Bolsonaro, AMLO y Ortega: Los presidentes “porfiados” con el coronavirus

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, saluda a sus partidarios frente al Palacio de Planalto, después de una protesta contra el Congreso Nacional y la Corte Suprema, ayer en Brasilia.

Estos tres Presidentes de la región han preferido desobedecer las normas sanitarias tras la declaración del coronavirus como una pandemia, y seguir dando besos y abrazos a sus seguidores.


Como si nada estuviera pasando en el mundo, justo en un período en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el coronavirus como una pandemia, tres Presidentes de América Latina han preferido hacer oídos sordos a las recomendaciones sanitarias para evitar una propagación aún mayor de contagios del Covid-19.

Jair Bolsonaro, tras haber dado negativo la semana pasada al test del coronavirus, decidió salir ayer del palacio presidencial de Planalto para saludar con la mano a decenas de simpatizantes que participaron en un acto de apoyo a su gobierno. El mandatario brasileño no solo decidió no respetar las recomendaciones globales de los expertos de no saludar de beso ni con la mano, ni de evitar aglomeraciones, sino que además no respetó el tiempo de aislamiento que le ordenaron los médicos, ya que debe someterse a una nueva prueba del virus que descartará el periodo de incubación de la enfermedad.

Los seguidores de Bolsonaro participaron ayer en un acto en Brasilia que reunió a unas 8.000 personas que se manifestaron en contra del Congreso Nacional y la Corte Suprema. Bolsonaro transmitió en vivo en Facebook, se tomó selfies con sus simpatizantes y ondeó banderas y tomó carteles del público.

El mandatario brasileño estuvo la semana pasada bajo sospecha de haber contraído el virus, después de que un ministro de su gobierno, Fabio Wajgarten, que viajó junto con él a Estados Unidos, fuera diagnosticado con coronavirus. Además, otros dos integrantes de la comitiva del Presidente brasileño también resultaron infectados.

Los presidentes de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y del Senado, Davi Alcolumbre, acusaron al Presidente de “atentar” contra la salud pública. “Es hora de que maduremos como nación”, pidió el jefe de la Cámara Alta en un comunicado.

Bolsonaro fue interrogado sobre esta polémica en una entrevista con CNN Brasil y defendió su presencia en la protesta de Brasilia: “Debemos respetar, tomar medidas sanitarias, pero no podemos entrar en una neurosis como su fuese el fin del mundo”.

Según el conteo de contagiados de John Hopkins University, Brasil cuenta con 200 casos de coronavirus.

Besos y abrazos

El Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), también desobedeció este domingo las recomendaciones de los expertos, pese a que este país ya suma 53 casos.

El sábado el gobierno de México anunció una batería de medidas para enfrentar el virus, como la suspensión de clases, de actividades públicas y privadas no esenciales y la sugerencia a sus ciudadanos de restringir viajes al exterior. Sin embargo, el Presidente es el primero en incumplir las normas básicas para evitar el contagio.

El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se da la mano con sus partidarios mientras visitaba ciudades en el estado suroeste de Guerrero, el sábado.

El domingo dio besos, abrazos y saludos a las cerca de 2.000 personas que llegaron a un encuentro en el estado de Guerrero a un encuentro con los pueblos afroamericanos, mixteco, taplaneco.

A fines de febrero, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, le recomendó a López Obrador que ante la presencia del Covid-19, es preferible no dar besos y abrazos a los ciudadanos en sus giras de trabajo.

Eso sí, ante las críticas, esta mañana AMLO aseguró que se sometería a un examen para detección del coronavirus si las autoridades médicas le ordenaran hacerlo. “Yo me ajusto al protocolo de salud. Si hace falta, entonces yo me hago la prueba del coronavirus, hago lo que me indiquen los médicos”. También, señaló que dejará de participar en actos masivos cuando las autoridades sanitarias se lo indiquen.

Movilizaciones de “amor en tiempos del Covi-19”

Contrario a todas las últimas órdenes de los gobiernos del mundo de evitar aglomeraciones, cancelando conciertos, eventos, y cerrando bares y restaurantes, Nicaragua ha decidido que le hará frente al coronavirus con manifestaciones.

La vicepresidenta y esposa del Presidente de Nicaragua Daniel Ortega, Rosario Murillo, convocó el sábado pasado a sus simpatizantes a una jornada nacional de movilización, bajo el nombre de “Amor en tiempos del Covid-19”. Fueron miles de sandinistas que marcharon en Managua.

“Vamos a caminar con la fuerza de la fe y la esperanza en todo el país, en oración permanente y solidaridad con todos los pueblos, familias y hermanos en el mundo afectados por el coronavirus", dijo Murillo el viernes.

Una mujer sostiene un cartel que dice "Amor en tiempos de Covid-19" durante una marcha llamada "Caminata por Nicaragua en solidaridad, fe y esperanza", en Managua el sábado.

Nicaragua aún no ha detectado casos de coronavirus, y esa es la razón por la cual el gobierno sandinista “no ha declarado, ni declarará” cuarentena. “Gracias a Dios no se ha registrado ningún caso”, señala el gobierno.

Eso sí, en los países vecinos el coronavirus arribó a principios de marzo, cuando Costa Rica declaró el primer contagio. Panamá, Honduras y Guatemala también han reportado casos. El gobierno de El Salvador declaró cuarentena.

Los expertos han salido a advertir la irresponsabilidad del gobierno nicaragüense al hacer llamados a movilizaciones. “Es una irreponsabilidad llamar a marchar. Es importante no asistir a grandes reuniones donde la transmisión puede ser más activa. El principal temor es que, aunque esta enfermedad tiene una alta transmisibilidad y baja mortalidad, su gran capacidad de contagio supere la capacidad instalada de las unidades de salud”, dijo a El País el epidemiólgo Milton Valdez, quien en los años ochenta fue viceministro de salud.

Así, la situación global de coronavirus parece mantener sin cuidado a estos tres Presidentes, sin embargo, todo quedará a la espera de ver si el contagioso virus llega o no a sus círculos más cercanos, y si esto generará entonces que los mandatarios comiencen a seguir cuidadosamente las normas sanitarias.



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