Hay que ir: los secretos mejor guardados de Porsche, y que cobran vida en Florida

En medio de la invitación de la marca a Estados Unidos, tuvimos también oportunidad de visitar el Revs Institute, un pintoresco museo automotriz donde descansan auténticas leyendas de la laureada historia de Porsche. Sin duda un imperdible para los porschistas de ayer y hoy...




Revs Institute se traduce literal como el ‘Instituto de las Revoluciones’. Y en rigor no lo es, aunque de cierto modo lo es. Suena enredado, pero el hecho es que así se llama un atractivo museo de autos ubicado en Naples, al oeste de Florida, al que fuimos invitados en una estación más del Miami Naples Porsche Experience (ver nota central).

En esta verdadera exposición del arte y la ingeniería que el automóvil en sí representa, están en exhibición algunas de las piezas clave del rico rompecabezas histórico de Porsche. Aquí hacemos el repaso de tres de esas unidades:

1951 Porsche 356SL Gmünd

La primera pieza de la colección de Porsche corresponde al afamado Porsche 356. Esta unidad fue una de las ensambladas en 1951 en la localidad de Gmünd, en Austria. Hasta allí Porsche se había movido momentáneamente como consecuencia de la II Guerra Mundial.

Esta unidad en particular, un 356 con motor 1.488 cc enfriado por aire, disputó las 2.932 millas de la carrera Liège - Roma - Liège, llegando en el primer lugar de su clase y tercero en overall. Luego estableció 11 records mundiales de velocidad y resistencia en el circuito Montlhéry, cerca de París. El ejemplar giró a 94.66 mph (152 km/h) por 72 horas seguidas, toda una hazaña luego de que la caja se trabara en la tercera marcha. El 055, manchado de insectos y aceite, fue trasladado a París para exhibirse en el Salón Internacional del Automóvil.

El setentón Porsche 356 alcanza una potencia de 72 Hp a 5000 rpm y pesa solo 648 kilos.

1953 Porsche 550 Coupe

Otra fina obra de este preciado anticuario emplazado en Naples, es el Porsche 550 Coupe. Este modelo tiene el título de “haber probado en tres continentes que Porsche iba en serio cuando se trataba de carreras”. ¿Por qué? Cuenta la historia que a comienzos del 50 la marca germana se convenció de que ya no bastaría con modificar autos de serie para ganar carreras, y que, por el contrario, tendría que abocarse derechamente a fabricar autos de competición, purasangres de verdad: el 550 Coupe fue el primero hecho bajo esa lógica.

El motor de 1.498 cc se “mejoró” para sacarle mayor potencia (98 caballos para 540 kilos), lo que se logró gracias a carburadores Solex 40 PII de doble estrangulador. Asimismo, se añadió un enfriador de aceite externo, que se acopló al sistema de lubricación por cárter húmedo.

Con la mirada puesta en Le Mans, Porsche se planteó un coupé, sin embargo la ansiedad por comprobar la performance de su nueva creación hizo que la primera unidad terminara compitiendo como un roadster en Nürburgring. La primera victoria para cualquier auto de carreras es siempre algo bueno, decían en Porsche.

A las 24 Horas de Le Mans finalmente llegaron dos coches: el 550-01 pilotado por Hans Hermann y Helm Glöckler (este es el expuesto en el museo) y el 550-02 en manos de los periodistas Richard Von Frankenberg y Paul Frère. Pese a la claustrofobia propia generada dentro de un habitáculo tan pequeño y al sonido constante por un día entero, los dos bólidos completaron la prueba en el mismo intervalo que iniciaron.

Más tarde, cuando los 550 Coupe iban camino a Guatemala a su nuevo hogar, un grupo de entusiastas de la marca tomó ambas unidades y las inscribió en la Carrera Panamericana, de México: el Porsche 550-02 venció en su clase, una suerte calcada a la de su hermano 550-01 en los 1.000 kilómetros de Buenos Aires y que más tarde repitió en Sebring, Estados Unidos.

Ganador en Europa, América del Norte y en Sudamérica. Son solo dos continentes, pero que la realidad no mate una buena historia...

1971 Porsche 908/03

¿Cuántos autos de competición tienen una tasa de victorias superior al 75% de las carreras en que ha incursionado? El Porsche 908/03 es uno de esos vehículos. Esta bomba de motor ocho cilindros opuestos montado en medio del chasis, con 3.0 litros de desplazamiento y 360 caballos a altísimas 8.400 rpm, era un hueso muy duro de roer para sus rivales.

A tal nivel se palpó su buena hechura, que su última victoria en el Campeonato de Resistencia fue nueve años después de su debut (en 1980), en Silverstone, Inglaterra. ¿Cuál fue la fórmula? El 908/03 fue un bólido incluso menos potente que sus principales contrincantes en las carreras de largo aliento, pero que estuvo centrado en una admirable ligereza. Los ingenieros de Ferdinand Piëch hicieron un verdadero prodigio de la liviandad, llegando a marcar sobre la balanza apenas 540 kilos, gracias al uso extensivo de titanio.

En total se produjeron 13 Porsche 908/3: 11 de ellos entre 1969 y 1970, y dos más en 1971. Debido a su extraordinaria ligereza, los expertos predijeron fallas estructurales generalizadas. Pero estaban equivocados. El doblete en la Targa Florio y en Nürburgring en 1970 echó por tierra los pesimistas augurios. Eso sí, un año después la suerte no acompañó al 908 que se vio envuelto en un accidente en la carrera de Italia. Las heridas las lavó tiempo después con un 1-2-3 en el Infierno Verde.

Esta unidad corresponde a una de 1970, en competencia en la Targa Florio. Alternaron la conducción Leo Kinnunen y Pedro Rodríguez.

En definitiva las únicas roturas del 908/3 se produjeron en los dos coches fabricados en 1971 y solo porque los chasis no se habían construido según las especificaciones. El auto en exhibición fue precisamente uno de ellos y su caso es muy particular, ya que fue el conducido por el mexicano Pedro Rodríguez y el inglés Jackie Oliver, quienes de todos modos se las arreglaron para llevar la unidad al podio en aquel citado undostrés en el bosque alemán.

En realidad el Revs Institute sí eleva las revoluciones. Hay muchos más tesoros por descubrir...

Para quien visite Miami, aquí están los datos para ir:

Dirección: 2500 Horseshoe Drive S. Naples, Florida 34104.

El museo cuenta con tours guiados por añosos y apasionados voluntarios.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.