Christopher Martínez: “El unicameralismo va en contra del diagnóstico del estallido, que era desconcentrar poder”

Cuenta pública
Cuenta pública presidencial.

Académico de la U. Católica de Temuco, acaba de sacar un libro que recoge reflexiones para el debate constituyente. De hecho, una de las proposiciones, que fue expuesta en su momento ante la Convención Constitucional, sugería crear una vicepresidencia para el gobierno. La idea fue uno de los puntos que se aprobaron esta semana en el marco de un modelo de presidencialismo reformado.


En lo personal, se declara presidencialista y desde 2011 viene investigando sobre los sistemas presidenciales en América Latina. Christopher Martínez, cientista político de la U. de Concepción, magíster en la U. de Chile y Phd. en la U. Loyola Chicago, se ha especializado en temas de estabilidad y supervivencia presidencial y crisis gubernamentales.

“En algún momento tuve un coqueteo con el semipresidencialismo y duró muy poco. La investigación después me empezó a mostrar otras cosas”, comenta el hoy académico de la U. Católica de Temuco, quien acaba de lanzar el libro Presidencialismo. Reflexiones para el debate constitucional en Chile, que recoge escritos de varios académicos y que cuestiona el supuesto “hiperpresidencialismo” chileno.

¿Por qué, a juicio de Ud., el parlamentarismo ha ganado tantos seguidores? Uno lo ve en la derecha, en la DC, en el Frente Amplio...

No creo que sean tantos seguidores. Es una discusión que está bien balanceada por gente que es presidencialista, algunos que van por modelos semipresidenciales y también los parlamentaristas. Es una tensión que siempre está en debate.

¿Y por qué perdura el presidencialismo como modelo predominante en América?

La figura presidencial es muy importante para la ciudadanía. Y es importante porque es fácil identificar quién es la persona que está a cargo de la conducción política del país y si lo hace bien o si fracasa. Por eso es que tú ves siempre que la participación en las elecciones presidenciales es consistentemente superior a las parlamentarias y otro tipo de elecciones. La gente valora esa figura. El presidencialismo se instala en América Latina porque querían ser repúblicas democráticas y en ese momento el parlamentarismo no era una opción democrática. La única referencia que había era el presidencialismo de Estados Unidos.

¿En América Latina ha habido experiencias como la época de la República Parlamentaria en Chile? Aunque lo que hubo en Chile, según varios cientistas políticos, no fue necesariamente un parlamentarismo después de la Guerra Civil de 1891.

En el caso de Chile se le llama de una manera incorrecta “parlamentarismo”. Fue un régimen más de asambleas. En el fondo, el gobierno nunca tuvo que ver con la confianza que le daba el Congreso. El Congreso derribaba ministros y era muy activo y muy combativo respecto del Presidente. Los presidentes eran bastante débiles, pero eso en ningún sentido es un modelo parlamentario. Hay gente que lo recuerda como una experiencia traumática. Pero hay que reconocer que eso no era parlamentarismo.

Christopher Martínez es académico de la Universidad Católica de Temuco.

Respecto de lo que se aprobó en la Convención Constitucional, en la comisión de Sistema Político, varios académicos han dicho que un Congreso unicameral y un presidencialismo “atenuado”, porque así estaba presentado en la indicación, da como resultado un hiperpresidencialismo. ¿Lo ve así?

Yo he escrito en la línea contraria a la tesis del hiperpresidencialismo. En el fondo, en Chile no existiría eso, pero sí la combinación de un sistema presidencial con una sola cámara puede dar lugar a que, en el fondo, se concentre eventualmente mucho poder en un grupo. No estoy hablando del Presidente. Esto es importante, es un grupo, que por ejemplo puede tener mayoría en el Congreso y además llegar a la Presidencia. Esa combinación puede ser peligrosa dependiendo de las características de esos grupos.

Tomás Jordán, quien es más partidario de avanzar hacia el parlamentarismo, dice que “es un error suponer que al quitarle nombramientos al Presidente se atenúe el presidencialismo...

Yo difiero con él, en el fondo hay que ver dos cosas. El presidencialismo es un régimen y tiene que ver cómo están separados el Presidente y el Congreso. Y lo otro que está hablando Tomás es el poder presidencial. El poder presidencial, sí lo puedes cambiar y variar entre países y en el tiempo. Encuentras que en algunos países, por ejemplo en Colombia, los presidentes son más poderosos. En el caso de Chile, no son tan poderosos, siempre están negociando. Si tú le quitas nombramientos, disminuye el poder del Presidente, pero tal vez no es tanto. Quizás a eso se refiere Tomás.

Pero si al Congreso se le elimina el Senado, para el Presidente es mucho más fácil negociar o tramitar sus leyes...

Exactamente. Eso es algo que ha escrito Sergio Toro, experto en Congreso en Chile Él dice que obviamente en un sistema bicameral, el Presidente tiene, como dices correctamente, que negociar más, con más gente, pero, además, menciona que un Congreso bicameral también les hace la tarea más difícil a los lobistas, porque tienen que hacer dos veces el trabajo. Con un Congreso unicameral eso se hace más fácil.

¿Eso atenta contra la probidad, hay más riesgo de corrupción?

Claro. Eso no quiere decir que el país se va a volver en un país corrupto, en un Congreso corrupto, pero sí en el fondo es más accesible (para la corrupción)

¿Usted coincide con Arturo Fontaine, quien decía que con una sola cámara, eliminando el Senado eventualmente, las regiones también pierden peso, porque el Senado representa mejor a los territorios?

Sí, yo soy de región y trabajo en región. Eso claramente es algo que es así. Si tú colocas la misma cantidad de representantes en una sola cámara bajo criterio poblacional, probablemente más de un tercio va a estar representado por la Región Metropolitana. Hoy eso se contrapesa con la representación de las regiones en el Senado. Esto que se aprobó ayer, el unicameralismo, va totalmente en contra del diagnóstico que surge en 2019 con el estallido, que era desconcentrar poder. Ahora se va a concentrar más poder en una sola cámara y territorialmente va a ser mucho más débil. El criterio más de población va a primar.

En materia de gobierno, hubo propuestas que no prosperaron, una suerte de semipresidencialismo con unicameralidad. ¿Eso es similar al modelo peruano, no?

Tenías un modelo que no era necesariamente semipresidencial, era medio parlamentarizado, pero definitivamente no era presidencial. Era una figura mixta más allá del nombre que tú le puedes dar, Y claro, ahí se podían replicar, no necesariamente los mismos, pero problemas similares a lo que ha visto el Perú, y que académicos de Perú nos advierten: ojo con lo que están aprobando y los problemas que han generado estos modelos mixtos. Por ejemplo, presidentes en el Consejo de Ministros, o ministros que requieran algún grado de confianza del Legislativo. Son problemas que acarrea un gobierno, incluso, cuando debuta. Le está pasando al Presidente Castillo en Perú.

Extender a ocho años el mando, con una reelección a los cuatro, ¿es una herramienta de más poder para el presidente o no?

Claro, pero es un poder también más controlado. No es que el presidente va a estar ocho años. No solo el electorado lo puede sacar del cargo cuando se cumplan los cuatro años, también los partidos de su coalición. El presidente tiene que estar rindiendo cuentas y eso es lo positivo de la reelección. Además, en el último año si la popularidad no viene muy bien todo el mundo saca sus agendas propias y el presidente queda un poco solitario. Entonces, eso se revierte porque tiene a la coalición, que tiene que mantenerse unida si es que quiere seguir en el poder. Eso es lo esencial, luego las personas tienen el derecho democrático de apoyar esa candidatura o preferir otra.

Y la vicepresidencia, en este caso paritaria, ¿le gusta?, ¿qué claves tiene?

Son hartas cosas que están en el libro, porque nosotros lo escribimos el año pasado y salió publicado esta semana. De hecho, la idea de la vicepresidencia surge de ese libro. Es una idea de los autores del capítulo sobre vicepresidencia para Chile, José Tapia, Anabel Illanes y Alejandro Olivares. Yo consideré que ese era un tema relevante para innovar en el presidencialismo chileno para despersonalizar un poco la figura del Ejecutivo. Incorporar una vicepresidencia, que comparte poder, amplía un poco el rango de representación, porque dos personas representan a más gente que solo una. Ellos en el capítulo propusieron esta figura paritaria que la sacan del caso ecuatoriano. Lo veo como algo positivo y como una innovación importante.

¿Existe alguna fórmula que se pueda colocar en la Constitución para reducir el problema de los gobiernos minoritarios en un régimen presidencial? Ese es el principal fundamento que levantan algunos parlamentaristas para proponer un cambio.

Sí. Es uno de los grandes mitos de esta discusión, porque los gobiernos de minorías, para empezar, existen tanto en los sistemas semipresidenciales y presidenciales, son menos frecuentes en los sistemas parlamentarios obviamente, pero ocurre. En los sistemas parlamentarios hay gobiernos de minoría. Incluso, el partido gobernante a veces ni siquiera es el de mayoría, el más grande dentro de esa coalición y logran funcionar. Entonces hay varios politólogos que dicen bueno, si en ese sistema parlamentario, en el cual las mayorías son tan fundamentales y los gobiernos se mantienen, ¿por qué se replica eso como crítica hacia el presidencialismo? En América Latina has visto, especialmente en el caso de Chile o de Brasil, que los presidentes establecen coaliciones. Y las coaliciones son prácticas políticas que los partidos políticos encuentran, desarrollan y mejoran para poder gobernar de una manera más óptima

Llama la atención que, por ejemplo, el Presidente Boric haya hecho un ejercicio al conformar su primer gabinete de una manera distinta a como se había hecho, no sé, por lo menos hace 100 años. ¿La decisión de sumar a fuerzas que no estaban en su coalición original, se asemeja eso al parlamentarismo o no?

No. Es importante decir que ese tipo de prácticas no son ni de una ni de otro sistema. Lo que pasa es que a veces la gente compara con el presidencialismo estadounidense, donde hay dos partidos. Entonces nunca puedes formar coaliciones, pero el presidencialismo latinoamericano es multipartidista. Entonces se van generando esos incentivos y las coaliciones funcionan muy distinto. En algunos países son estables, como en Chile. En otros son muy inestables Lo que preguntas tú es súper interesante, ¿por qué Gabriel Boric hace eso? No hay que olvidar que él perdió la primera vuelta, después del regreso de la democracia es el único presidente que ha llegado al cargo que salió segundo en la primera vuelta. Entonces, yo creo que hay un sentido también de realismo y de entender que el gobierno es algo que tienen que cuidar, no pueden malgastar esta oportunidad como partidos jóvenes.

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