Con cambios en el guión original, Boric opta por hacer frente a nueva derrota

El Presidente Gabriel Boric en un punto de prensa en La Moneda tras la elección de este domingo.
El Presidente Gabriel Boric.

Aunque el diseño en un comienzo era que el Mandatario no se dirigiera al país esta noche, determinó lo contrario en las últimas horas. “Quiero invitar al Partido Republicano a no cometer el mismo error que cometimos nosotros en su momento”, dijo durante su alocución.


No hubo sorpresas. El escenario ya estaba asumido en La Moneda y así se sinceró en el comité político de ministros que lideró el Presidente Gabriel Boric este domingo -pasadas las 19.00- una vez conocidas las primeras tendencias de las elecciones en que la ciudadanía eligió a los 50 integrantes del Consejo Constitucional.

A esa hora el ambiente en Palacio solo era de silencio. En el segundo piso los ministros Camila Vallejo (Segegob), Carolina Tohá (Interior), Jeannette Jara (Trabajo), Mario Marcel (Hacienda), Álvaro Elizalde (Segpres) y Antonia Orellana (Mujer) analizaban junto al Mandatario -con sándwiches de ave palta y barros luco- las cifras que se irían consolidando durante la noche y que asestarían un duro golpe al Ejecutivo: un triunfo contundente del Partido Republicano de José Antonio Kast.

El desempeño de esa colectividad, que al cierre de esta edición elegía 22 consejeros, significó una derrota relevante para el oficialismo, que compitió dividido y no logró los escaños suficientes para asegurar el poder de veto. Unidad para Chile (PS, PL y Apruebo Dignidad) obtenía 17 sillas en el hemiciclo, mientras que Todo por Chile (PPD, PR y DC) no logró ni una sola.

Los números confirmaban así uno de los temores que en la antesala ya había transmitido La Moneda: que una arremetida considerable del Partido Republicano pueda implicar una “derechización” de Chile Vamos y dificultar -aún más- la negociación de las reformas previsional y tributaria.

Los resultados, además, fueron leídos internamente como una amenaza al éxito del propio proceso constituyente. Esto, porque en el gobierno consideran complejo que los republicanos -que nunca han estado por una nueva Constitución- tengan por sí solos el poder de veto en la constituyente. “Republicanos es igual a riesgo”, decía uno de los ministros del gabinete de Boric -quienes vieron los resultados por su cuenta o junto a sus partidos- mientras seguían la transmisión televisiva.

El Presidente al momento de votar.

Una de las definiciones que también zanjó el equipo político de La Moneda, a última hora, fue quién saldría a “dar la cara” ante los magros resultados. Esa decisión tensionó al gobierno porque quien lo hiciera terminaría -irremediablemente- convirtiéndose en el rostro de la derrota.

Pasadas las 20.00 lo único que estaba claro en La Moneda era que la vocera Camila Vallejo daría respuestas sobre la jornada eleccionaria. El miércoles pasado el comité político y el equipo de asesores del Mandatario decidieron un libreto que redujera al máximo las opciones de que fuera Boric el que asumiera los costos de una eventual derrota y que, por lo mismo, no sería él quien tomaría la palabra durante la noche.

Pero anoche todo cambió. Recién pasadas las 21.00, el Mandatario decidió entregar una declaración, cambiando el plan inicial. La definición no fue compartida por todos en La Moneda.

“Hoy nuestro pueblo ha participado de una jornada democrática y sin sobresaltos. El pueblo de Chile vuelve una vez más a expresar sus posiciones de manera democrática en las urnas. Y nuestro país -y esto es importante y no es obvio- una vez más utiliza el diálogo para resolver sus diferencias, porque hemos entendido todos que la democracia se fortalece siempre con más democracia, y nunca con menos”, dijo el Jefe de Estado desde el set de prensa de La Moneda.

Y agregó: “Volvemos una vez más a tener una oportunidad de construir con diálogo y encuentro una nueva Carta Magna que represente de la mejor manera posible los anhelos y el tipo de país en el que como chilenos queremos vivir en las próximas décadas”.

El Presidente recalcó que el proceso no debe darse pensando en la próxima elección sino en el largo plazo y llamó a las autoridades electas a actuar con “sabiduría y templanza” para evitar que la historia -del fracasado proceso anterior- se repita.

En ese sentido, añadió que “el proceso anterior fracasó, y debemos decirlo, porque no supimos escucharnos entre quienes pensábamos distinto (...). Quiero invitar desde ya al Partido Republicano, que ha obtenido una primera mayoría incuestionable en esta elección, a no cometer el mismo error que cometimos nosotros en su momento. Este proceso no puede ser de vendettas sino de poner por delante a Chile y su gente antes que los intereses partidistas o personales”, dijo.

A su vez, el Presidente dio una señal a Chile Vamos: “a Chile Seguro y sus partidos los invito desde ya a construir grandes acuerdos por nuestra patria”.

Y agregó: “En el gobierno seguiremos trabajando para atender las urgencias y las necesidades”, destacando la crisis migratoria y de seguridad que afecta al país.

El Jefe de Estado, subrayó -además- que el “liderazgo se juega en detener el movimiento pendular” de la sociedad chilena, el que, reiteró, afecta más a los más vulnerables.

De todas formas, quien respondió preguntas fue la ministra Vallejo. Sobre si el nuevo escenario es un voto de castigo al gobierno, la vocera evitó contestar y recalcó que “si uno quiere hablar de triunfos o avances, Chile ha dado plena demostración de que los conflictos los puede seguir resolviendo con más democracia, diálogo y acuerdo”.

La secretaria de Estado hizo un llamado a todos los sectores a avanzar en acuerdos para enfrentar las urgencias de la ciudadanía y evitar así mayor descontento y desafección, recordando las recurrentes manifestaciones del pasado. “Chile requiere mayor entendimiento y mayor unidad. No basta con la voluntad del Congreso, del gobierno, sino de todos y en conjunto (...). Para nosotros lo fundamental es promover y asegurar entendimiento en el Congreso para atender las urgencias y transformaciones profundas que se han manifestado en distintas manifestaciones durante el tiempo en nuestro país. Muchos pidieron postergar acuerdos y dialñgoso para después de esta elección. Bueno, es momento del acuerdo”, dijo.

Luego de la declaración del Presidente -afectado por el triunfo del Partido Republicano, su principal preocupación-, estaba previsto que empezara a coordinarse y tener conversaciones con distintos sectores políticos para una semana que no se ve fácil para el Ejecutivo. Lo que transmitieron en las reflexiones del comité político es que confían en que los sectores que estuvieron por el nuevo proceso constitucional logren alinearse para que no fracase nuevamente.

Ahí, Chile Vamos (Chile Seguro) -a quienes en La Moneda, en especial el Mandatario, nominan como “la derecha democrática”- jugará un rol crucial pese a sus malos resultados de esta semana.

“Acá Chile Vamos tiene que tomar una decisión”, decían durante la noche en La Moneda, porque están conscientes de que la fluida relación que tiene el Mandatario con el presidente de la UDI, el senador Javier Macaya y el presidente del Senado, Juan Antonio Coloma (UDI), no bastan para confiarse en un vínculo que esperan profundizar para encauzar el proyecto constitucional.

Asimismo, también transmiten que eso no es suficiente para tener apoyo en las reformas y proyectos de ley como los que comenzarán a votarse desde este lunes como el sueldo mínimo, el royalty minero o la ley corta para implementar el fallo de la Corte Suprema en contra de las isapres que será ingresada esta semana.

Durante este domingo en la noche Boric tenía contemplado comunicarse con presidentes de partidos del oficialismo y también con algunos personeros de la oposición.

En todo caso, al momento de votar Boric ya había transmitido algunas aproximaciones de la que será su posición para este proceso. A primera hora y acompañado de sus papás, su hermano Simón y su pareja Irina Karamanos, el Mandatario indicó que “esta vez no hay margen de error”, recalcando que -a diferencia del proceso anterior- debe primar la unidad, el diálogo y no así un texto partisano.

“Hay que conseguir una Constitución que nos una, signifique progreso y que identifique a la mayoría de los chilenos para actualizar nuestras normas fundamentales. (...) No debería ser una pelea política de corto plazo o una pelea entre políticos. Sino de cómo logramos ponernos de acuerdo para avanzar con todas las oportunidades que tenemos como país y construir un Chile desarrollado, justo e inclusivo”, subrayó el Mandatario.

Sobre la disyuntiva que se le abre al gobierno sobre cuánto involucrarse en el debate constitucional, el Jefe de Estado también fijó postura. “El gobierno no se inmiscuirá en el proceso y vamos a respetar plenamente la autonomía del órgano en su deliberación”, dijo, ratificando la estrategia de distanciar la gestión de su administración del proceso constituyente y, sobre todo, de la derrota de este domingo. Sin embargo, enfatizó que “lo que sí haremos es servir como garantes para que el Consejo Constitucional pueda realizar su trabajo y vamos a apoyar todo lo que el Consejo nos solicite para que llegue a buen puerto”.

Pese a sus palabras, en el Ejecutivo reconocen que si bien la pulsión inicial es prescindencia total, La Moneda no podrá desentenderse de discusiones que tensionen al Consejo Constitucional y -como ocurrió en el proceso pasado- entrampen al oficialismo.

Costos internos

Las heridas internas de ambas coaliciones, donde el PPD fue uno de los partidos más damnificados luego de que fueran ellos los que defendieran la tesis de competir por separado, serán otro capítulo para el oficialismo. Eventuales pasadas de cuentas internas es parte de lo que el Presidente busca contener con el cónclave con los partidos que liderará este miércoles 10 en Cerro Castillo.

En la antesala de la votación, en La Moneda ya habían hecho gestiones para evitar que tras la derrota que ya anticipaban los partidos oficialistas se dedicaran a recriminarse mutuamente. Por eso, de hecho, valoraron que ambos comandos oficialistas terminaran juntos la noche de ayer, dando señales en favor de la unidad.

Está por verse, sin embargo, si las señales serán sostenibles y logran -ahora sí- proyectar una alianza que procese sus diferencias y cuide al gobierno, como ha pedido el propio Presidente. “A los partidos de gobierno los llamo a la unidad”, dijo ayer por la noche.

En los chats de ministros también hubo espacios de reflexión para analizar los desafíos de la democracia y cuál es el rol que tienen que tomar en un escenario que admiten como complejo.

La cuenta pública del 1 de junio será crucial para ordenar lo que viene, dicen en Palacio.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.