El libro abierto del Monumental

Imagen INAGURACION ESTADIO MONUMENTAL 04-2

Este lunes se cumplen 30 años desde que el recinto de Macul fue inaugurado definitivamente. En estos tres decenios acumula diversos episodios que quedaron en la retina de todos los hinchas del fútbol.



El sábado 30 de septiembre de 1989 quedó en la memoria de varias generaciones de hinchas colocolinos. Esa tarde por fin pudieron ver el sueño del Estadio Monumental hecho realidad. Algunos, comenzaron la ilusión en 1956 y asistieron a la primitiva inauguración del 75, pero nada se compara con lo vivido en esa jornada primaveral.

"Costó bastante, hubo muchas campañas y se hizo hasta una Colotón para reunir fondos. Ese día mucha gente contaba anécdotas de cómo se trabajó 30 años antes", relata Daniel Morón.

Discursos de Eduardo Menichetti, timonel de la inmobiliaria Estadio Colo Colo, y Peter Dragicevic, presidente del club, además de la bendición del sacerdote Manuel Acuña, quien también era dirigente del Cacique y un homenaje a los gestores de la obra Antonio Labán y Héctor Aladino Gálvez, acompañaron la ceremonia. No solo eso ocurrió; hubo paracaidistas, aviones acrobáticos, un maratónico show con múltiples artistas y el puntapié inicial de Cecilia Bolocco, quien llegó en helicóptero a la cancha de Macul.

Los albos vencieron 2-1 a Peñarol, con tantos de Marcelo Barticciotto y Leonel Herrera. "En la inauguración del 75 jugó mi papá. Y cuando se hace la reinauguración, hago el gol del triunfo, lo que fue una gran emoción para nosotros", cuenta este último.

La Copa se mira y se toca

La noche del 5 de junio de 1991 está inscrita en lo más alto de la historia. Al fin quedaba atrás el frustrante dicho "la Copa se mira y no se toca". Tras haber igualado 0-0 con Olimpia, en Asunción, Colo Colo tenía la primera opción de darle la primera copa internacional al fútbol chileno. Y no defraudó, goleó 3-0 a los paraguayos, con dos tantos de Luis Pérez y otro de Leonel Herrera. Ambos actores secundarios, que se convirtieron en los protagonistas de una jornada gloriosa.

"Ser campeón de América fue algo muy importante para el club y para Chile", dice Morón, quien cuenta que no guardó ningún recuerdo de esa jornada. "Nunca fui muy apegado a las cosas. Mi camiseta la tiene un colega de ustedes, Lucho Urrutia", explica.

"Ese partido tenía una carga emocional, porque yo me crié en el Monumental. Tenía compañeros que habían jugado con mi papá, además de lo que le pasó a él con el Colo Colo 73... Eran muchas situaciones deportivas y emocionales. Mi papá no podía estar, porque era técnico de Temuco. Lo habían invitado y no quiso ir, prefirió verlo solo", expresa Herrera, quien revela: "Cuando hago el gol, Barti me dice 'esto es para tu papá y ahí me puse a llorar'. Después, al arco norte le pusieron mi nombre y al sur el de Lucho Pérez".

Párrafo aparte merece la semifinal de vuelta de esa copa, en la que Colo Colo derrotó 3-1 a Boca Juniors, en un partido que derivó en una batalla campal y que pasó a la historia por la imagen de un perro policial mordiendo a Carlos Navarro Montoya.

El Real Madrid y una tragedia

El 22 de agosto de 1993, Real Madrid, con Iván Zamorano a la cabeza, se presentó en el Monumental, en el marco de una gira en la que enfrentó también a Universidad de Chile. El estadio lucía lleno. En realidad, demasiado. Hubo fanáticos sin entrada que rompieron las rejas de acceso e ingresaron de cualquier forma. Así, muchas personas se subieron al techo. Las débiles planchas de calamina sucumbieron ante el gran peso y se desató una tragedia que dejó un muerto y más de 70 heridos.

"Nosotros nos enteramos entrando a la cancha de esa noticia. Y después de terminado el partido supimos algo más. Desconocíamos la magnitud de lo que había sucedido", apunta Morón. El resultado fue 2-0, con tantos de Jaime Pizarro, de penal, y de Hugo Rubio. "Para nosotros fue una revancha después del 6-1 en el Bernabéu", sostiene el actual director de Blanco y Negro.

Superclásico de 100 pesos

Los enfrentamientos ante Universidad de Chile han sido particularmente tensos en el Monumental. De los 35 partidos que han disputado allí, los albos han ganado 19, empatado 11 y perdido apenas cinco.

Indudablemente, hay muchas historias que se tejen en estos partidos. Algunos han sido arbitrados por jueces extranjeros, como ocurrió en 1992, cuando el uruguayo Saúl Feldman condujo un 1-1 en Macul, y en 2000, cuando el paraguayo Robert Troxler dirigió en el 1-3 de los azules. Pero también hubo otros episodios bochornosos.

El 31 de agosto de 2003, por el Torneo de Clausura, Colo Colo y la U igualaban 1-1, con tantos de Christian Thompson para los estudiantiles y de Miguel Aceval para los albos. Sin embargo, a los 60', un proyectil impactó al azul Nelson Pinto. Rubén Selman de inmediato decidió terminar el partido por falta de garantías. Las sanciones fueron durísimas y el recinto estuvo tres años sin albergar duelos ante los laicos. "Dentro de la cancha había sido todo muy cordial hasta que una moneda de 100 pesos cortó al Chupa Pinto. Ahí recibí el apoyo de los jugadores de ambos equipos para suspender el partido, porque había que ponerle freno al tema de la violencia en los estadios. Fue la mejor decisión que pudimos tomar", señala el exárbitro.

El tetracampeonato

El 23 de diciembre de 2007, Colo Colo vencía 3-0 a Universidad de Concepción, con goles de Gonzalo Fierro, Gustavo Biscayzacú y Claudio Bieler, y se convertía en el primer y, hasta ahora, único equipo en conquistar el tetracampeonato en el fútbol chileno. Los dirigidos por Claudio Borghi vivían la última etapa de un período glorioso, que incluyó la final de la Copa Sudamericana y la irrupción de Arturo Vidal, Matías Fernández, Alexis Sánchez, Claudio Bravo y Jorge Valdivia, quienes ya habían emigrado.

"En esa ocasión había mucha ansiedad. Cuando entramos, estaba maravilloso, repleto. No quedaba un espacio. Ser tetracampeón era histórico. En el camarín uno a veces no escucha tanto el aliento, pero ese día se escuchaba más fuerte que nunca. Fue una locura, fue uno de los momentos más lindos. Éramos un tremendo equipo, ganábamos permanentemente, teníamos una idea clara y siendo muy ofensivos", sostiene Miguel Riffo, pilar de la defensa de ese equipo, y quien sería parte del cuerpo técnico que obtendría la estrella número 30, el último gran hito del Cacique en su casa.

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