[MTMAG.] A 25 años del debut de Michael Schumacher en la F1
<p>Londres. 10 de diciembre de 1990. La congestión vehicular en la capital británica desespera a los automovilistas. Dentro del caos, un taxi se cruza de mala forma con el auto de Bertrand Gachot, un piloto de Fórmula Uno con escaso éxito. Empieza entre ambos una discusión con provocaciones y gestos de insultos, al punto de […]</p>
Londres. 10 de diciembre de 1990. La congestión vehicular en la capital británica desespera a los automovilistas. Dentro del caos, un taxi se cruza de mala forma con el auto de Bertrand Gachot, un piloto de Fórmula Uno con escaso éxito. Empieza entre ambos una discusión con provocaciones y gestos de insultos, al punto de que Eric Court, el taxista, se baja de su vehículo y encara a Gachot. El corredor belga no quiere mayores problemas y pone fin al impasse con un gas paralizante que tenía su novia, rociando los ojos del enfurecido conductor.
Lo que parecía una violenta escena en las calles londinenses, se convertiría por azar en uno de los instantes más relevantes en la historia del automovilismo deportivo. Meses después del incidente callejero, Gachot, quien comenzaba a mejorar su carrera, se había impuesto en las 24 Horas de Nürburgring y, además, era piloto del equipo Jordan en la F1, recibía por parte de la justicia del Common Law una sentencia drástica: dos años de prisión por ser un peligro para la sociedad.
El equipo Jordan acusó el golpe. A sólo días del Gran Premio de Bélgica, uno de sus pilotos quedaba fuera por estar en prisión. El jefe del team, Eddie Jordan, no tenía respuestas para el dilema, hasta que el destino volvió a imponer su fuerza. Willi Webber, representante de un joven piloto alemánllamado Michael Schumacher, contactó a Jordan para ofrecerle a su prometedor corredor.
Pero ¿quién era ese tal Schumacher? En aquel momento tenía 22 años y soñaba con hacerse un lugar en el deporte. Ligado desde niño al mundo de los motores, su primer acercamiento a la velocidad lo tuvo en un kart a los cuatro años, cuando Rolf, su padre, le armó un auto en su taller mecánico.
Con los años, el alemán no tardaría en demostrar su talento. Triunfos en diversos certámenes europeos, hasta que en su palmarés luce el primer gran resultado a los 18 años, cuando se titula campeón mundial de kart. Al año siguiente, en 1990, se corona monarca de la Fórmula Tres en Alemania y da el salto al Mundial de Resistencia bajo el alero de Mercedes-Benz.
La firma de Stuttgart, además, lo integra a un programa de jóvenes promesas y le permite entrar en una nueva esfera, donde Schumacher no desentona. En su debut junto a Jochen Mass terminan en la segunda posición. Semanas después, en su tercera carrera, obtuvo su primera victoria en el Circuito Hermanos Rodríguez de México.
Mientras la carrera de Schumacher comenzaba a despegar al ritmo de las exigentes pruebas del Mundial de Resistencia, sin saberlo, el juicio en Inglaterra entre un taxista y un piloto le abriría una ventana inesperada.
» El llamado de Jordan
&"Todavía algún conocido repara en mí, agradeciéndome -con sorna- el hecho de que mi situación significó la aparición de Schumacher en la Fórmula Uno&", señaló Bertrand Gachot años después.
Es que luego de la detención del piloto belga, el equipo Jordan requería de un piloto para el Gran Premio de Bélgica. Así llega el nombre de Michael Schumacher a las oficinas de Eddie Jordan, quien tras verlo en una prueba en Silverstone se decide por entregarle el monoposto con el 32 y los colores de 7Up.
La única duda que asaltaba a Jordan pasaba por el conocimiento que pudiese tener acerca del circuito belga. El representante de Schumacher, Willi Weber, dijo que lo conocía muy bien, cuando en realidad lo conocía como espectador. Para salvar esa mentira blanca, el alemán tomó una bicicleta plegable y recorrió decenas de veces el circuito, con el objetivo de memorizar las curvas y las zonas más complejas.
Eso, al parecer, de algo sirvió, puesto que los escasos entrenamientos permitieron comprobar que se estaba frente a un talento pocas veces visto. Bastaron un par de giros para que el alemán hiciera mejores tiempos que su nuevo compañero de equipo, el italiano Andrea de Cesaris, quien llevaba 11 años en la máxima prueba del automovilismo.
Hasta que llegó el día que todo piloto espera. En la undécima fecha de la temporada, el 25 de agosto de 1991, en el mítico circuito Spa-Francorchamps, debutaba el que, con los años, sería considerado el mejor piloto de la historia. Arrancó desde la séptima posición y delante de él figuras que antes veía por televisión, como Nelson Piquet, Jean Alesi, Gerhard Berger, Nigel Mansell, Alain Prost, además de su gran ídolo, Ayrton Senna.
La luz verde destapó la adrenalina. El Jordan con motor Ford salió a fondo y ganó dos posiciones en los primeros metros. Sin embargo, luego de cruzar la más legendaria de las curvas de Spa-Francorchamps, la Eau Rouge, Schumacher tomó la subida a Raidillon, con la desgracia de que rompió el embrague. El alemán decía adiós en su primera carrera en la F1 sin terminar una sola vuelta.
Lo que para muchos podría haber significado el fin de su carrera, para Schumacher se convirtió en el comienzo.
Tras ese lamentable debut, Flavio Briatore, el hombre fuerte del equipo Benetton, quedaría tan impresionado que lo reclutaría a pesar de los esfuerzos de Jordan por incorporarlo definitivamente a sus filas. Era el inicio de la leyenda. MT
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