Ayer las agrupaciones de funcionarios de Gendarmería, que representan 17 mil personas que trabajan en la entidad carcelaria, advirtieron al gobierno que si no se les agendaba una reunión con el ministro de Justicia, Hernán Larraín, o con el ministro del Interior, Andrés Chadwick, se irían a paro.  El objetivo de los funcionarios de Gendarmería es lograr un acuerdo con el gobierno para avanzar en un petitorio casi "histórico" de la institución: mejorar la carrera funcionaria, más y mejor infraestructura, modificar el sistema de pensiones y aumentar la dotación de la planta.

Los temas tocados en el petitorio no son nuevos en Gendarmería, dado que sus demandas se repiten año a año. Por ejemplo, en 2015 pidieron mejorar la carrera funcionaria y en 2016, lo volvieron hacer, incluso llamando a un paro nacional por 12 días, lo que incluyó el cese de sus servicios en el Centro de Justicia, por lo que Carabineros debió custodiar las audiencias de control de detención.

En ese entonces, la ministra de Justicia, Javiera Blanco, llevó a cabo las negociaciones, y logró sellar un acuerdo al anunciarle a los gremios que harían un estudio externo a sus demandas y una vez logrado un diagnóstico, avanzarían en las mejoras. "Finalmente eso nunca llegó, nos durmieron por dos años para que no hiciéramos más paros. El estudio se hizo, pero nunca se aplicó nada", explicó el presidente de la Asociación Nacional de Oficiales de Gendarmería, Alberto Figueroa.

El plazo entregado por los gendarmes al gobierno es hasta las 15.00 de la tarde, y si hasta esa hora no existe acercamiento por el Ejecutivo llamarán, a paro nacional. Serían 17 mil funcionarios parados, de un total de 20 mil.

"Si no llaman vamos a un paro nacional, hasta ahora no han llamado. Esto no es contra el gobierno de turno, sino contra el colapso de esta crisis penitenciaria que es culpa de todas las administraciones que han pasado. No se han preocupado de nosotros, necesitamos más cárceles, más funcionarios, mejor tecnología, sino no se puede avanzar", manifestó el presidente de la Asociación Nacional de Suboficiales de Gendarmería de Chile (Ansog), Patricio Baquedano.

Ayer, Andrés Segovia, vocero de cinco gremios de Gendarmería, dijo que la idea de ir a paro surgió por la detención de su colega a raíz de la golpiza de los ciudadanos ecuatorianos, pero también por los efectos de la agenda corta anti delincuencia, la que dijo era "buenísima" porque colapsó las cárceles, pero que debería ir acompañada de una preocupación por el funcionamiento de los recintos y las condiciones de trabajo dentro de ellos. En radio Duna dijo que "la delincuencia no se termina cuando el Tribunal determina la privación de libertad o el cumplimiento de una condena. Eso es parte de la cadena de seguridad pública (…) Nosotros tenemos que tratar de cumplir la misión de Gendarmería, que es custodiar, atender, reinsertar y tratar al interno. Pero lo estamos cumpliendo a medias. Cuando el presidente dice que tenemos que respetar el Estado de derecho, nosotros somos los primeros en respetarlo, pero vamos prácticamente a los leones en las cárceles", argumentó.

En ese mismo sentido, recalcó que la capacidad de los gendarmes es deficiente frente a la cantidad de presos y a las condiciones de trabajo. Y contó que, aproximadamente, en Santiago hay tres gendarmes por cada 300 reos. Y que ganan en promedio 400 mil pesos."El funcionario que tiene trato directo con la población penal cae en estrés y en depresión", agregó.

Carta de gendarme detenido

En tanto, el pasado 22 de junio el 14° Juzgado de Garantía determinó la medida cautelar de prisión preventiva para Héctor Palma Silva, funcionario de Gendarmería acusado de no intervenir mientras un grupo de internos agredía a dos ciudadanos ecuatorianos por su presunta participaron en el brutal homicidio de Margarita Ancacoy (41), perpetrado el pasado 18 de junio mientras se dirigía a su trabajo en la Universidad de Chile.

La medida desató molestia entre sus pares, quienes acusan gran nivel de precariedad en sus condiciones laborales y que incluso, están ad portas de iniciar la paralización de sus actividades. Ahora desde la cárcel, el mismo Palma decidió contar a través de una carta su versión de los hechos que quedaron plasmados en dos videos de uno y dos minutos y que muestran cómo los dos extranjeros fueron torturados.

"(En vez de que me den una medalla por salvarle la vida a 02 internos, estoy privado de libertad). Las mismas víctimas me daban las gracias y entiendo también por escrito, que declaran que les salvé la vida", aseguró Palma. Agregó que, en sus 21 años de servicio nunca se vio involucrado "en ningún tipo de violencia y menos de tortura contra internos", reflexionó.

Finalmente, hizo un llamado a las autoridades a "terminar con los engaños, venganzas y por sobre todo con las ansias de poder, que lo único que están haciendo es ensuciar el nombre de nuestra Gendarmería de Chile". Y aseguró que "no pierdo la esperanza".