Madonna no te oxides
No tiene un número uno en EE.UU. desde Music publicado hace 19 años y el último top cinco lo timbró en 2008 junto a Justin Timberlake. Para la reina del pop esta década ha sido muy modesta en cuanto a rankings. Aunque ha conquistado varios primeros puestos en la casilla dance, en la clasificación general ha estado discretísima. Los sencillos del último álbum Rebel heart de 2015 tuvieron pobres resultados. "Bitch, I'm Madonna" acompañada de Nicki Minaj apenas escaló hasta el puesto 84, un verdadero fracaso para quien ostentó once primeros puestos entre los 80 y los 90.
Las cifras son un tema en Madonna porque su historial está plagado de récords e hitos. Con 300 millones de discos es la mujer que más ha vendido en la historia y logró acuerdos con la industria equiparables a Michael Jackson en sus mejores días. A los 60 años Madonna Louise Ciccone es una leyenda protagonista de la cultura pop por décadas que avanzó territorios y abrió caminos. Mucho antes que Lady Gaga y toda la corte de princesas del pop era regalona genuina de minorías sexuales, con un cancionero imbatible que encantaba a todo el mundo. En cualquier conteo de las mejores canciones pop de los últimos 35 años instala fácil una veintena.
Como los más grandes de la música contemporánea, sus colaboradores han sido fundamentales y tiene fama por el buen olfato. Desde Ray of light (1998) se dedica a rastrear nombres en la electrónica para adaptarla a su instinto pop. Por mucho tiempo fue capaz de sostener un química delicada donde se presentaba al mundo con canciones modernas, frescas y versátiles para la pista de baile. Pero el calendario ha sido cruel con ella. A medida que envejece parece cada vez más forzada en ese camino, llegando tarde a su antigua costumbre de señalar para dónde debía ir la música para las masas. No tiene la misma elasticidad artística y las señales son evidentes hace rato. Luce cansada en el ejercicio de la reinvención.
Hace cuatro años cuando lanzó el último disco conquistó tristes titulares. Drake puso cara de asco cuando lo besó en vivo en Coachella, hizo un desastroso intento de stand up en el show de Jimmy Fallon y se fue de espaldas actuando en los Brit awards. Como remate se asoció a Tidal, el servicio pagado de música por streaming impulsado por Jay-Z con mediocres resultados, y que hasta hoy da noticias por abultar sus cifras.
La competencia para Madonna también es despiadada. Las rutas abiertas por su talento fueron fundamentales para las nuevas generaciones de artistas femeninas que revitalizaron el pop desde Britney Spears hasta hoy y, por supuesto, todas esas figuras reclaman una parte del reino, inevitable consecuencia además por la fragmentación de las audiencias.
Ninguna de ellas ha alcanzado la relevancia de Madonna y es improbable que vuelva a suceder porque el impacto de su obra en el pop se equipara, no se espanten, al de David Bowie en el rock, con una aproximación integral al arte musical y sus posibilidades visuales. Una canción en vivo de Madonna es un video clip de producción hollywoodense en tiempo real. Broadway con amplificación para estadios.
Madame X, el álbum anunciado para el 14 de junio, trae de vuelta a Mirwais, uno de sus compañeros provenientes de la electrónica, nombre clave en una seguidilla de buenos álbumes como Music (2000), American life (2003) y Confessions on a dance floor (2005). Comparado a Rebel heart con más de una veintena de firmas, el listado de productores asoma menos voluminoso. Porque ese es un problema que Madonna enfrenta y lo mismo le sucede a U2 y Shakira, todos suscritos a contratos jugosos que transan en términos artísticos. Es mucha la gente que opina en torno a lanzamientos así fríamente calculados.
El disco viene con este adelanto curioso, el single Medellín junto a Maluma, el colombiano que a pesar de los intentos no ha logrado entrar a EE.UU. como J Balvin y Bad Bunny, y que además arrastra fama de misógino.
https://www.youtube.com/watch?v=b8PtBzdiZ3g
"One, two, one two, cha cha chá", susurra Madonna al comienzo.
Suena increíble, un lujazo de producción para un ritmo urbano aderezado con más arreglos de los habituales, con el relato de una historia sencilla e inverosímil. La reina del pop está carreteando en Medellín y Maluma intenta seducirla con su galantería de teleserie.
"Discúlpame yo se que eres Madonna, pero te voy a demostrar cómo este perro te enamora".
Luego el colombiano se muestra en confianza y sugiere finísimo "y si quieres tú nos vamos por Detroit".
"Medellín" se alarga más de lo necesario, le sobra una vuelta y por ahora provoca el efecto que Madonna hace rato proyecta en su música: parece invitada en sus propios álbumes.
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