Combatir el cáncer de mama: Más especialistas e investigación de vanguardia

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La OMS considera al cáncer del mama como uno de los principales problemas de salud pública en el mundo.

El cáncer de mama es la principal causa de muerte en mujeres, tanto en Chile como en el mundo. Sin embargo, cuando es detectado de manera precoz, el pronóstico de cura es mayor al 90%. La U. San Sebastián comenzó este año con una nueva subespecialidad médica en conjunto a la Fundación Arturo López Pérez para ayudar en la formación de profesionales en esta área, y en paralelo, avanza en investigaciones científicas que sugieren que la obesidad impacta en el desarrollo y agresividad de este cáncer.



Es lunes por la mañana y el oncólogo Badir Chahuán comienza su jornada. Su trabajo se divide entre consultas médicas y cirugías, en su rol como jefe de la Unidad de Cirugía Oncológica y Reconstructiva de Mama en la Fundación Arturo López Pérez (FALP), instituto especializado en la atención de pacientes con cáncer, y como docente de la especialidad de mastología en la Universidad San Sebastián (USS).

Este centro atiende cerca de 16 mil consultas al año y realiza 900 cirugías. Estos números convierten al instituto oncológico en el principal centro de referencia a nivel nacional, y uno de los más importantes de Latinoamérica. Dentro de todos los diagnósticos que realizan el de cáncer de mama es el de mayor prevalencia.

En Chile, se estima que al día mueren cuatro mujeres por cáncer de mama y al año se diagnostican casi 5 mil casos. La mayoría de las mujeres que presentan esta enfermedad no tienen antecedentes familiares y la edad más frecuente de aparición es entre los 45 y 65 años.

Antes de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo consideraba uno de los principales problemas de salud pública en el mundo, ya que en los últimos 25 años se duplicó el número de casos nuevos anuales, tras el fin del confinamiento se estima que esta situación puede empeorar debido al retraso en los diagnósticos.

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Badir Chahuán, académico USS y jefe de la Unidad de Cirugía Oncológica y Reconstructiva de Mama en la Fundación Arturo López Pérez.

El cáncer de mama, a diferencia de otros, impacta fuertemente la autoestima de las mujeres que lo padecen o que tienen un alto riesgo, porque el tratamiento preventivo consiste en la extirpación quirúrgica de la mama.

En Chile, se estima que al día mueren cuatro mujeres por cáncer de mama y al año se diagnostican casi 5 mil casos. La mayoría de las mujeres que presentan esta enfermedad no tienen antecedentes familiares y la edad más frecuente de aparición es entre los 45 y 65 años.

Ministerio de Salud

“En la Fundación tenemos el privilegio de tener una unidad integral, con todas las áreas asociadas a la medicina al manejo del cáncer, asociados a kinesiología, para la recuperación de la funcionalidad del brazo operado, la parte psicológica, la parte de la sexualidad o las pacientes sobrevivientes del cáncer de mama”, relata el oncólogo.

Especialización en cáncer de mama

Pese a la prevalencia de esta enfermedad, existe un déficit de especialistas para el manejo de esta patología a lo largo del país. Este hecho motivó al Dr. Chahuán a ejercer la docencia. En 2021, en un trabajo conjunto entre la Universidad San Sebastián (USS) y la FALP, firmaron un convenio de colaboración en investigación y docencia, para la formación de nuevos especialistas en este campo.

Fue así como se creó el programa de subespecialidad de cirugía mamaria y mastología. Una beca de dos años que, en la visión de Badir Chahuán, director de la unidad, busca que quienes integren a sus filas “tengan una idea de la realidad. En la Fundación tenemos todo muy a la mano, y eso no es lo que habitualmente ocurre en un sistema público o privado en Chile”.

En la subespecialidad, los estudiantes pasan por las diferentes unidades de la Fundación, así como también en otros recintos médicos. Los alumnos aprenden no solo a extirpar el tumor, sino que a reparar la zona para que no quede un defecto estético importante. En el caso de que haya que sacar la mama completa, poder hacer una reconstrucción inmediata, lo que ayuda mucho a la recuperación de la paciente, tanto en el plano médico como psicológico.

“Ya no se hacen estas cirugías antiguas que eran tan mutilantes”, explica el Dr. Chahuán, frente a los estigmas que existen en torno al tumor. La beca tiene un especial énfasis en técnicas de vanguardia quirúrgica para poder ofrecer lo mejor a nuestras pacientes.

La especialidad se concretó este año, con el ingreso del becario Martín Rivas en junio pasado a la fundación. En diciembre llegará la segunda becada, avanzando en la formación integral de los futuros especialistas. “La idea es contar con colegas que puedan emigrar de Santiago, estar en diferentes partes del país, para hacer estas cirugías más de vanguardia”, destaca el Dr. Chahuán frente al propósito de la universidad con sedes en regiones.

Investigación en laboratorio

Dentro de las grandes preguntas que la ciencia busca responder es si existen factores de riesgo o condiciones de estilo de vida que puedan promover la aparición de este cáncer. Y la obesidad aparece como una de las más relevantes. Ese es el enfoque de una de las líneas de investigación que lidera la Dra. Patricia Burgos, académica en la Facultad de Medicina y Ciencia y directora del programa de Doctorado en Biología Celular y Biomedicina de la U. San Sebastián.

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Patricia Burgos, docente investigadora y directora del Doctorado en Biología Celular y Biomedicina U. San Sebastián.

La relación entre ambas patologías, donde los porcentajes de obesidad presentes en Chile son superiores a lo que ocurre en otros países, lo vuelve un problema complejo. La evidencia científica internacional y los avances de la investigación colaborativa realizada en la USS indican que una persona con obesidad sufre una inflamación crónica y silenciosa, específicamente originada por el estrés nutricional y por la grasa o tejido adiposo del abdomen, una verdadera fábrica de moléculas inflamatorias que afectan a otros tejidos del organismo.

Al estar inflamado, el cuerpo atraviesa por un cuadro de estrés global silencioso, con impacto a nivel celular y molecular, y en distintos tejidos, incluyendo el tejido mamario, siendo un componente que, según los avances de la investigación científica, contribuye al desarrollo, aparición o agresividad que tenga un cáncer particular, donde ciertas células serán más susceptibles que otras.

El tejido puede estar inflamado silenciosamente hasta 20 años sin que una persona tenga problemas, tiempo en que ciertas células de nuestro organismo, y de forma acumulativa, van sufriendo cambios celulares y moleculares adaptativos necesarios para la sobrevivencia celular. Estos cambios, son los que contribuyen a la aparición de diversos cánceres, entre ellos el de mama, constituyendo un factor de riesgo adicional a la aparición de un tumor”, explica la investigadora USS.

Una mujer obesa tiene mayor riesgo de padecer cáncer mamario -sentencia Burgos-, y cualquier tratamiento tendrá que lidiar con el cáncer propiamente tal, y además con el hecho de que el tejido adiposo visceral está favoreciendo la producción de moléculas pro-inflamatorias y pro-cancerígenas”.

En el laboratorio, la Dra. Burgos y su equipo están estudiando la contribución de genes de respuesta a estrés nutricional trabajando con la hipótesis que estos genes serían claves para la biología de las células tumorales del cáncer de mama, buscando así identificar potenciales blancos de intervención terapéutica. Con diversos modelos experimentales, donde se logra manipular la acción de los genes en estudio, investigan si éstos pudieran ser críticos para la biología de las células tumorales de cáncer de mama y su respuesta a condiciones propias de la obesidad. Además, y algo muy relevante, si la acción de estos genes pudiera explicar el por qué estas células sobreviven a la acción de drogas quimioterapéuticas.

“Estamos convencidos que atacar estos genes debilitará a las células tumorales de mama haciéndolas más vulnerables a quimioterapia”, indica la Dra. Burgos. “Si nosotras sabemos que nos estamos muriendo mayoritariamente de este cáncer, nosotras queremos aportar conocimiento para saber cómo tratarlo”, asegura la Dra. Burgos.

Una tarea de largo aliento, que se ve potenciada con el vínculo logrado con la Fundación Arturo López Pérez, llevando el trabajo de laboratorio con quienes día a día están en hospitales conversando con pacientes. Una labor multidisciplinaria, que permite formar profesionales e investigadores a la sociedad.

Frente al avance de la USS por buscar enfrentar los efectos de esta enfermedad, la investigadora agrega: “Hay un deseo de la Universidad de contribuir a la sociedad, y hay una necesidad de la población de poder verse beneficiada del conocimiento científico, de las patologías que nosotras mismas estamos padeciendo”.

Misma opinión comparte el Dr. Chahuán frente a la alianza realizada: “Es muy importante que las instituciones hospitalarias y los institutos oncológicos hagan convenios y formen alumnos de las universidades para poder estandarizar la formación de especialistas en cáncer de mama, para poder tratar este gran número de pacientes que tenemos”.

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