Estas son las 21 especies de animales más afectadas por el cambio climático en Chile

La Chinchilla de cola larga habita en zonas cordilleranas, en terrenos secos y pedregosos de la región de Coquimbo.

El fenómeno del calentamiento del planeta ya está amenazando la existencia de la fauna nativa del país. La zona con mayor riesgo está ubicada entre Antofagasta y Chillán, pero también se incluye la selva valdiviana. En esta nota te contamos cuáles son las 21 especies de animales que corren riesgo de desaparecer.



El cambio climático avanza a un ritmo acelerado. Los estragos de este fenómeno han aumentado en el último tiempo y las huellas que deja son ineludibles, como lo sucedido en Kenia. El Servicio de Vida Silvestre de ese país reveló imágenes desoladoras: la muerte de 1.235 animales, entre ellos 205 elefantes, 512 ñus, 430 cebras, 51 búfalos, 12 jirafas y otras especies. ¿La razón? Cuatro temporadas consecutivas sin lluvias suficientes.

Este cambio no solo ha golpeado a latitudes con altas temperaturas. El derretimiento de masas de hielo en el Polo Norte ha obligado a que los osos polares se desplacen hacia Siberia y el norte de Canadá, teniendo que adaptarse para no desaparecer.

Este fenómeno está asociado a una elevación de la temperatura media de la atmósfera –calentamiento global– producto del aumento en la concentración atmosférica de gases de efecto invernadero, debido al uso extensivo de combustibles fósiles y a la deforestación”, contextualiza Juana Correa, académica e investigadora de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza de la U. San Sebastián (USS).

Juana Correa, académica e investigadora de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza USS.

¿Qué ocurre en Chile?

Agustín Iriarte –biólogo, investigador, fundador de la consultora Flora y Fauna y autor de 20 libros– advierte que la situación más preocupante se vivirá entre Antofagasta y Chillán. “Será dramática. Trabajo con el geógrafo Santiago Godoy y hacemos sistemas de información geográfica, una metodología que puede predecir qué va a suceder al 2050 o al 2070, y esta zona será más seca, aumentará mucho la temperatura y las especies del Chile central, mediterráneo, serán las más afectadas. Muchas se extinguirán”.

Agustín Iriarte, fundador de la consultora Flora y Fauna.

Por su parte, la académica de la USS, indica que los efectos varían según la zona geográfica, pero –en general– están asociados “a aumentos de la temperatura, la reducción o aumento de las precipitaciones, los eventos climáticos extremos, como lluvias concentradas en pocos días o prolongados periodos de sequía, con más días con temperaturas altas extremas”.

En cuanto al impacto de este panorama climático en la vida de las especies chilenas, hay distintos factores que inciden directamente, como la sobreexplotación de recursos naturales, la introducción de especies invasoras, los desastres naturales, la contaminación, entre otras.

En el caso del calentamiento global, Juana Correa argumenta que al cambiar las condiciones del medioambiente en el que se desenvuelven los animales y otros seres vivos “podría ocasionar que los ecosistemas se conviertan en trampas ecológicas, generando altas mortalidades por disminución de la disponibilidad de alimento o competición con otras especies”.

En concreto, la académica explica que el aumento de la temperatura y la reducción de las precipitaciones generan sequía e impacta a animales y a todas las comunidades biológicas. “Como las plantas son el recurso alimenticio de muchas especies de animales, una reducción en la biomasa de plantas impacta en los herbívoros que las consumen y estos, a su vez, impactan en los carnívoros”.

Por lo mismo, Chile se ha comprometido a combatir el cambio climático, no solo para poder entender el impacto que puede tener en el territorio, sino también mediante el diseño de alternativas para reducir el aumento de la temperatura. De hecho, el Índice de Desempeño del Cambio Climático 2023 ubicó a Chile como el tercer país con mejores acciones en esta línea.

Las zonas más afectadas

La zona bajo mayor amenaza se da entre el norte chico, la zona centro, parte del sur, y algunos sistemas insulares, con riesgo real de desaparición de especies. “Es la que concentra la mayor biodiversidad biológica del país, poseyendo una gran cantidad de especies de flora y fauna endémicas, siendo además un área altamente amenazada debido a las actividades económicas que en ella se desarrollan”, dice Correa.

El investigador Agustín Iriarte, complementa: “Según los comités de cambio climático que se reúnen a nivel internacional, hablan de que Chile va a ser una de las zonas más afectadas del mundo. Por ejemplo, Fabián Jaksic, Premio Nacional de Ciencias Naturales 2018, tiene un estudio de dos décadas en la Reserva Nacional Las Chinchillas, en Illapel, en el que demuestra que entre más temperatura y menos precipitación, todas las especies de roedores y marsupiales pueden disminuir”.

Iriarte agrega que “producto del cambio climático, de acuerdo a la nueva generación de modelos desarollados por el World Climate Research Program (WCRP), la chinchilla de cola larga puede sufrir una pérdida de entre un 52% y un 68% de su hábitat disponible para el periodo comprendido entre 2061-2080, dependiendo del escenario de emisiones de gases de efecto invernadero al que nos enfrentemos. De esta forma, la adopción de políticas favorables a la disminución radical de las tasas de emisión de gases de efecto invernadero a nivel internacional puede tener un efecto directo en el grado de afectación al que se ven expuestas las distintas especies”.

Chinchilla de cola larga.

El biólogo también agrega a esta lista a: roedores, reptiles y anfibios. Estos últimos son los más vulnerables: “El degú se va a ver muy afectado, al igual que el pudú, que va a desaparecer de esta zona y solo quedará en la zona sur. También hay varias especies de reptiles del género Liolaemus que se verán afectadas”.

Degú.
Pudú

A esta lista, Correa también agrega al gruñidor del volcán, la lagartija de Lolol y el lagarto negro.

Gruñidor del volcán.
Lagartija de Lolol.
Lagarto negro.

Las amenazas en el norte

La zona norte del país no escapa de los efectos del cambio climático. En estas regiones, los anfibios también son los primeros en la lista de los que corren más riesgo, como lo son las ranas de la especie Telmatobius, como la ranita del Loa. “Aquellas especies con un nicho ecológico estrecho, con menor capacidad de desplazarse o de adaptarse a cambios ambientales, serían las más afectadas. Esto incluye sobre todo a anfibios y peces de agua dulce. Podríamos nombrar dentro de los anfibios al sapo de la frontera (ver pág 108) o al pez Karachi (ambos ubicados en el altiplano)”, añade Correa.

Ranita del Loa.
Sapo de la frontera.
Pez Karachi.

Respecto de los mamíferos, hay algunos animales que también están en una posición de desventaja. Iriarte incluye en esta lista al guanaco, al zorro gris, al puma y al gato colocolo. El investigador explica que “cualquier especie que no viva en la alta cordillera, sino que más cercano a los valles centrales, va a verse afectada. El zorro culpeo, por ejemplo, como vive en la cordillera se verá menos afectado. El zorro gris o chilla, que vive en la costa del valle central tendrá muchas más consecuencias negativas”.

Guanaco.
Zorro gris.
Puma.
Gato Colocolo.

Por otro lado, el cambio climático no solo genera un impacto negativo sobre la vida terrestre, también lo hace sobre la vida marina y cadena trófica. La académica USS advierte que la abundancia de animales asociados a la corriente de Humboldt podría verse reducida.

La realidad del sur

Para la zona sur no todo es negro”, dice Iriarte. ¿La razón? El aumento de la temperatura habilitaría para la agricultura zonas que antes no se podían ocupar, la temperatura dejaría de ser tan fría, lo que, según el biólogo, permitiría que el daño sobre la fauna no sea tan agresivo.

Sin embargo, ciertas especies corren con desventajas. En ese listado, Correa incluye a la rana de pecho espinoso de Oncol, el sapo de Mehuín, la lagartija de Hermán Núñez, el matuasto del Laja, el pez Carmelita de Concepción, el tuco tuco de Magallanes y la ranita de Darwin.

Rana de pecho espinoso de Oncol.
Sapo de Mehuín.

Eso sí, una de las mayores preocupaciones recae sobre el huemul. Este ciervo de la zona sur, también presente en Ñuble y Biobío, se encuentra en peligro de extinción desde 1976 por su progresiva disminución. Por eso, aun cuando las condiciones climáticas se mantuvieran, su desaparición parece inminente.

Lagartija de Hernán Núñez.
Matuasto del Laja.

Juana Correa advierte que “es poco probable que el impacto del cambio climático sobre la fauna se pueda revertir a corto plazo, ya que este fenómeno, aun cuando lleva décadas de desarrollo, afecta a especies que no tienen tiempo suficiente para adaptarse a estas nuevas condiciones”.

Sin embargo, subraya que se puede apoyar la conservación de estas especies “realizando esfuerzos individuales y colectivos para reducir los gases de efecto invernadero, que son la causa del calentamiento global”.

Pez Carmelita de Concepción.
Tucu Tucu de Magallanes.
Ranita de Darwin.
Huemul.

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