Un local familiar. Así definen al Patacón sus dueños, quienes llegaron desde Santiago hace cuatro años para abrir esta sanguchería, una de las favoritas de Pucón.

Es un local pequeño y acogedor en el centro de la ciudad, en una antigua casa de comienzos del siglo XX, una de las primeras que se construyeron ahí, con maderas nativas y gruesas vigas a la vista.

En su carta destaca una selección de sánguches sabrosos y contundentes, todos servidos en marraqueta doble. Y no cualquier marraqueta.

La de aquí la hace especialmente una panadería vecina para que luego en los hornos de Patacón se termine de hornear y quede crujiente al momento de servir el sandwich (todos valen entre $ 3.990 y $ 6.500).

Son varios los que hay que probar sí o sí, como el "tremebunda", que trae una hamburguesa casera gigante, lechuga, tomate, fondos de alcachofa grillada, queso azul y queso fundido. O el "San Pedro", que se hace con ceviche de salmón, ácido y fresco.

Otro muy rico es el "engauchado", con lomo liso, queso, cebolla caramelizada en whisky/miel y tocino ahumado. Ideal para compartir.

Todos los sánguches van acompañados de papas rústicas, con cáscara y bien crocantes.

Para beber, schops de la marca artesanal Tauss Brau ($ 3.500, dos por $ 6.000). O una jarra de terremoto o de borgoña para compartir ($ 3.490 la de medio litro).

Lo bueno es que el local abre todo el año. En verano, de lunes a domingo desde el mediodía hasta la 1 AM.

Tiene, además, patio y una zona de niños con una alfombra especial, juguetes y pizarras para que dibujen.