Sección: Opinión
Los dos procesos constituyentes fallidos son un recordatorio del riesgo que conlleva la pretensión de que mayorías transitorias busquen imponer su visión al resto. Cabe esperar que nuestro sistema político haya extraído las lecciones.
"A pesar de ello, estos años podrían no ser perdidos, porque servirían para aceptar que tenemos que trabajar juntos y unidos en un propósito común, aun cuando no pensemos del mismo modo ni compartamos las mismas visiones sobre la forma en que deben resolverse las aspiraciones y necesidades de los ciudadanos".
El Partido Republicano y su líder fracasaron en la fundamental tarea de asegurar una nueva Constitución para Chile, al buscar imponer contenidos que finalmente no representaron a la mayoría.
