Expediente Llaitul: cómo el cerco de la PDI hizo caer al líder de la CAM

Fueron dos años y medio de seguimientos, empezando en febrero de 2020, en los que Héctor Llaitul se trasladó, habló y operó sin tener consciencia de que había sido marcado por la policía. Entre septiembre de 2020 y marzo de 2021, Llaitul estuvo en 9 localidades de la Araucanía las que tras su paso, sufrieron desde atentados incendiarios hasta usurpación e intimidación a trabajadores. Esta es la historia de cómo el cerco policial terminó con su caída.


El 6 de enero de 2021, los detectives de la BIPE dieron con las primeras pistas de uno de los secretos mejores guardados de la Coordinadora Arauco Malleco: ¿Quién era el redactor de los comunicados que reivindicaban los atentados incendiarios?

Y tras una interceptación telefónica, se percataron que el cerebro tras esos escritos era el mismo líder de la agrupación: Héctor Llaitul Carrillanca. Un dato desconocido hasta ahora y que incluso sorprendió a los equipos policiales.

Así se desprende del informe policial número 15002 en el que la PDI interceptó una llamada entre Llaitul y su pareja, Carolina Manqueo Solar, el 6 de enero de 2021, a las 15.05 horas.

“Que bueno que llegó bien y rápido a su Mapu”, le dice la mujer, con alivio, a Héctor Llaitul.

El líder de la CAM le responde que lo fueron a buscar. “Me salieron a buscar por ahí en un buen tocomocho”, señaló el comunero, que según la antena telefónica, durante la madrugada había estado por el sector de Lolenco en Galvarino, misma zona en la que se había registrado un atentado.

Pero lo sorprendente viene después. Llaitul le pregunta a su pareja: “¿Cómo estaba la cosa?; ¿Qué más se dice de los Chem (atentados incendiarios a maquinarias y forestales), todo eso?” porque le estaban pidiendo un comunicado desde los medios.

Manqueo le pregunta por qué le estaban solicitando eso. A lo que Llaitul le respondió: “Piensan que estamos muy detonados”.

Esta conversación no pasó desapercibida por los detectives, quienes ficharon como blanco objetivo a la pareja de Héctor Llaitul. Es así como 10 días después, el 17 de enero de 2021, registraron una nueva llamada entre ellos.

En esta oportunidad, el sistema vigía, arrojaba que el líder de la CAM estaba en la zona de Lleu Lleu, en la Octava Región. A las 20.58, Llaitul le dice que “todavía no termino esta cuestión Oh!”.

A lo que Carolina le responde: ¿Qué cuestión?

“El escrito, así que yo creo que va en la noche o mañana en la mañana”, le señaló el comunero, quien se notaba presionado por terminar su publicación.

Y cumplió su palabra Llaitul. El 18 de enero fue publicado un comunicado bajo el nombre “Pronunciamiento de Comunidades Mapuches-CAM”, en la que criticó el accionar del gobierno en la macrozona sur, además de minimizar el rol de los convencionales mapuches que estaban trabajando en ese momento en la nueva Constitución. Héctor Llaitul, sin colocar su nombre, llamaba a todas la orgánica operativa a seguir peleando por la recuperación territorial.

“Fuera las forestales y demás inversiones capitalistas del WallMapu. Libertad a Daniel Canio y demás presos políticos Mapuche”, cerró el comunicado.

Para la policía ya no quedaban dudas. El seguimiento de sus comunicaciones daban cuenta que Héctor Llaitul no solo estaba participando de los ataques incendiarios, sino que también era el cerebro de los comunicados de la organización.

El rol del sistema Vigía

El “weichafe” Daniel Canio Tralcal quedaba tras las rejas. Ese 8 de enero de 2020, el Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal lo condenó a más de 15 años de prisión por los delitos de “incendio en carácter reiterado, robo con intimidación, porte ilegal de arma de fuego y porte ilegal de munición”. Para Héctor Llaitul, era la pérdida de un “weichafe”, un guerrero para la cosmovisión mapuche.

La rabia y el tono desafiante, se plasmó en las palabras que el líder de la CAM dijo ante las cámaras en el tribunal. “Nosotros tenemos que llegar a nuestras comunidades (…) a emplazar a las comunidades mapuches a levantarse en contra de las forestales de una vez por todas, hacer un levantamiento, un levantamiento político y militar del pueblo nación mapuche en contra de las forestales”. Horas después, encendió aún más su discurso en redes: “después no se quejen de las acciones de resistencia (…) nosotros vamos a responder como organización todos los días que nuestros peñis estén en la cárcel”.

Su encendidas palabras, le valieron una querella por Ley de Seguridad Interior del Estado presentada por el ex Intendente de la Araucanía, Víctor Manoli.

Con ello, se activó un verdadero cerco policial interregional del que da cuenta en detalle la carpeta de la investigación. Desde ese momento, sus pasos, sus viajes y buena parte de sus conversaciones fueron seguidas en detalle por la Fuerza de Tarea Macro Zona Sur de la PDI.

Con la orden de interceptación telefónica otorgada por el Tribunal de Garantía de Temuco, además de monitorear sus conversaciones, los investigadores pudieron seguir sus movimientos por medio de la conexión de su celular con las antenas de telefonía móvil.

De esa forma, se descubrió un verdadero tour de Llaitul por la zona sur durante enero de 2020, que según la policía, tuvo consecuencias.

El 9 de enero, se desplazó de Temuco a Tirúa y Contulmo. Luego, el 11 de enero, regresó a Temuco. Pero al día siguiente, viajó a Osorno y Los Lagos, hasta el 13 de enero, cuando regresó a Temuco y emprendió rumbo a Santiago. El 17 de enero, se fue de vuelta a la Región de la Araucanía, pasando por Ercilla, Victoria, Temuco y Padre Las Casas, para llegar a Loncoche en la madrugada del 18 de enero. Al día siguiente, desde Temuco, se movilizó hasta Tirúa y Contulmo, donde permaneció hasta el 26 de enero.

En el análisis de la PDI, el registro de desplazamientos del vocero de la CAM “guarda cierta particularidad, ya que las zonas que visitó con posterioridad a sus declaraciones del día 8 de enero de 2020, ocurrieron atentados incendiarios adjudicados por la CAM, en los que se reivindicó al condenado Daniel Canio Tralcal”.

El método de análisis del equipo investigativo seguiría aportando valiosa información. De esa manera, se da cuenta que desde septiembre de 2020 a diciembre de 2020 el teléfono de Llaitul se conectó con antenas en sectores de Padre Las Casas, Los Sauces, Lumaco y San Juan de la Costa. Y en los primeros meses de 2021, en Panguipulli, Galvarino, Carahue, Victoria y el 12 de marzo de 2021, en la comuna de Cholchol.

“En base a los análisis efectuados se puede concluir que el usuario del número, Héctor Llaitul Carrillanca, se encontraba cercano a los sitios del suceso en horas próximas a la ocurrencia de los hechos”, expresa un informe policial.

Esa última conexión, que ubicó a Llaitul el 12 de marzo de 2021 en el fundo Los Pastales de Cholchol, le valió una de las cinco formalizaciones por las que quedó en prisión preventiva el jueves pasado por usurpación violenta, robo a mano armada y atentado contra la autoridad. Pero en Cholchol, el seguimiento no sería sólo telefónico.

Sin que el líder de la CAM se percatara, funcionarios de la BIPE lo siguieron en persona durante febrero de 2021, bajo el antecedente que estaba “participando activamente en una faena forestal en Cholchol”. Lo encontraron en la comuna de Labranza, donde había pasado la noche y lo acompañaron durante todo el trayecto que ese, y otros días, realizó hasta la comuna de Cholchol. Incluso, funcionarios policiales lo acompañaron y fotografiaron mientras viajaba en un microbús de la línea 3D hacia la zona, donde se efectuaba la ocupación del fundo Los Pastales. Allí, lo esperaba un vehículo blanco, que lo trasladaba hasta el interior del predio.

La vigilancia, junto a las interceptaciones telefónicas presentadas en la audiencia de formalización, permitirían situar con certeza a Llaitul como partícipe del robo de madera que ese 12 de marzo terminó con dos carabineros heridos por impactos de bala.

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