundo desembarco de Bachelet a La Moneda. Ahí desde 2014 a 2018 (justo cuando asumió Piñera nuevamente), ejerció como coordinadora nacional de la UCE, tras lo cual pasó a Educación 2020.
Desde este lunes, quizás si el principal desafío de Arratia será aliviar la labor de Ávila. Una de las consideraciones para designarla fue, justamente, que tiene la capacidad para hacerlo. Pero que también con ella el ministro puede delegar el abordaje público de algunas problemáticas. La sicóloga, distinto a lo que ocurría con Bosque, estando en Educación 2020 se acostumbró a las entrevistas y los medios de comunicación. A eso también se le quiere sacar partido en la cartera, en un año que se vislumbra especialmente complejo para la educación y donde ella tendrá mucho que decir, sobre todo en el cómo abordar la crisis de aprendizajes.
Orellana, sin redes en que fustigó a Cubillos y el “voto pro PS”
Víctor Orellana pasó de ser un activo usuario de Twitter a borrar su cuenta en la red social. La decisión la adoptó apenas su nombre se acercó a la posibilidad de asumir algún cargo de gobierno y a sabiendas de que en el pasado los posteos ya habían botado a algunos aspirantes.
Y es que en Twitter no tenía pelos en la lengua y, por ejemplo, no tuvo problemas en escribir, previo a las elecciones de convencionales, directamente a la exministra Marcela Cubillos: “¡Te esperamos! Ven no más. No te tenemos miedo. No tienes ideas, ni proyectos, ni siquiera tienes populismo mediático real. Imitando a Trump no logras nada. Tu populismo fascista apenas alcanza para la cota mil. Inscríbete no más, por favor”.
“El Frente Amplio tiene que marchar junto a los nuevos actores populares que emergieron en la lucha constituyente. El voto pro PS de convencionales electos por el FA no sólo va contra nuestra historia y nuestras bases, sino que peligra la posibilidad de ampliar la política. ¡Debe haber debate! No se trata de descartar un entendimiento con el mundo socialista. Se trata de que el FA discuta, legítimamente, la prioridad de la alianza hacia las nuevas fuerzas sociales, o hacia los antiguos actores políticos. Debate, democracia, ya basta de imposición fáctica. Un bloque histórico supondrá una compleja alianza social y política. Sin descartar ninguna de sus vertientes, el FA debe saber priorizar la nueva sociedad y su constitución política. Es la fuerza mejor aspectada de la izquierda hoy para hacerlo. ¡Responsabilidad histórica!”, se leía en otro.
En medio del proceso constituyente, de hecho, señaló que “para ser responsables, tampoco se trata de unirnos con quienes gobernaron por 30 años para el sector privado, ni con quienes inventaron el CAE y menos aún con los financiados por SQM. Con ellos, ni a la esquina. Nunca han sido oposición a la derecha”.
Asimismo, en marzo de 2021, en medio de la pandemia, señaló sobre el entonces ministro de Educación: “Se equivoca (Raúl) Figueroa, soslayar su incapacidad política convocando al “partido transversal” de la educación no sirve. Todos queremos volver a clases, el problema es que no están las condiciones en financiamiento ni estabilidad laboral ni salubridad. Constrúyalas, luego llamen”.
También, entre otros varios posteos vistos por La Tercera, en medio del llamado a boicotear la PSU de 2020 con Víctor Chanfreau como vocero, señaló: “Perseguir a un vocero. ¿Esa es la propuesta? ¿La solución a una educación que se derrumba cultural y socialmente? Hicieron el mercado más bizarro del mundo. Quemaron millones con el CAE, el crédito peor diseñado de la historia. Declararon la “guerra”. Y la culpa es de un adolescente...”.
Con el arribo de Orellana, la Subsecretaría de Educación Superior pasó de manos de una independiente como Verónica Figueroa a Comunes, colectividad de la que su sucesor es militante.
El nuevo subsecretario es sociólogo (U. de Chile), doctor en ciencias sociales de la misma casa de estudios y en el pasado fue candidato para la Convención Constitucional por el Distrito 12.
Pero su ingreso a la política y los movimientos sociales se había producido mucho antes. Y es que en 2001 fue uno de los principales líderes de los estudiantes secundarios (estudió en el Liceo de Aplicación) y en los albores de la revolución pingüina era el secretario general de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. En esos ámbitos es que nació su interés por la educación. Fue fundador de Izquierda Autónoma y vocero de lo referido a educación de la campaña presidencial del Frente Amplio en 2017.
Se desempeñó, además, como director académico del Proyecto de Educación Experimental Parque Académico Carén de la U. de Chile y como docente de pregrado y postgrado en la misma institución, además de la U. Alberto Hurtado. Pero también fue investigador en educación en el Centro de Investigación en Estructura Social, Iniciativa Científica Milenio de la Universidad de Chile, y en el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE).
Su especialidad investigativa, en línea con la subsecretaría que le toca asumir, tiene que ver con la educación superior y los procesos de movilidad social en el Chile contemporáneo. Ha sido, asimismo, autor de múltiples libros sobre educación, entre los cuales se cuenta Entre el mercado gratuito y la educación pública. Dilemas de la educación chilena actual, donde se leía, por ejemplo, que “la gratuidad como subsidio focalizado, si bien puede aliviar en parte la vida a las familias que la reciben, no desmercantiliza nuestra enseñanza ni resuelve las tareas educativas pendientes de una democracia”. Fue también director de la Fundación Nodo XXI, desde donde elaboró propuestas para la Convención Constitucional.
Orellana tiene cercanía con varios parlamentarios, entre los que se cuenta a la diputada Camila Rojas (Comunes), el senador Juan Ignacio Latorre (Revolución Democrática) y la senadora Yasna Provoste (Democracia Cristiana), a quienes ha asesorado en materia de educación.
Con su llegada, Comunes se quedó con Educación Superior y Orellana tendrá como tarea, dentro de otras cosas, dar claridad a una de las promesas de gobierno de Gabriel Boric: la condonación del CAE, aun cuando la prioridad del Mineduc sea hoy la reactivación educativa. Los recursos para llevarlo a cabo son hoy la piedra de tope del Ejecutivo.
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