Promesas versus realidad
SEÑOR DIRECTOR:
El desistimiento de empresas chinas en desarrollar proyectos en la industria del litio en Chile lleva a varias lecciones. Primero, las promesas de largo plazo -muy usuales en campañas políticas- deben tener un correlato en aspectos tangibles de corto plazo, de manera de poder juzgar hoy las acciones de la autoridad y asignar responsabilidades; no años más adelante, cuando ya nadie se acuerde y siempre se pueda culpar al empedrado. Esto vale para las promesas de menores precios de electricidad, uso de los recursos del litio para capital humano, mejoras en la educación, electromovilidad, o cualquier otra idea dicha al viento.
Segundo, es bastante elocuente que, incluso China, que debiese ser un aliado ideológico del gobierno, cancele proyectos por razones que al parecer todo el mundo entiende que deben mejorarse, pero que siguen ahí, frenando al país. Es lamentable que después de años no se tengan mejoras concretas y efectivas, no parches curitas.
Tercero, si bien hay que esperar las explicaciones de los involucrados en las negociaciones, no suena bien que el ministro de Hacienda vea que esta es una oportunidad perdida para los inversionistas y no para Chile. Ya hay varias oportunidades que hemos perdido, y que se van a desarrollar en otro lado. Con esa actitud complaciente seguiremos perdiendo.
Por último, todos estos aspectos dan cuenta que, cuando no se asumen costos por malas decisiones, los incentivos a hacerlo lo mejor posible se diluyen, y tenemos resultados deficientes que, de una u otra forma, terminamos pagando todos los chilenos.
Félix Berríos Theoduloz
Economista
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