Pakistán advierte de inminente ofensiva de India tras atentado en conflictiva región de Cachemira
Luego del atentado de un grupo insurgente en Cachemira la semana pasada, Nueva Delhi acusa a Islamabad de estar detrás del ataque que dejó 26 muertos. Las autoridades paquistaníes aseguran tener informaciones de una ofensiva india a ocurrir en las próximas “24 a 36 horas”.
Cachemira parece, de nuevo, como razón de una eventual guerra. Este miércoles, desde el gobierno de Pakistán, indicaron que anticipan una ofensiva militar por parte de India en al menos dos días. Esto, luego de que el primer ministro indio Narendra Modi hubiese dado “luz verde” a las represalias militares por un atentado que ocurrió la semana pasada en la región, que tanto Nueva Delhi como Islamabad reconocen como suya, aunque actualmente la controlan y administran partes diferentes.
A pesar de los llamados internacionales a una desescalada, las tensiones entre ambas potencias nucleares aumentan día a día, más de una semana después de que 26 civiles murieran en un atentado terrorista en Pahalgam, en la Cachemira controlada por India.
Sin mostrar evidencias, Nueva Delhi acusó inmediatamente a Islamabad de este ataque, que nunca fue reivindicado. Pakistán, por su parte, pidió una “investigación neutral” por el atentado y devolvió la acusación de “apoyar el terrorismo transfronterizo” a su vecino y rival histórico.
Dos días después de este ataque, tras una serie de sanciones diplomáticas, acuerdos rotos y visas canceladas, los dos países comenzaron a intercambiar disparos. Por sexta noche consecutiva, a veces desde algunas decenas de metros de distancia en la Línea de Control (LoC), la frontera de facto en Cachemira, el intercambio continuaba, según informó el Ejército indio este miércoles.
Aunque estos enfrentamientos no han causado víctimas ni daños significativos, hasta el momento, Islamabad está preparándose para lo peor. “Pakistán tiene información creíble de que India pretende lanzar un ataque militar en las próximas 24 a 36 horas, utilizando el incidente de Pahalgam como pretexto”, anunció el ministro de Información paquistaní, Attaullah Tarar. “Cualquier agresión tendrá una respuesta contundente. India será plenamente responsable de cualquier consecuencia grave en la región”, advirtió.
Según el entorno de Modi, el primer ministro dio el martes carta blanca al Ejército para organizar la “respuesta india al ataque”. Les habría dicho a sus jefes del Estado Mayor que “tenían la libertad de decidir los objetivos, el momento y el método de respuesta”, según indicó una fuente gubernamental a AFP. También “reafirmó la determinación nacional de asestar un golpe decisivo al terrorismo”.
El 22 de abril, un ataque armado contra un grupo de turistas en la ciudad de Pahalgam, en Cachemira administrada por India, dejó 26 personas muertas. Se trata del ataque más mortífero contra civiles en esta región predominantemente musulmana en más de 20 años.
Incluso antes de que algún grupo se atribuyera la responsabilidad del ataque, India culpó directamente a Pakistán de apoyar a los grupos separatistas activos en la región. Islamabad rechazó inmediatamente las acusaciones, afirmando que “no tuvo ninguna participación” y pidió una “investigación neutral”.
India se niega a hacer esta investigación, según el ministro Tarar: “Desafortunadamente, en lugar de seguir el camino de la razón, India aparentemente ha decidido embarcarse en el peligroso camino de la irracionalidad y la confrontación, que tendrá consecuencias catastróficas para toda la región y más allá”.
Considerando que ambos países tienen arsenal nuclear y un historial de décadas de conflicto y guerra, la comunidad internacional se ha alarmado, y distintos actores han llamado a la calma y desescalada. China, otro actor regional importante y también involucrado en la situación de Cachemira, volvió a pedir el martes a sus dos vecinos que “ejerzan moderación” y “gestionen las diferencias a través del diálogo” para “mantener la paz y la estabilidad regionales”.
De la misma forma, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, instó a sus homólogos indio y paquistaní a no agravar la situación, dijo su portavoz. “Estamos contactando a ambas partes y, por supuesto, les pedimos que no intensifiquen la situación”, señaló el martes Tammy Bruce a la prensa, añadiendo que el jefe de la diplomacia estadounidense “espera reunirse con los ministros de Asuntos Exteriores de Pakistán e India hoy o mañana”.
En tanto, el secretario general de la ONU habló por teléfono por separado con el primer ministro paquistaní Shehbaz Sharif y el ministro indio de Relaciones Exteriores, Subrahmanyam Jaishankar, pidiendo a ambos países “evitar” la confrontación. António Guterres “expresó su profunda preocupación por el aumento de las tensiones entre India y Pakistán y destacó la necesidad de evitar una confrontación que podría tener consecuencias trágicas”, declaró Stéphane Dujarric, portavoz de la secretaría general de Naciones Unidas.
A raíz del atentado, Nueva Delhi rebajó las relaciones diplomáticas, retiró las visas para pakistaníes y anunció el cierre del principal paso en la frontera binacional terrestre, entre otras medidas.
En respuesta, Islamabad ordenó la expulsión de diplomáticos y asesores militares indios, canceló visados para indios y prohibió el acceso de aviones indios a su espacio aéreo.
En una muestra de la tensión que se respira en la región, Pakistán anunció este martes que había “derribado” un dron de vigilancia indio, pero no precisó la fecha del incidente, sobre el que India no hizo ningún comentario.
Las autoridades afirmaron la semana pasada haber realizado registros exhaustivos en la Cachemira administrada por India, deteniendo a más de 1.500 personas para interrogarlas. Desde entonces, se ha detenido a más personas, aunque las cifras no están claras, consigna la cadena británica BBC.
Las autoridades han demolido las casas de al menos 10 presuntos militantes. Al menos uno de ellos, según informes, estaba vinculado a un sospechoso identificado en los tiroteos.
Según The New York Times, las detenciones generalizadas y las demoliciones de propiedades contra musulmanes en India han suscitado temores de que los nacionalistas hindúes de derecha estén aprovechando el ataque terrorista de la semana pasada en Cachemira para profundizar una campaña de opresión contra el grupo minoritario más grande del país.
En varios estados gobernados por el Partido Bharatiya Janata de Modi, las autoridades locales han aprovechado la situación para acosar a quienes llaman “bangladesíes ilegales” y rohinyá, la minoría musulmana que ha huido de Myanmar. Estas etiquetas, como la de “paquistaní”, se utilizan a menudo para atacar a migrantes musulmanes de otras partes de India, indica el periódico.
Se informó de asesinatos de musulmanes en dos estados, Uttar Pradesh y Karnataka, y los medios de comunicación sugirieron que se trataba de crímenes de odio.
“El ataque en Pahalgam fue horrible, pero no debería convertirse en un pretexto para tomar represalias y atacar a las minorías, incluyendo arrestos arbitrarios o castigos sumarios”, dijo Meenakshi Ganguly, directora adjunta para Asia de Human Rights Watch.
India no ha identificado a ningún grupo sospechoso de perpetrar el ataque en Pahalgam y aún se desconoce quién lo cometió. Un grupo poco conocido llamado Frente de Resistencia, que inicialmente se atribuyó los tiroteos, emitió un comunicado negando su participación. Según informes, el frente está afiliado a Lashkar-e-Taiba, un grupo militante con sede en Pakistán.
La policía india, señala la BBC, ha identificado a tres de los cuatro presuntos atacantes. Dos de ellos eran ciudadanos paquistaníes y otro un hombre de la Cachemira administrada por India. No hay información sobre el cuarto hombre. Muchos sobrevivientes afirmaron que los hombres armados atacaron específicamente a hombres hindúes.
Cachemira lleva siendo un terreno de conflicto entre India y Pakistán casi desde que ambos países se independizaron en 1947, ya que las dos naciones reivindican la soberanía sobre todo el territorio que gobiernan en partes separadas.
Desde 1989, una insurgencia separatista sacude la región administrada por India, donde están desplegados casi 500 mil soldados. Los enfrentamientos, en ese entonces, dejaron decenas de miles de muertos.
Según France24, se cree que India tiene más de 750 mil soldados en Jammu y Cachemira, sobre todo concentrados en el valle de Cachemira. En tanto, a lo largo de la “línea de control”, Pakistán tiene estacionados a cerca de 120 militares, y 230 mil en toda la región.
Luego del ataque contra los turistas, India ya ha tomado una serie de medidas castigando a Pakistán, como la degradación de las relaciones diplomáticas, el cierre de las fronteras terrestres y aéreas, y la suspensión de un tratado de 1960 que reparte las aguas del Indo.
Pakistán ya había advertido que cualquier interferencia en el funcionamiento de dicho tratado podría ser considerado un “acto de guerra”. Todo esto hace temer una posible escalada militar, sobre todo luego de lo que pasó en 2019 en Pulwama.
El 14 de febrero de ese año, un convoy con personal de seguridad indio fue atacado con un auto bomba en Pulwama, en el estado de Jammu y Kashmir, al noroeste de India. En el atentado murieron 46 hombres de las Reservas Centrales de la Fuerza de Policía y el atacante. El ataque fue reivindicado por el grupo islamista basado en Pakistán Jaish-e-Mohammed.
Se trata del ataque más mortífero desde 1989 contra las fuerzas de seguridad indias y se convirtió el detonante del conflicto indo-paquistaní de 2019.
Lo último
Lo más leído
3.
5.
No sigas informándote a medias 🔍
Accede al análisis y contexto que marca la diferenciaNUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mes SUSCRÍBETE